sábado, 13 de septiembre de 2008

Cuando el odio y la ignorancia se visten de ciencia

Este es un artículo homofóbico. Más aún: es un artículo fieramente homofóbico. Pero hay que leerlo porque es útil. Sirve para ilustrar cuánta ignorancia y oscurantismo, cuanto prejucio e, incluso, cuanta mala intención y estupidez se disfrazan detrás de las poses que asumen los beatos y los señorones "decentes".

Veamos algunas joyitas:

. Dice el señor que lo escribe que no hay evidencia científica que avale la "teoría genética" de la homosexualidad. Para ilustrar el sinsentido de tal aseveración, pongámosla a la inversa y expresémosla en forma de pregunta: ¿existe evidencia científica que avale la "teoría genética" de la heterosexualidad? Este es, tan solo, un típico atajo casuístico, en cuanto, de forma oportunista, se quiere hacer creer que para aceptar la homosexualidad primero hay que demostrar su origen genético. Si esto no se demuestra, luego la homosexualidad deviene o bien una monstruosidad o bien un capricho de comportamiento propio de gente perversa. El señor simplemente juega en su artículo con los argumentos a la medida de sus prejuicios y pretendiendo vestir con trajes de ciencia lo que tan solo es el odio que envenena su alma.

. Luego el señor -de forma evidentemente mal intencionada- tergiversa y miente. En particular respecto de dos cosas: que la población GLBT pretendemos convertirnos, mediante la ley, en una "casta intocable" y que, además, buscamos imponer como obligatoria la "educación homosexual". Desde luego, esto no tiene sentido alguno. Pero más que un absurdo, hemos de insistir, esto es una mentira. Lo que buscamos son dos cosas que, para cualquier persona civilizada, resultarían perfectamente razonables: que la ley proteja a las personas GLBT de la agresión, el maltrato y la incitación pública al odio motivados por la orientación sexual o la identidad de género. Y, segundo, que la educación promueva el respeto a la diversidad, no solo en materia sexual sino, en general, la diversidad cultural, étnica o de cualquiera otra naturaleza.

. Hay otras tonterías que este señor suelta, por ejemplo, a propósito de la familia tradicional o la presunta inmutabilidad antropológica del ser humano. La apelación a lo de la "mayoría" es, por supuesto, una auténtica aberración, la cual implicaría anular los derechos de todas las minorías, incluso la de las poblaciones indígenas, afrodescendientes o personas con alguna necesidad física especial. Dejémoslo que el doncito luzca, así tan orondo y desvergonzadote, la inmensidad de su ignorancia.


No abrir portillos legislativos
Solicito a la Asamblea archivar el proyecto de ley sobre uniones civiles homosexuales

Enrique Vargas Soto
Abogado

Jokin Irala, doctor en Medicina y doctor en Epidemiología-Estadística por una universidad norteamericana, autor del libro Comprendiendo la homosexualidad, Eunsa, España, 2006, y coautor de otro libro sobre el tema usado en varias universidades, afirma que “no existe evidencia científica que avale la teoría genética de la homosexualidad o que la homosexualidad pueda ser innata”.

En una entrevista realizada por la revista española Tiempo Actual (julio-agosto de 2006), aclara que en Homosexuality an American Psychiatry , de Bayer, se explica con detalle que los gais y las lesbianas de Estados Unidos consiguieron que la Asociación Americana de Psiquiatras eliminara la homosexualidad de enfermedades ASM III.

Por votación. Al Dr. Irala, profesor universitario de Salud Pública, le sorprende que la exclusión se hiciera por votación y apenas por un 25% de sus miembros. Esto lo ocultan los interesados. O sea que se omitió la no evidencia científica. Asimismo, aclara que en Estados Unidos existen grupos de homosexuales y lesbianas que se oponen a quienes quieren volver a la normalidad, a su heterosexualidad (hombre y mujer).

Como Internet es el gran comunicador actual, ahora se han organizado mejor y se han constituido en grupos políticos que presionan a los cuerpos legislativos en demanda de derechos. Una de estas demandas aquí es poder acusar judicialmente a quienes se les opongan, con lo cual se constituirían en una casta intocable.

Afirma el Dr. Jokin Irala que la Asociación de Investigación y Terapia de la Homosexualidad de Estados Unidos habla de esta como “un desarrollo inadecuado de la identidad sexual”.

Contradicción. Existe en el proyecto presentado en la Asamblea Legislativa una notoria contraposición entre el homosexualismo y el matrimonio y la familia tradicionales. Por consiguiente, resulta contradictoria la petición de una equiparación de derechos. Subyace una falsa dialéctica en sus planteamientos.

Si son lo contrario del matrimonio y la familia tradicionales, sino que se trata de “un desarrollo inadecuado de su identidad sexual”, no procede la equiparación de derechos. Además, no puede vaciarse a la persona humana de su contenido antropológico y llenarla después de un movedizo o cambiante contenido legal, que hoy es así y mañana es diferente, según la ideología del legislador. Lo cierto es que se nace hombre o mujer.

Si bien debe respetarse a las personas y sus preferencias sexuales, se combaten las ideas. Por eso, resulta inadmisible la pretensión del proyecto de introducir como obligatoria la educación homosexual en el sistema educativo costarricense. Es decir, que el Estado, obligatoriamente, debe fomentarla. Sin embargo, ni aun siendo la mayoría de tal tendencia, podría prohijarse este tipo de educación, porque atentaría contra el rico contenido antropológico de la persona humana, el cual contenido no está compuesto de simples variables estadísticas, sociológicas o culturales.

Mayoría heterosexual. Este tipo de “educación” es una pretensión que hiere mortalmente el bien de la sociedad. Al ser la gran mayoría costarricense heterosexual, de aprobarse semejante reforma, se violaría el artículo 105 de la Constitución , pues “La potestad de legislar reside en el pueblo, el cual la delega en la Asamblea Legislativa por medio del sufragio…”. Y la gran mayoría de nuestro pueblo, repito, no es homosexual.

Ojalá que nuestros diputados no cedan ante esas presiones ni abran portillos que, después, otros grupos pretendan utilizarlos para el otorgamiento de derechos especiales.

Por lo tanto, en mi condición de ciudadano sufragante, solicito a la Asamblea Legislativa, con todo respeto, archivar el proyecto de ley comentado.

Otras son las leyes que espera el país.

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