jueves, 6 de noviembre de 2008

Una ilustración acerca de cómo el oscurantismo religioso mata vidas de seres humanos de carne y hueso

Que sigan los abortos

Luis Carlos Ramírez
, clinica.diabetes@gmail.com
Médico

Una investigación reciente sacó del ropero de nuestra intimidad la escalofriante cifra de 27.000 abortos clandestinos al año. Detrás de esos fríos y anónimos números se esconden, sangrantes y silentes, 27.000 mujeres costarricenses, madres, hijas, hermanas, novias, amigas, vecinas nuestras.

Esa cifra se debe a que el 40% de los embarazos del país son no deseados, lo que totaliza 28.000, y a los 14.000 embarazos en adolescentes.

A su vez, esta realidad se debe a la falta de educación sexual de nuestros jóvenes, educación que, como todos sabemos, ha sido obstaculizada eficazmente por la Conferencia Episcopal, es decir, por los obispos del país, jefes de la Iglesia Católica. Así las cosas, la ministra de Salud, con el apoyo del presidente de la República y un grupo de valientes legisladores, está proponiendo una reforma a la Ley General de Salud, que permita el uso de la píldora del día después como una alternativa anticonceptiva más.

Creencias y ortodoxia

La iniciativa se encuentra en los corredores del Congreso y ya han anunciado su oposición los diputados Fernando Sánchez del PLN y Guyón Massey del PRN. Al respecto, Fernando Sánchez afirmó: “En el caso mío, que soy practicante católico, donde hay posiciones que el mismo Papa ha externado, yo he sido muy claro que me voy a guiar por los dictámenes de la Iglesia Católica”. En otras palabras, al diputado Sánchez le importan más los preceptos y la ortodoxia de su Iglesia que reducir los embarazos no deseados, causa de los 27.000 abortos clandestinos del país. Por su parte, Guyón Massey afirma que “la píldora es abortiva y produce efectos colaterales terribles”. Para el diputado Massey los efectos colaterales que puede producir la píldora del día después son más terribles que un aborto clandestino.

A confesión de parte, relevo de prueba. Los costarricenses quedamos claramente notificados de que los diputados Sánchez y Guyón, y los que como ellos piensan, anteponen sus creencias y la ortodoxia de sus organizaciones a las razonables medidas concretas para reducir el terrible flagelo del embarazo no deseado y sus consecuencias.

Doble moral

La diputada Ana Elena Chacón, abanderada de las mejores causas de las mujeres y sus derechos sexuales y reproductivos, ha descrito con meridiana claridad lo que sucede en torno a este asunto: “Existe una doble moral. Muchos hombres y mujeres que se oponen a esto –la píldora del día después– son personas que tienen máximo dos hijos y no tienen ocho hijos a la cola, pero que tienen prejuicios”. Más claro no canta un gallo.

Yo espero que, ante esta interpelación pública, los diputados Sánchez y Massey no den la callada por respuesta. Este asunto es muy serio como para esconderse detrás de preceptos que no defienden la vida de las mujeres.

LA NACIÓN, 6 de Noviembre de 2008

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