Ana Helena Chacón levanta voz por homosexuales en Congreso
Fuente: http://www.informa-tico.com/index.php?seccion=articulo&edicion=20080929&ref=29-09-08010002
La diputada proponente del proyecto de ley "Unión civil entre personas del mismo sexo" afirmó que los proponen el referendo tienen más dinero y buscan hacer una campaña de burla y desprestigio aprovechando el referéndum.
La diputada Ana Helena Chacón destacó que los argumentos contra el proyecto son ofensivos para la población gay-lésbica
Por Ivonne Jiménez
"La unión civil entre personas del mismo sexo no es un matrimonio, es una unión que se hace ante un Juzgado de menor cuantía, en una sociedad, para que las personas homosexuales puedan tener tres cosas: el derecho a heredar, la cobertura del seguro social y la visitación médica".
Así lo explicó en entrevista con Informa-tico.com la diputada proponente del proyecto, socialcristiana Ana Helena Chacón, quien desmintió que la iniciativa intente una homologación con el matrimonio, figura que tradicionalmente ha existido en el país.
El proyecto de ley de Unión civil entre personas del mismo sexo, expediente número 16390, se encuentra actualmente en discusión en la Comisión Especial de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa.
La propuesta legal ampara los derechos de la población homosexual mayor de 18 años, en materia de derecho civil y patrimonial, y en aspectos de salud y migración.
"Se intenta dar un trato igualitario y no denigrante a las personas mayores de 18 años que, por propia voluntad, han decidido conformar un vínculo afectivo en la construcción de un proyecto de vida, donde a menudo se ven lesionados los derechos, por cuanto la ausencia legal de tal reconocimiento posibilita que terceras personas impidan el bienestar de las dos personas por razones de enfermedad o fallecimiento de uno de las dos, y además hace que cuando el vínculo se rompe una de las dos pueda quedar en total desfavorecimiento de esa construcción de proyecto de vida juntos", define el proyecto.
Nadie merece morir solo
Nosotros creemos que ninguna persona merece morir en la soledad, sostuvo Chacón.
"Muchas personas han tenido que morir en hospitales del Estado en la soledad, porque los familiares no aceptaban su condición de lesbiana o de homosexual, y tampoco los hospitales permiten el ingreso de personas ajenas a la familia" para visitar a los enfermos, dijo la diputada para explicar su motivación al plantear esta iniciativa de ley.
¿Costa Rica y sus instituciones, como la CCSSS, están preparados para aplicar esta clase de medidas que propone el proyecto?
Creo que uno nunca debe no estar preparado para los derechos humanos.
A mí me cansa un poco ese tema de que "no estamos preparados", pero sí estamos preparados para seguir violentando los derechos de las personas, sí estamos preparados para seguir tapando el sol con un dedo, en la doble moralidad que priva en muchas personas de este país.
Sí estamos preparados para asustarnos de hablar de personas adultas que han decidido vivir con personas de su mismo sexo, a pesar de que sabemos que estas personas existen desde el inicio de la humanidad.
Y estas personas, así como son ciudadanos a quienes les pedimos los mismos deberes, deberían tener entonces los mismos derechos.
¿Por qué dice usted que este proyecto no establece el "matrimonio gay", como se ha llamado popularmente?
Este proyecto no pretende, y eso quiero que quede bien claro: ni la adopción de parejas del mismo sexo, ni el matrimonio, ni homologar las relaciones a una relación de matrimonio. En cambio, sí crea una relación de convivencia.
Esta ley no trata de establecer el matrimonio gay, es una unión civil.
La Sala Constitucional fue clara con los diputados y nos dio un mandato donde dice que claramente existe una discriminación hacia esta población, que es una minoría, y que ante esa discriminación los diputados debemos buscar como solventarla, pero a la vez declara inconstitucional el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Para mí la forma de resolverlo, ha sido presentando esta propuesta.
Yo lo que le digo a los detractores del proyecto es que todos dicen que no son homofóbicos, que no se oponen, pero nadie propone nada. Lo único que proponen es votar en contra de este proyecto.
¿Podría ser el referéndum una oportunidad para que se explique la diversidad sexual y el proyecto?
El referéndum me parece un gasto innecesario.
No concibo a las mayorías definiendo los derechos humanos y mucho menos los derechos de las minorías.
Me parece que para eso ha tenido potestades tanto la Sala Constitucional como los Congresos de la República.
Creo que más bien la campaña para el referéndum podría irse por una campaña homofóbica, de odio, de burla hacia personas.
Se convertiría en una oportunidad para aprender y educar, si quienes están en contra del proyecto fuesen personas respetuosas de los derechos humanos y de mente abierta.
Los argumentos de las personas que están en contra, hasta el momento, a mí me han resultado bastante ofensivos para la población gay-lésbica.
Las personas que han presentado la iniciativa del referéndum son personas que se oponen, que tienen mucho más dinero para poder hacer campañas de desprestigio, de burla y de homofobia.
INFORMATICO, 29 de septiembre de 2008
lunes, 29 de septiembre de 2008
Francia, Brasil, Argentina y México -entre otros- promueven reconocimiento internacional de derechos humanos relacionados con orientación sexual
EL OBSERVADOR
Declaración contra la Homofobia
Lic. Hermes Navarro del Valle
Rama Yade, secretaria de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno francés, encargada de Asuntos Exteriores y Derechos Humanos, anunció que su país tiene la intención de presentar en diciembre ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, un proyecto de declaración para solicitar “la despenalización en todo el mundo de la homosexualidad". Francia ocupa hasta el fin del 2008 la presidencia de la Unión Europea (UE), por lo que en la ONU actuará en nombre de los 25 países de dicha unión.
Yade destacó el compromiso contraído por Francia “para luchar contra la homofobia como parte de una campaña para promover los derechos humanos universales”. Esta declaración y compromiso lo hizo en el marco de la 61 conferencia anual de organizaciones no gubernamentales (ONG), en la sede de la Unesco en París. Yade, nacida en Senegal, pertenece al partido de presidente francés Nicolás Sarkozy, y fue alumna de éste.
Francia se comprometió en junio, en el Encuentro de Alto Nivel sobre el VIH/Sida, organizado por la ONU (Onusida-Unaids, New York 10-11 junio 08), a seguir promoviendo los “derechos” de los homosexuales a nivel mundial, hasta que termine su período en la presidencia de la UE.
Actualmente, para sorpresa de muchos, alrededor de 90 países consideran delito la sodomía, ateniéndose a viejos y mal interpretados argumentos religiosos. La acción de Francia y de los otros países que la acompañen en el proyecto crearía más antecedentes para la aceptación social y jurídica de la homosexualidad.
Se da por descontado que entre los que apoyarán la moción de Francia, están Brasil, México, Argentina, Uruguay, Chile, República Dominicana, Canadá, Corea del Sur, Finlandia, Nueva Zelanda y Australia que ya apoyaron similares iniciativas en el Consejo Económico Social de la ONU (Ecosoc).
Recordemos que el año pasado la Unesco y el gobierno chileno, que encabeza Michelle Bachelet, premiaron a la Agrupación de Minorías Sexuales Traves Talca, liderada por la activista Claudia Levicura Miranda, por su trabajo sobre “Buenas prácticas para el respeto a la Diversidad y la no Discriminación 2007”. La Agrupación forma parte de la Federación Chilena de la Diversidad Sexual (Fedisech).
Esperamos que el Gobierno de Costa Rica siga asumiendo su papel responsable y defensor de los derechos humanos de todos las personas, sin distinción de sexo, religión, origen étnico u orientación sexual, solo así se podrá mantener le discurso de democracia y derechos humanos que tantos años ha puesto a Costa Rica como líder en todo el mundo en estos asuntos.
Declaración contra la Homofobia
Lic. Hermes Navarro del Valle
Rama Yade, secretaria de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno francés, encargada de Asuntos Exteriores y Derechos Humanos, anunció que su país tiene la intención de presentar en diciembre ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, un proyecto de declaración para solicitar “la despenalización en todo el mundo de la homosexualidad". Francia ocupa hasta el fin del 2008 la presidencia de la Unión Europea (UE), por lo que en la ONU actuará en nombre de los 25 países de dicha unión.
Yade destacó el compromiso contraído por Francia “para luchar contra la homofobia como parte de una campaña para promover los derechos humanos universales”. Esta declaración y compromiso lo hizo en el marco de la 61 conferencia anual de organizaciones no gubernamentales (ONG), en la sede de la Unesco en París. Yade, nacida en Senegal, pertenece al partido de presidente francés Nicolás Sarkozy, y fue alumna de éste.
Francia se comprometió en junio, en el Encuentro de Alto Nivel sobre el VIH/Sida, organizado por la ONU (Onusida-Unaids, New York 10-11 junio 08), a seguir promoviendo los “derechos” de los homosexuales a nivel mundial, hasta que termine su período en la presidencia de la UE.
Actualmente, para sorpresa de muchos, alrededor de 90 países consideran delito la sodomía, ateniéndose a viejos y mal interpretados argumentos religiosos. La acción de Francia y de los otros países que la acompañen en el proyecto crearía más antecedentes para la aceptación social y jurídica de la homosexualidad.
Se da por descontado que entre los que apoyarán la moción de Francia, están Brasil, México, Argentina, Uruguay, Chile, República Dominicana, Canadá, Corea del Sur, Finlandia, Nueva Zelanda y Australia que ya apoyaron similares iniciativas en el Consejo Económico Social de la ONU (Ecosoc).
Recordemos que el año pasado la Unesco y el gobierno chileno, que encabeza Michelle Bachelet, premiaron a la Agrupación de Minorías Sexuales Traves Talca, liderada por la activista Claudia Levicura Miranda, por su trabajo sobre “Buenas prácticas para el respeto a la Diversidad y la no Discriminación 2007”. La Agrupación forma parte de la Federación Chilena de la Diversidad Sexual (Fedisech).
Esperamos que el Gobierno de Costa Rica siga asumiendo su papel responsable y defensor de los derechos humanos de todos las personas, sin distinción de sexo, religión, origen étnico u orientación sexual, solo así se podrá mantener le discurso de democracia y derechos humanos que tantos años ha puesto a Costa Rica como líder en todo el mundo en estos asuntos.
Ciencia y religión, al igual que Estado y religión. Mejor cada cosa en su lugar; respetándose y sin revolverse
La barrera entre ciencia y religión
Jeudy Blanco Vega*jeudyx@gmail.com
Mucho se debate actualmente sobre conflictos entre ciencia y religión alrededor del mundo. Podemos verlo en la lucha entre la enseñanza de la Evolución versus el Creacionismo (llamado ahora Diseño Inteligente) en las escuelas estadounidenses, tema sobre el cual no me referiré más allá de su mención dado que otros lo han hecho con mucha más propiedad, sin embargo, es importante exponer algunas razones que expliquen por qué hay una barrera entre la ciencia y la religión y el conflicto que existe entre ellas.
Si analizamos los pilares sobre los que se fundamentan ambas, vemos que éstos resultan diametralmente opuestos. La ciencia se basa en la experimentación como base para la confirmación o refutación de las hipótesis planteadas. La evidencia aportada por observaciones directas o indirectas de un fenómeno puede derrumbar cualquier teoría que anteriormente fuera plenamente aceptada y cuyos postulados sean incompatibles con dicha evidencia. Esto hace que la ciencia sea dinámica, siempre abierta a correcciones y mejoras, aunque como toda creación humana, imperfecta. La religión (limitando el término a las tres grandes religiones monoteístas prevalecientes: Judaísmo, Cristianismo e Islam) se fundamenta en la fe, que es la capacidad de creer en algo sin necesidad de ningún tipo de prueba, dado que ese “algo” (que varía según la religión particular) es de procedencia e iluminación divina. La fe ha llevado a que cada credo establezca dogmas, que son afirmaciones incuestionables que se toman como verdaderos sin posibilidad de réplica. Podemos ya vislumbrar a partir de esto grandes diferencias entre ambas.
Algunas de las señales iniciales de conflicto entre ciencia y religión se remontan a los grandes descubrimientos de los siglos XVI y XVII (algunos de ellos, curiosamente, realizados por personajes religiosos). Por primera vez, la observación cuidadosa y la recolección minuciosa de datos permitieron dar una explicación racional a los fenómenos cotidianos. Sin duda una de las más grandes revoluciones en el pensamiento humano fue el descubrir que el planeta Tierra no era el centro del Universo, idea condenada violentamente en particular por la iglesia católica y su “santa” Inquisición. Quizás el caso mas conocido es el de Galileo, quien defendía la teoría de Nicolás Copérnico que ponía al Sol, y no a la Tierra, como centro del Universo —idea ya hace tiempo descartada gracias a nuevos descubrimientos— y quien fue obligado a retractarse y a vivir el resto de sus días encerrado en su casa. Otros casos menos sonados, como el de Giordano Bruno, un italiano que a puro razonamiento planteó la idea de la infinitud del Universo, y de que las estrellas eran soles como el nuestro con planetas a su alrededor (esto último, confirmado el 12 de octubre de 1995 al observarse el primer planeta orbitando una estrella diferente de nuestro Sol) terminaron de forma más trágica: Bruno fue quemado vivo en la hoguera por órdenes del papa Clemente VIII.
Estas y otras ideas nacidas en el seno de la ciencia significaron un duro golpe para las ideas religiosas de la época que centraban, de manera absoluta, al ser humano como centro y razón de ser del Universo y reaccionaron condenando a sus propulsores y levantando listas de libros prohibidos.
Desde luego, sería injusto no mencionar ejemplos de grandes aportes a la ciencia moderna realizados por personas a la vez científicas y religiosas, como es el caso del sacerdote católico y físico Georges Lemaitre, quien postuló la teoría que actualmente se acepta como el origen del Universo: La Gran Explosión. Esta teoría es un buen ejemplo de cómo a pesar de sus diferencias irreconciliables en cuanto a la forma de tratar sus planteamientos, la ciencia y la religión pueden coexistir, dado que es actualmente aceptada en alguna medida por católicos, musulmanes progresistas, budistas, hinduistas y algunas ramas del judaísmo.
La asimilación de los nuevos descubrimientos de la ciencia por parte de las religiones es un proceso lento y conflictivo —pero nunca impuesto— que ha requerido grandes reformas en la concepción que cada una tiene de su respectiva divinidad. Por otro lado, aunque no es la intención de la ciencia meterse en asuntos de religión, es inevitable que con sus avances y descubrimientos cada vez haya que apelar menos a la intervención de algún ser sobrenatural para explicar el mundo que nos rodea. Es quizás ahí donde está la amenaza que representa el avance científico para las religiones: en la relegación del papel de sus dioses a un lugar cada vez más abstracto y menos cotidiano con el cual sus fieles se vean identificados y por ende, a la pérdida de poder para las jerarquías religiosas que una perspectiva mas amplia de la existencia, apoyada por hechos científicos demostrables, representa.
Así pues, la barrera es real y entendible, pero no necesariamente impenetrable. La coexistencia entre ambas es posible y con un enfoque adecuado, la humanidad puede beneficiarse de los aspectos positivos que tanto ciencia como religión tengan para ofrecer.
* Estudiante de Astrofísica, UCR
Jeudy Blanco Vega*jeudyx@gmail.com
Mucho se debate actualmente sobre conflictos entre ciencia y religión alrededor del mundo. Podemos verlo en la lucha entre la enseñanza de la Evolución versus el Creacionismo (llamado ahora Diseño Inteligente) en las escuelas estadounidenses, tema sobre el cual no me referiré más allá de su mención dado que otros lo han hecho con mucha más propiedad, sin embargo, es importante exponer algunas razones que expliquen por qué hay una barrera entre la ciencia y la religión y el conflicto que existe entre ellas.
Si analizamos los pilares sobre los que se fundamentan ambas, vemos que éstos resultan diametralmente opuestos. La ciencia se basa en la experimentación como base para la confirmación o refutación de las hipótesis planteadas. La evidencia aportada por observaciones directas o indirectas de un fenómeno puede derrumbar cualquier teoría que anteriormente fuera plenamente aceptada y cuyos postulados sean incompatibles con dicha evidencia. Esto hace que la ciencia sea dinámica, siempre abierta a correcciones y mejoras, aunque como toda creación humana, imperfecta. La religión (limitando el término a las tres grandes religiones monoteístas prevalecientes: Judaísmo, Cristianismo e Islam) se fundamenta en la fe, que es la capacidad de creer en algo sin necesidad de ningún tipo de prueba, dado que ese “algo” (que varía según la religión particular) es de procedencia e iluminación divina. La fe ha llevado a que cada credo establezca dogmas, que son afirmaciones incuestionables que se toman como verdaderos sin posibilidad de réplica. Podemos ya vislumbrar a partir de esto grandes diferencias entre ambas.
Algunas de las señales iniciales de conflicto entre ciencia y religión se remontan a los grandes descubrimientos de los siglos XVI y XVII (algunos de ellos, curiosamente, realizados por personajes religiosos). Por primera vez, la observación cuidadosa y la recolección minuciosa de datos permitieron dar una explicación racional a los fenómenos cotidianos. Sin duda una de las más grandes revoluciones en el pensamiento humano fue el descubrir que el planeta Tierra no era el centro del Universo, idea condenada violentamente en particular por la iglesia católica y su “santa” Inquisición. Quizás el caso mas conocido es el de Galileo, quien defendía la teoría de Nicolás Copérnico que ponía al Sol, y no a la Tierra, como centro del Universo —idea ya hace tiempo descartada gracias a nuevos descubrimientos— y quien fue obligado a retractarse y a vivir el resto de sus días encerrado en su casa. Otros casos menos sonados, como el de Giordano Bruno, un italiano que a puro razonamiento planteó la idea de la infinitud del Universo, y de que las estrellas eran soles como el nuestro con planetas a su alrededor (esto último, confirmado el 12 de octubre de 1995 al observarse el primer planeta orbitando una estrella diferente de nuestro Sol) terminaron de forma más trágica: Bruno fue quemado vivo en la hoguera por órdenes del papa Clemente VIII.
Estas y otras ideas nacidas en el seno de la ciencia significaron un duro golpe para las ideas religiosas de la época que centraban, de manera absoluta, al ser humano como centro y razón de ser del Universo y reaccionaron condenando a sus propulsores y levantando listas de libros prohibidos.
Desde luego, sería injusto no mencionar ejemplos de grandes aportes a la ciencia moderna realizados por personas a la vez científicas y religiosas, como es el caso del sacerdote católico y físico Georges Lemaitre, quien postuló la teoría que actualmente se acepta como el origen del Universo: La Gran Explosión. Esta teoría es un buen ejemplo de cómo a pesar de sus diferencias irreconciliables en cuanto a la forma de tratar sus planteamientos, la ciencia y la religión pueden coexistir, dado que es actualmente aceptada en alguna medida por católicos, musulmanes progresistas, budistas, hinduistas y algunas ramas del judaísmo.
La asimilación de los nuevos descubrimientos de la ciencia por parte de las religiones es un proceso lento y conflictivo —pero nunca impuesto— que ha requerido grandes reformas en la concepción que cada una tiene de su respectiva divinidad. Por otro lado, aunque no es la intención de la ciencia meterse en asuntos de religión, es inevitable que con sus avances y descubrimientos cada vez haya que apelar menos a la intervención de algún ser sobrenatural para explicar el mundo que nos rodea. Es quizás ahí donde está la amenaza que representa el avance científico para las religiones: en la relegación del papel de sus dioses a un lugar cada vez más abstracto y menos cotidiano con el cual sus fieles se vean identificados y por ende, a la pérdida de poder para las jerarquías religiosas que una perspectiva mas amplia de la existencia, apoyada por hechos científicos demostrables, representa.
Así pues, la barrera es real y entendible, pero no necesariamente impenetrable. La coexistencia entre ambas es posible y con un enfoque adecuado, la humanidad puede beneficiarse de los aspectos positivos que tanto ciencia como religión tengan para ofrecer.
* Estudiante de Astrofísica, UCR
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