lunes, 4 de mayo de 2009

En relación con el caso Lugo: la cruda realidad del machismo en la sociedad paraguaya

El 'harén' de Paraguay
La vida sexual del presidente Lugo responde a una tradición de machismo y promiscuidad en un país en el que el 70% de los hijos son ilegítimos

VERÓNICA CALDERÓN

Cuando el presidente de Paraguay y ex obispo católico, Fernando Lugo, de 57 años, reconoció haber procreado un niño, que ahora tiene dos años, con Viviana Carrillo, de 26, desató una crisis política en su país y, fuera de sus fronteras, levantó más de una ceja. Lugo, que consiguió en 2008 poner fin a 61 años de hegemonía del Partido Colorado, ha sido señalado como el padre de dos críos más. Pompeyo Lugo, hermano del mandatario, atribuyó las denuncias a "una campaña sucia" para desestabilizar al Gobierno, según declaró a medios locales. El presidente justificó sus actos como el "fruto de procesos históricos". La historia de su país le da la razón.

En Paraguay, el ex religioso no es ningún pionero en paternidad irresponsable. La cultura sexual del país suramericano es el producto de una historia repleta de abusos, promiscuidad y machismo; marcada por una guerra que diezmó a su población. "Las mujeres mantienen los hogares y se encargan de los hijos; los hombres se dedican a socializar", describe la antropóloga Patricia Kluck, especialista en América Latina de la Universidad de Maryland (EE UU). Como resultado de la "socialización", Paraguay tiene la segunda mayor tasa de fecundidad de América -sólo es superado por Haití- y uno de los más altos índices de hijos ilegítimos del continente.

Las explicaciones se remontan a la época colonial. Los primeros españoles, liderados por Domingo Martínez de Irala, llegaron a Paraguay en 1536. Pronto descubrieron que el oro y la plata no abundaban. Aún así, fundaron en Asunción la primera capital de los asentamientos hispanos en Suramérica. Ahí se crearon los primeros harenes de la región, llenos de mujeres guaraníes, y se gestó una sociedad donde "el mestizaje era abundante", según apunta el historiador Richard Sacks, autor del libro Paraguay: the personalist legacy (Paraguay: el legado personalista). "El propio Irala eligió como concubinas a varias indias e instó a sus hombres a mezclarse con las mujeres del lugar", comenta. La mezcla es evidente hasta hoy. Más de la mitad de la población paraguaya (unos siete millones de habitantes) habla guaraní, la lengua materna de un 28%.

Sacks relata que cuando el explorador Álvar Núñez Cabeza de Vaca, enviado como adelantado, advirtió a Carlos V de la promiscuidad que reinaba en la colonia, la población se sublevó en su contra. Cabeza de Vaca fue enviado de vuelta a España, acusado de atropellos contra indígenas y españoles.

El siglo XIX consolidó a una sociedad machista y permisiva.El país vivía bajo una política de aislamiento, sin que sus habitantes cruzaran sus fronteras, hasta la Guerra de la Triple Alianza, en 1865. La lucha armada enfrentó a Paraguay contra Brasil, Argentina y Uruguay y mató a más de la mitad de sus habitantes. Su población masculina quedó diezmada. La guerra acabó con un 90% de los hombres jóvenes paraguayos. La promiscuidad fue asumida como una vía de supervivencia. "La ilegitimidad no era un lastre social si el hijo conocía el nombre de su padre y, menos aún, si era reconocido", comenta Kluck, quien afirma que "una sociedad de pocos hombres fortaleció al machismo".

Un machismo que impera en Paraguay. Un 80% de las mujeres del país han sido víctimas de abuso sexual, según un estudio del Centro Paraguayo de Estudio Nacional de la Población. Derechos Humanos calcula que, cada día, seis niñas o mujeres paraguayas sufren de violencia física o sexual. Y los datos oficiales señalan que siete de cada 10 hijos son registrados sólo por la madre -en México, uno de cada seis- pese a que en la actualidad los hombres paraguayos no escasean. Son el 50,4% de su población.

Hasta los predecesores de Lugo cumplen con la tradición. Ocho de los 45 presidentes paraguayos fueron hijos de madres solteras, y por lo menos 17 tuvieron hijos ilegítimos. No todos han salido indemnes de los líos de faldas. El presidente Eligio Ayala (1924-1928) murió en 1930 en un crimen pasional, que involucró a su amante Hilda Diez y a Tomás Bareiro. Ayala sorprendió a Diez con Bareiro y los hombres se enfrentaron a duelo. Sólo Diez sobrevivió.

EL PAÍS, España, 2 de Mayo de 2009
http://www.elpais.com/articulo/internacional/haren/Paraguay/elpepiint/20090502elpepiint_6/Tes

1 comentario:

Anónimo dijo...

ESTUPRO EN EL OBISPADO

2009-4-13

Por Luís Agüero Wagner.

Una escabrosa historia de encubrimiento a un farsante acabó en gran parte este lunes de pascuas, cuando el obispo Fernando Lugo reconoció públicamente ante las cámaras de Televisión haber tenido relaciones con una jovencita de 16 años, Viviana Carrillo, en tiempos en que se desempeñaba como Obispo de San Pedro, abrió en Paraguay el debate que ya estaba instalado en otras latitudes: el de los escándalos aberrantes que de un tiempo atrás sacuden a la iglesia católica.


No está demás mencionar que la Iglesia Católica protege a estos delincuentes para defender su propia imagen en lugar de denunciarlos y expulsarlos para defender al resto de ciudadanos. La mayoría de los casos de pedofilia se han intentado resolver internamente, trasladando a los curas pederastas a otras parroquias y hablando con las familias para evitar las denuncias. Lejos está Paraguay de ser un caso aislado en Sudamérica.
Un grave escándalo, de características y dimensiones similares al que estalló hace tres años en Estados Unidos, se instaló recientemente en los altares de la Iglesia Católica de Brasil.. Entre ellos figura el sacerdote Félix Barbosa Carreiro, quien hace unas semanas fue detenido tras ser sorprendido en una orgía de droga y sexo con 4 adolescentes, y que acusó a “otros 12 padres” de incurrir en prácticas similares. Otro caso es del padre Alfieri Eduardo Bompani, de 45 años, quien grababa videos y escribía un diario donde daba cuenta de sus acciones.

El más repulsivo es el caso es el del padre Tarcisio Spricigo, que abusó de varios menores antes de ser arrestado por haber violado un pequeño de sólo cinco años de edad. En los documentos y pruebsa del proceso contra el cura ha sido incluido un diario, que es una especie de “manual de pedofilia”, que incluye consejos como “jamás tener una relación con niños ricos”. El libro de Spricigo, que fue descubierto por casualidad por una monja que lo llevó a la Policía brasileña, también contiene “diez reglas para actuar y quedar impunes”.

“Llueven niños seguros y confiables que son sensuales y que mantienen un total secreto, que sienten la falta del padre y viven sólo con la madre (…) Soy un seductor, seguro y calmo. Basta aplicar las reglas y el chico caerá en mis manos y seremos felices para siempre”, anotó el religioso en su escalofriante“manual”.
La lista de casos de depravados y criminales ocultos bajo las sotanas se antoja interminable: En Chile, el religioso Jaime Low Cabeza, fue detenido por presunto estupro y abuso sexual contra menores. Los abusos que supuestamente afectaron a cinco menores -todos varonesde entre 15 y 17 años- se habrían concretado cuando el religioso se desempeñaba en la pastoral juvenil de la parroquia.

En 2001, el religioso salesiano Carlos Larraín fue acusado de abusos contra una menor de nueve años en la época en que se desempeñaba como director del Colegio María Auxiliadora (entre 1997 y 1999). En abril de 2004, el sacerdote Víctor Hugo Carrera fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Santiago, luego de permanecer tres años como prófugo de la justicia, pues fue acusado de abuso sexual contra un menor en 1999 en Punta Arenas.
Mientras en Paraguay el obispo Fernando Lugo reconoció haber cometido estupro siendo obispo, y niños sordomudos denunciaron haber sido violados por curas en Verona, en México denuncian que existen logias protegen a estos criminales.

El cardenal mexicano Norberto Rivera Carrera y el arzobispo de Los Angeles, Roger Mahony, habrían encubierto a un sacerdote mexicano acusado de varios casos de abuso sexual contra menores monaguillos bajo el paraguas de esta suerte de Odessa de pedófilos.
La deportación por parte de las autoridades de la Santa Iglesia de Roma, con destino a Paraguay, de varios sacerdotes católicos acusados de haber abusado sexualmente de menores en todas las latitudes del orbe, aumenta las sospechas en cuanto al encubrimiento brindado a estos criminales. No hace mucho que en un ambiente caldeado laicos organizados y fieles católicos del Alto Paraná, a trescientos kilómetros de la capital del pais, denunciaron que en su comunidad se habían refugiado en un seminario los padres Carlos Urrutigoity y Eric Ensey, acusados de abuso sexual en Estados Unidos. Es demasiado casual que estos criminales se hayan refugiado en el Paraguay poco después del triunfo electoral del obispo Fernando Lugo, que se produjo en ancas de algunas de las más reaccionarias fuerzas atávicas de este Paraguay surrealista: el pensamiento mágico, la tradición autoritaria y el machismo con el cual fue denigrada un candidata mujer.
Para concluir esta descripción del Paraguay, podríamos tomar prestadas palabras publicadas en la Jornada de Oriente con la firma de Anamaría Ashwel, y sólo cambiar la palabra México por Paraguay: “una oscurantista alianza masculina, mayormente de políticos y sacerdotes, han regresado el tiempo de México al Virreinato: han legislado para quitarle el derecho a la mujer sobre su cuerpo. Sacerdotes supuestamente célibes, abiertamente misóginos, muchos pedófilos y desconocedores absolutos de la condición fisiológica y social de las mujeres —y encima vestidos con faldas largas— representando valores culturales que para las mujeres caducaron con el Virreinato, apuntalaron el voto de políticos que decidió que las mujeres sólo tienen el derecho a estar preñadas.” LAW