martes, 9 de junio de 2009

Crímenes de odio contra personas GLBTI en México

Odio a muerte. Crímenes motivados por el desprecio a lo diferente*

México DF

Una inscripción en el cuerpo con el vocablo ‘puto’ en el tórax”, “112 puñaladas”, “un balazo por el ano”, son parte de las descripciones de asesinatos cometidos contra personas homosexuales en los últimos años. La extrema violencia y saña con la que se cometen los crímenes son clara muestra de un odio exacerbado.

En la mayoría de los casos, el móvil del crimen fue el rechazo a la condición sexual del individuo y una condena moral hacia su modo de vida.

“Hombres vestidos de mujer”, “afeminados”, “lilos”, “mujeres con premio” u “hombres de costumbres raras” así es como son calificadas las víctimas. La mayoría de ellos, tras haber sido asesinados, son olvidados por las autoridades y hasta por sus familias.

La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) reporta que en el 80 por ciento de los casos las autoridades no han resuelto los crímenes. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) informó, el pasado 17 de mayo, que 98 por ciento de los casos permanecen en la impunidad.

Reflejo de esta situación son las declaraciones emitidas por el fiscal de homicidios de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, Joel Alfredo Díaz, quien indicó a la revista Chilango que “estos crímenes eran pasionales” o “cuestiones de pareja”. Esta respuesta fue secundada por Lucía Reza, titular de la Unidad Especializada en Mujeres y Personas con Preferencias Sexuales Diferentes, quien en aquella ocasión mencionó que no hay odio en los crímenes puesto que los gays son “muy apasionados y exigen más fidelidad”.

Letra S solicitó una entrevista con el fiscal de homicidios y hasta el cierre de esta edición no obtuvo respuesta, mientras que localizó a Lucía Reza y obtuvo como respuesta que “quien podía hablar de eso era el fiscal”.

Asimismo, a la solicitud presentada ante el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública para conocer el número de crímenes de odio registrados en la Procuraduría General de la República, la respuesta fue que éstos no existen.

Pocas son las denuncias que llegan a organismos públicos. Hasta el momento, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) sólo ha emitido dos recomendaciones, una referente al caso de la comunidad gay de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y de los señores Martín Ramón Moguel López y Jorge Alejandro Gutiérrez Esponda, emitida el 20 de julio de 1993, donde se señalaba que “en el caso de la comunidad gay, no se han integrado diversas averiguaciones previas iniciadas por el delito de homicidio, cometidos en agravio de miembros de dicha comunidad”.

l 31 de agosto de 1994 se envió al Procurador General de Justicia del Distrito Federal, una recomendación referente al caso de los señores Francisco Estrada Valle y otros, quienes fueron privados de la vida en el mes de julio de 1992, en la que se denuncia “la omisión en la práctica de diligencias conducentes al esclarecimiento de los hechos”.

La homofobia

El odio hacia las personas con orientación no heterosexual es conocido como homofobia, la cual de acuerdo con la CDHDF es “miedo irracional –la fobia– a personas con una práctica sexual homosexual o lesbiana. A veces, el miedo se manifiesta como rechazo, otras se expresa como agresión, y unas pocas más implica disgustos ante mujeres ‘masculinas’ y hombres ‘femeninos’”.

Por ello, este tipo de asesinatos han sido denominados, por organizaciones de la sociedad civil, como la Comisión Ciudadana Contra Crímenes de Odio por Homofobia (CCCCOH), única organización que lleva un conteo a nivel nacional, como crímenes de odio por homofobia.

Yesenia Peña Sánchez, antropóloga sexual y de la salud, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia, explica a Letra S el funcionamiento social de estos hechos: “los crímenes de odio por homofobia son recursos de autocontrol y control social, ya que quien o quienes cometen un asesinato de este tipo no sólo es por un acto de fobia o miedo, sino que también implica odio, rechazo y poder, donde se somete al otro (sea mujer u hombre de cualquier condición) a la voluntad de quien(es) comete el asesinato; es un acto de demostración de que se tiene el control y que se puede ejercer hasta sus máximas consecuencias, lo que también implica sadismo y tortura”.

La CCCCOH, en su reporte preliminar, registra 464 crímenes de odio por homofobia en México, entre los años de 1995 a 2007. La mayoría de ellos han sido cometidos contra personas del sexo masculino, 445, 19 del femenino y 52 travestis o transgénero.

La entidad que presenta el mayor número de registros es el Distrito Federal con 131, seguido por el estado de México, con 63; Michoacán y Yucatán, con 39 respectivamente, y Colima, con 24.

La delegación Cuauhtémoc, en el DF, con 38 casos y el municipio de Ecatepec, en el estado de México, con 14, son los lugares con mayor incidencia de estos crímenes en el país. Ambas entidades enfrentan procesos legales por despedir a servidores públicos por su orientación sexual. Cuauhtémoc a dos trabajadores del área de Servicios Territoriales, y Ecatepec al director de un Centro de Atención Múltiple.

Legislar

“En su origen, los ‘crímenes pasionales’, hoy catalogados como de ‘emoción violenta’, eran llamados crímenes ‘contra el honor’. Aquellas personas que privaban de la vida a otra en defensa de su honor, se consideraba que protegían un valor muy importante. No merecían que se les catalogara con la misma severidad con la que se castigaba a un homicida simple. ‘Se nubla la mente y la razón’, era el argumento, entonces está autorizado”, explica Rodolfo Millán, abogado de la CCCOH.

“La diferencia entres los crímenes por emoción violenta y los crímenes de odio es que los últimos son de corte racional porque el individuo esta convencido que una de las carac-terísticas de una persona no debe existir”, acota.

"En pocos países se han tipificado los crímenes de odio, son veinte en total. Francia fue primero, seguido por Canadá y Estados Unidos. La diferencia en estos países es que sus sistemas jurídicos se manejan por las costumbres y no por los códigos o leyes escritas como nosotros. Sus categorías legales son más flexibles. Juzgan en razón del hecho en concreto”, refiere el abogado. “Cuando las autoridades dicen que (los asesinatos de homosexuales) son ‘crímenes pasionales’ están basándose en un prejuicio”.

Las etiquetas de “joto”, “niñita”, “marica” se replican a diario en distintos lugares de la república. La burla y el estigma se observan a diario en televisión, Internet y otros medios de difusión masiva. Negar la diferencia puede llevar a un grado extremo.

Raúl Osiel Marroquín, en su comparecencia ante las autoridades por el asesinato de cuatro personas homosexuales en la ciudad de México, respondió a la pregunta del motivode sus crímenes: “Hice un favor a la sociedad”.

*Publicado en el suplemento Letra S el jueves 4 de junio

NOTIESE, México, 8 de Junio de 2009
http://www.notiese.org/notiese.php?ctn_id=2937

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