sábado, 19 de julio de 2008

no quita derechos a nadie sino que los extiende. Hugo Mora

San José, 14 de julio de 2008

Señores Miembros
Comisión de Derechos Humanos,
Asamblea Legislativa

Estimados señores y señoras:

Como representantes que son Uds. de todo el pueblo costarricense, sin distingos de ninguna clase, y por el derecho que tengo como simple ciudadano, me permito expresarles algunos puntos de vista relativos al Proyecto de Ley de Unión Civil para Parejas del Mismo Sexo, ahora en discusión en ese foro.

Este proyecto debe ser aprobado si la comisión quiere hacer honor a su nombre. Y a la oportunidad que tiene para dar un paso más adelante en la tradición nacional dentro de esa línea de respeto a los derechos humanos. Tradición que nos ha puesto en el mapamundi como un pequeño país donde se hacen realidad, por la vía del consenso y el respeto mutuo, los grandes avances políticos y sociales que se dan en otras latitudes, a veces signados por la violencia y el odio generacional.

Este es un Estado de Derecho. En él, por la sabiduría de nuestros antepasados, hemos logrado hacer prevalecer el interés general, propio de la sociedad civil, por encima del interés particular de los grupos religiosos organizados; concretamente, en Costa Rica, por encima del poder político representado por la Iglesia Católica y su jerarquía, institución aquella que cada vez pierde más legitimidad ante el pueblo; y que cada vez más se desprestigia moralmente a la luz de situaciones que es mejor no recordar.

En el pasado, otros diputados como Uds. lograron hacer realidad instituciones tan necesarias como el divorcio, el matrimonio civil, la educación pública, la secularización de los cementerios, el voto femenino, la no discriminación contra los mal llamados “hijos naturales”, etc.; todo ello, con la oposición vehemente de la jerarquía católica que, al igual que en el caso de este proyecto, veía en cada uno de esos avances sociales la destrucción de la familia, el ataque más eficaz contra las buenas costumbres y la ruina moral del Estado. Es decir, poco más o menos los mismos argumentos esgrimidos por dicha jerarquía y sus adláteres contra este proyecto.

Respetuosamente los insto a sacar las conclusiones del caso. Piensen en el presente y en el futuro. El Estado solo tiene su justificación como el medio necesario para procurar a sus ciudadanos un ambiente propicio para su realización plena. Y no puede realizarse nadie plenamente cuando se le cercenan sus derechos a lo más fundamental, como es el compartir su vida con otro ser humano al amparo de la Ley. Y esta, en particular, dicho sea de paso, no quita derechos a nadie sino que los extiende (y hasta con limitaciones, tómese en cuenta) a quienes no los tienen, a pesar de que se les obliga a cumplir con todos las obligaciones ciudadanas.

Atentamente,

Hugo Mora Poltronieri
Céd. 1 267 396
miaumiau1@ice.co.cr

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