domingo, 11 de abril de 2010

El pederasta Maciel compró el silencio del Vaticano

El pederasta Maciel sobornó a altos cargos de la curia para que no investigasen las denuncias de abusos
El fundador de los Legionarios de Cristo silenció al Vaticano a golpe de talonario
ELPLURAL.COM

Los escándalos por abusos sexuales y pederastia que tantos quebraderos de cabeza están dando en los últimos meses a la Iglesia católica no son nuevos y vienen de muy atrás. Uno de los casos sobre el que más se ha escrito es el del mexicano Marcial Maciel, fundador de la rama católica ultraconservadora de los Legionarios de Cristo, que abusó al menos de una veintena de seminaristas entre los años 40 y 60, tuvo varios hijos, de los que también abusaba y contó con el silencio y la protección del Vaticano. Especialmente lo cuidó el anterior Pontífice, Juan Pablo II, que se erigió en su benefactor e incluso lo visitó en México en varias ocasiones. Ahora, el prestigioso periódico católico estadounidense National Catholic Reporter (NCR), apunta a que Maciel compró el silencio y la complicidad de las altas esferas vaticanas a golpe de talonario.

Según recoge el diario El Mundo, el prestigioso semanario católico estadounidense National Catholic Reporter (NCR) ha sacado a la luz nuevos escándalos relacionados con Marcial Maciel, el sacerdote fundador de los Legionarios de Cristo, fallecido en 2008, que fue apartado de la Iglesia al final de su vida después de que se hicieran públicos los numerosos casos de abusos sexuales que protagonizó desde antes incluso de ser ordenado sacerdote.

Cardenales sobornados

Aunque las sospechas y los rumores sobre estos escándalos sexuales corrían de boca en boca desde hacía años, Roma nunca inició investigaciones contra él y, según el reportaje de NCR, este silencio no era precisamente gratis. Según el reportaje, Maciel se habría ganado el favor y el silencio de las altas esferas de la curia previo pago de favores. Y cita en concreto a tres importantes cardenales: Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano entre 1990 y 2006 (es el cargo más importante en este mini-estado, después del Papa); Stanislaw Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II, y el español Eduardo Martínez Somalo, camarlengo del Papa entre 1988 y 2007 y prefecto de la Congregación par los Institutos de Vida Consagrada entre 1994 y 2004.

Seis años de silencio

Los autores del reportaje, los periodistas especializados en el tema Jason Berry y Gerald Rener, recuerdan que en 1998 varios ex legionarios de Cristo dieron las primeras voces de alarma, pero no fue hasta 2004 cuando el Vaticano ordenó una investigación contra Maciel. Durante esos seis años, el sacerdote mexicano se centro en lograr el silencio de las altas esferas a cualquier precio.

Presiones a Ratzinger

Así, los Legionarios habrían pagado varios multitudinarios banquetes al cardenal Sodano para celebrar primero su nombramiento como cardenal y después su ascenso a secretario de Estado vaticano. A cambio, el prelado “presionó a Ratzinger [entonces precepto de la Congregación para la Doctrina de la Fe] para que no procesara a Maciel”. A Dziwisz los legionarios le hicieron llegar cuantiosas sumas de dinero a través de su cargo, ya que era el encargado de decidir quién podía asistir a las misas privadas oficiadas por el Papa. Según el reportaje, una familia mexicana dio 50.000 euros al prelado por tener este privilegio.

Un sobre de dinero como bienvenida

Somalo, por su parte, tenía un cargo clave para Maciel, ya que en 1994 fue designado para supervisar a los sacerdotes. Un clérigo confesó que Maciel lo envió a visitarlo cuando fue elegido para el cargo: su misión era entregarle un sobre lleno de dinero. Cuando, cuatro años después, varios ex legionarios acudieron a él para hacer públicas las primeras denuncias contra Maciel, el cardenal español prestó un férreo apoyo al líder de la agrupación ultracatólica y se negó a abrir una investigación canónica.


Ratzinger archivó las investigaciones

El propio Ratzinger, antes de ser Papa y como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dio largas a los denunciantes que atacaban a Maciel. Según el semanario alemán Stern, el actual Papa decidió archivar un proceso abierto contra el sacerdote por el acoso a los jóvenes seminaristas, pese a las “graves acusaciones” que le estaban llegando. El diario afirma a su favor que declinó coger el dinero que le tendía Maciel, aunque sí paralizó las investigaciones en su contra. No lo tenía fácil, en cualquier caso, ya que Juan Pablo II lo había apadrinado y protegido durante su papado. Lejos de condenar la actitud de Maciel,y a pesar de los crecientes rumores sobre los abusos, Juan Pablo II lo visitó tres veces en México y, en 2004, lo recibió en el Vaticano con todo tipo de honores.

Investigación a sus 86 años

No fue hasta diciembre de ese año cuando el Vaticano, desbordado por las acusaciones, se vio obligado a abrir una investigación contra él. Finalmente Benedicto XVI le prohibió en 2006 oficiar misas y le ordeno que se retirase a “una vida de oración y penitencia” por los desmanes cometidos. Maciel tenía entonces 86 años.

EL PLURAL, España, 9 de abril de 2010
http://www.elplural.com/macrovida/detail.php?id=45161

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