lunes, 23 de marzo de 2009

Más sobre los horrores del Vaticano...y otros horrores

Me sorprende tu sorpresa
Luis Mata G.
luismatagui@gmail.com

Dos cosas en los últimos días, ocupan parte del tiempo de quienes aun tenemos la costumbre de tertuliar: la posición del Papa –la infabilidad papal aun no ha cambiado—sobre el uso de los preservativos o condones y el cobro que le hacen ahora a las emisoras, por promocionar música.

En realidad, no hay nada de que sorprenderse: la iglesia, históricamente, casi siempre llega tarde a las nuevas corrientes; no es de extrañar su posición, en el tanto quienes mantienen el celibato y la castidad como norma en sus cánones, es lógico que se expresen de esa forma sobre temas que tengan que ver con el libre ejercicio de la sexualidad, que dicho sea de paso, es un don divino.

Lo que resulta, más que sorpresivo, ofensivo, es que hable del no uso del condón, en África, continente que padece desde hace décadas, la muerte de millones por VH-SIDA y se diga que en lugar de prevención, lo que debe darse es consolación; algo así como si en lugar de hacer un puente para cruzar un río, se nos pida no hacerlo, cruzar a nado y rezar por las almas de los ahogados.

No puede haber sorpresa en las declaraciones papales, pues la coherencia del Papa actual es pública y notoria; quien ejerció de jefe de la inquisición, mantiene sus posiciones; que lo digan Hans Kung y otros cientos de miembros de la iglesia, condenados a callar, por expresar opiniones demasiado liberales a gusto del Papa; el resto de condenas, son de todos y todas conocidas; no importan los altísimos índices de madres menores de edad por no tener educación sexual; según la visión eclesiástica, tal cosa es asunto de las familias y no del Estado –como debe ser--, porque en ese caso en particular, el Estado no debe interferir con la familia; ya quisiera uno entonces que en concordancia, dejáramos de ser un Estado confesional, para ser un Estado Laico, de manera que cada uno en su casa y Dios en la de todos como dice el refrán.

En el otro caso, el que ahora denuncia CANARA, la cosa mueve sentimientos: todos los días, en tiempos del referéndum, CANARA dedicó todo sus esfuerzos editoriales, a denigrar e insultar a quienes pensábamos diferente y a meter miedo, a quienes dudaban, con tal de lograr la aprobación del TLC. Hoy, amparados a éste, las transnacionales cobran lo que consideran legal y recurren al tan deteriorado Estado de Derecho para hacerlo; bien dice el refrán que al que sirve al diablo, con llevárselo le paga.

Sin embargo, si el TLC afectara únicamente a quienes lo impulsaron, la verdad –me confieso pecador- la verdad que en lo personal, disfrutaría el mal ajeno; pero no es así; el proyecto estrella de la administración Arias y sus socios, nos afecta a todos y todas, sin distinguir color político, posición social o razón ideológica; la rapacidad de aquellos que piensan que todo es negocio, no conoce límites y estoy seguro, que vienen a cobrar a toda emisora, grande o pequeña, por poner música.

Lamentablemente, para cobrar, da lo mismo transmitir en San Carlos o Corredores, como tener antenas en el valle Central y ese cobro, muy legal, pero a todas luces, injusto e inmoral, va a caerle con todo, a todas las emisoras de radio; el gobierno, que tiró la piedra sin esconder la mano, no dice nada y no me extrañaría que salgan con el cuento de que “eso es un asunto de los tribunales”.

En los tiempos que corren –de crisis global- pareciera que hay empresas que con tal de salvarla, no tienen ningún problema en explotar al que se ponga; con la complicidad de quienes viven en función de salir bien las fotos o de denunciar tonterías, mientras se callan ante actos que atentan contra la sociedad en general, de nuevo habrá que ponerse vivo y luchar por algo que es correcto, a pesar de quienes más se quejan, no tuvieron problema ético ni moral alguno, en servir de felpudo radial, para que algunos y algunas se limpiaran las pezuñas, a costa del Estado Social de Derecho, callando por conveniencia, ante cosas tan graves, como que un Ministro de Comercio Exterior, conocido por su inutilidad a la hora de presentar leyes en el congreso, haya viajado a la capital estadounidense en diciembre, para comprometer a todo el país, a aprobar leyes que benefician a las empresas farmacéuticas y agroquímicas, para que se hagan más ricas, de lo que ya son.

Por ser una cosa de justicia y de moral, no tengo ningún problema en condenar el abuso de transnacionales contra las emisoras de radio; no lo hago para defender a CANARA; bien estaría que por una vez, pague las consecuencias de sus abusos radiales mañaneros; lo hago, por que las que no resistirán ni un aleteo de semejante huracán de rapacidad, son las emisoras rurales, las pequeñas de la AM y la FM, obligándolas a cerrar y con ello, atentando contra el derecho sagrado a la libre expresión.

Por supuesto, a quienes se jalan los pelos ahora, no queda más que decirles aquello de “me sorprende tu sorpresa”; no se vale que ahora se sientan sorprendidos, por aquello que impulsaron, excepción aparte, de que hallan apoyado algo que no se molestaron en analizar, o que, habiéndolo analizado, no les hubiese importado, pensando que estarían exentos de cualquier cosa.

Costa Rica, 23 de marzo de 2009

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