Familias tradicionales castigan físicamente a niños y niñas para “educarlos”*
Es una práctica que se percibe como “virtuosa”, dice experto
La violencia contra menores es un componente de las agresiones domésticas
97 por ciento de padres y madres han maltratado a infantes
Mario Alberto Reyes
Los castigos físicos contra niños y niñas son ampliamente aceptados en la sociedad porque se perciben como una práctica “virtuosa” para corregir conductas. Incluso, en el refranero popular hay dispositivos legitimadores de serias violaciones a los derechos fundamentales de los menores, externó Roberto Castro.
En el último día de actividades del seminario Familias en el Siglo XXI: Realidades Diversas y Políticas Públicas, el investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, apuntó que el castigo físico ejercido contra los niños es un componente esencial de los problemas de violencia intrafamiliar.
En contraste con las ideas vertidas durante el VI Encuentro Mundial de Familias, en el que grupos ultraconservadores pugnaron por la no intromisión del Estado en el núcleo familiar por considerarlo estrictamente privado, Roberto Castro urgió a impulsar políticas públicas que fomenten la conciencia social de los derechos de niños y niñas.
Al citar datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2003, del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, el experto mencionó que de 19.5 millones de mujeres encuestadas de 15 y más años de edad, unidas y casadas, 40 por ciento reportó haber sufrido castigos en la infancia.
A ellas se les preguntó si de niñas atestiguaron violencia entre sus padres o adultos que las cuidaron. El objetivo fue saber si vivieron violencia de pareja, y si ellas mismas la ejercieron contra sus hijos e hijas. A través de ellas se indaga la conducta de la pareja respecto al tema.
El especialista del CRIM, aclaró que se midió la violencia física cotidiana, la utilizada para corregir a los niños como nalgadas, cachetadas y coscorrones, así como la emocional manifestada por medio de insultos o humillaciones.
“Se trata de formas de violencia disfrazadas de virtuosismo altamente aceptadas y se ejerce para educar a los hijos. Muchos padres dicen que sienten feo, pero piensan que es parte de su deber educarlos con violencia. Se trata de un problema de virtud mal entendida”.
Según el documento, los grupos de mujeres más jóvenes reportaron menos maltrato físico, lo que supone, dijo Castro, que a medida que aumentó la edad se incrementó la frecuencia en la que sufrieron violencia física y disminuyó el porcentaje de mujeres que la consideraba normal.
Sobre la violencia ejercida por las mujeres y sus parejas contra sus hijos, 53 por ciento de las mujeres de 15 años y más, unidas o casadas, reportó ejercicio de violencia física. Agregaron que 20 por ciento de sus parejas también lo hacen.
“Si tomamos al conjunto de personas que ejercen violencia contra sus hijos, tenemos que 97 por ciento lo hace de vez en cuando”, dijo.
Al presentar la ponencia Maltrato familiar contra la infancia en México, Roberto Castro detalló que los niños de entre dos y cinco años de edad fueron los más castigados físicamente con 62.7 por ciento, es decir, la frecuencia de maltrato físico contra los niños disminuye a medida que aumenta la edad.
Sobre los ejecutores de la violencia contra los infantes, el investigador aseveró que fueron las mujeres debido a que pasan más tiempo con ellos. En los hogares donde sólo existen niñas, los castigos existen en 42 por ciento de los casos. En cambio, donde predominaron los varones, la cifra fue de 49 por ciento, y en las familias mixtas, las agresiones alcanzaron 58 por ciento.
Por último, aseveró que desincentivar la tolerancia hacia el castigo físico hacia los infantes debe formar parte de la lucha contra todos los tipos de violencia.
* Agradecemos el apoyo de la coalición Las familias somos... y el comité organizador del seminario Familias en el Siglo XXI.
Notiese, México, 20 de enero de 2009
http://www.notiese.org/notiese.php?ctn_id=2571
miércoles, 21 de enero de 2009
La violencia en la realidad de la familia patriarcal que el oscurantismo religioso se empeña en mitificar
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