viernes, 1 de agosto de 2008

Como travesti sin peluca.- Gustavo Chinchilla

Como travestí sin peluca.
Por Gustavo Chinchilla.


Hay quienes tienen la firme creencia que a esta vida se viene con un propósito establecido lo cual comparto. Pero además se piensa o se cree que se viene ya con el destino marcado y esto no se puede cambiar. En lo personal soy de los que piensan que el destino es como un libro donde cada cual escribe lo que quiere. Después de todo Dios nos creo, a su imagen y semejanza, nos hizo personas pensantes y con sentimientos a diferencia de otros seres vivos.

Nosotros nos podemos denominar seres con libre albedrío y esta libertad incluye la escogencia de nuestra sexualidad.

Hablando de sexualidad centrémonos en la homosexualidad. Y si hay algo que nuestra cultura cristiana moralista desconoce, le teme y quisiera ocultar del todo es la homosexualidad, la cual por siglos ha sido asociada y objeto de todo tipo de estereotipos y estigmas que no tienen nada que ver en si con el ser homosexual, y como resultado de la falta de conocimiento sobre la misma, constantemente hemos sido objeto de tratos más que inhumanos, degradantes.

Muchas veces cuando se habla de homosexualidad lo primero que piensan es en algo sucio, en personas teniendo sexo como desaforadas y con todo aquel que se cruce por su camino. Esta imagen distorsionada es la que no permite que el resto de la población nos vea y nos asuma como quienes somos y es que el resto de la población debería saber que El sexo no lo es todo, así como la peluca no lo es todo para el travestí – Están los zapatos, el traje, el maquillaje, etc.- de igual forma el ser homosexual es más que tener sexo, es amar la vida, amar al prójimo como a si mismo, es dar lo mejor de si, imprimirle ese toque de "glamour" , belleza y alegría que caracteriza a los homosexuales ( seas o no declarado y asumido), además, algo que muchos heterosexuales ignoran es que en una relación de pareja entre homosexuales esta presente el romanticismo, el afecto, la ternura, el cariño, la dedicación, el estar dispuestos a compartir y reconocer cuando se equivocan, el estar dispuestos a corregir los errores que se cometen, el dar cada uno lo mejor de sí mismo, y muchas cosas mas; Obvio no hay que irnos a los extremos el sexo no puede faltar, este viene a ser "el puntito de sal" que le da gusto a la relación, es cuestión de saber encontrar el equilibrio, por decirlo así, debe combinar y armonizar con los otros elementos de la relación.

Cuando nosotros como gays que somos asumamos esto así y lo vivamos plenamente nuestro entorno va a ver las cosas tal y como son.

Algún día la población heterosexual y la homosexual homofobica van a entender que no somos diferentes y por ende tampoco debe ser el trato que recibamos. Al cambiar esto cambiara la creencia que somos unos aberrados que hemos sido olvidados por Dios y estamos destinados a vivir condenados. Porque Dios en ningún momento nos condena por ser homosexuales, y en cuanto a los actos homogenitales (sexo entre individuos de igual sexo), me atrevería a decir que Dios solo los condena cuando se hacen de una forma irrespetuosa, excesiva y falta de amor, y aquí bien una aclaración sabemos que no sólo los homosexuales incurrimos esta practica, los bisexuales y los heterosexuales también son ávidos practicantes del sexo por placer, y en muchos caso son mas promiscuos y faltos de amor que quienes somos señalados.

Cuando dos individuos se aman (de forma romántica y erótica) indudablemente siendo así llegaran a entregarse y a compartirse íntimamente el uno con el otro; la cuestión es que debe ser por amor y no por el simple hecho de querer estar con alguien, ya que de lo contrario estaremos cayendo al nivel de quienes actúan por instinto, y no somos seres instintivos, como decíamos al anteriormente nosotros fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios, y al igual que él contamos con un maravilloso don... El don de dar y recibir amor.

No hay comentarios: