Brasil: con un masivo desfile, los gay presionaron a los candidatos
Fue la principal demanda en el desfile anual que copó el centro de San Pablo.
Por Eleonora Gosman
SAN PABLO. CORRESPONSAL
Una marea humana colorida y briosa que no paraba de menear caderas y mover rítmicamente los brazos se apoderó ayer al mediodía de la avenida Paulista. Ese corazón financiero brasileño, considerado el mayor de las Américas fuera de Estados Unidos, abandonó su conservadurismo tradicional para servir de escenario a los más de 3 millones de lesbianas, homosexuales, transexuales y bisexuales. Subidos en zapatos con taco plataforma, vestidos con faldas y tangas o apenas ropas íntimas, maquillados y disfrazados como en tiempos de carnaval, los miembros de la comunidad gay protagonizaron una fiesta llena de música y carrozas con algunos contenidos políticos.
La Parada del Orgullo Gay paulista volvió a batir un récord numérico, después de un comienzo tímido y vacilante en 1997 con apenas 2.000 personas que se animaron a desfilar con reclamos por el derecho a la diversidad en las relaciones amorosas. Un año atrás, San Pablo ya se había convertido en la capital de las paradas gay internacionales, lejos de San Francisco que durante años conservó la primacía. La manifestación incluyó, como en los últimos 5 años, una buena cantidad de heterosexuales y de familias con niños pequeños. Indagados por los motivos que las condujeron a participar de una mega reunión que no parecía propia, los padres dijeron que ese acto tenía un fuerte “efecto educativo” al promover la tolerancia hacia lo diverso .
Esta vez hubo presencias que habían esquivado una mezcla con el movimiento de diversidad sexual. Desfilaron con carteles varios sindicatos y la Central Unica de Trabajadores (CUT), que cuenta entre sus fundadores al presidente Lula da Silva. El objetivo, dijeron los gremialistas, fue acompañar codo a codo la demanda defendida por los organizadores de la Parada bajo el lema unificado de “Vote contra la homofobia, defienda la ciudadanía” . Claro que nada de esto fue por acaso. En un año electoral donde las diferencias entre Dilma Rousseff, candidata presidencial oficialista, y José Serra, el postulante opositor, se vuelven difusas, cada acto representa una forma de conquistar votos. Y la comunidad gay reclama a los políticos definiciones respecto al matrimonio gay –ya que hoy sólo existe la unión civil– y la efectivización de los trámites de adopción por las parejas homosexuales . De todas formas, ni Roussef ni Serra estuvieron en el desfile.
Lo cierto es que la fiesta de la capital paulista conmovió a propios y ajenos. Después de cantar el himno brasileño en una remozada versión electrónica, la travesti Silvetty Montilla –que en su pasado se llamó Silvio Cassio Bernardo y trabajó como actor– dio la señal de largada de la marcha frente al Museo de Arte Moderno de San Pablo. Para ella, el movimiento gay es un ejemplo de lucha contra la discriminación. Hay mucho de cierto. Hace 14 años la comunidad gay trataba de infundirse ánimos con la consigna: “Somos muchos y estamos en todas las profesiones” . Hoy el mundo cambió y Brasil también. Desde la unión civil a la adopción de niños, las parejas homosexuales han conquistado numerosos derechos. La semana pasada, Lula da Silva sancionó la norma que instituyó el Día Nacional contra la Homofobia.
Con todo, el país dista de ser un paraíso para homosexuales, lesbianas y bisexuales. Hay una fuerte presión del llamado “bloque evangélico” en el Parlamento que se ocupa de trabar medidas referidas a los intereses de los gays. En una entrevista, una especialista de la Universidad Federal de Río de Janeiro subrayó: “Ese sector parlamentario tiene peso legislativo y, por su naturaleza conservadora, le teme al casamiento y constitución de una familia entre no heterosexuales”. Pero esa visión responde y se realimenta con los prejuicios de parte de la sociedad. Una encuesta realizada por Datafolha reveló que el 51% de brasileños están en contra del reconocer el casamiento legal y la adopción. Un dato importante: la investigación demostró que las mujeres son más tolerantes a la diversidad sexual que los hombres. El 44% del universo femenino acepta la existencia de varias formas de relación, mientras que sólo 33% de los hombres admite esa alternativa.
CLARÍN, Argentina, 7-6-2010
http://www.clarin.com/mundo/america_latina/Presion-politicos-Brasil-reclamo-adopcion_0_275972430.html
miércoles, 9 de junio de 2010
Brasil: desfile del orgullo gay políticamente orientado
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