Me parece increíble que aquellos que se denominan cristianos discriminen a sus hermanos, no puedo creer que se realizara una marcha en contra de uno de los derechos más básicos de las personas. En nombre de Dios se siguen cometiendo atropellos e injusticias. No es posible que en un país que se considera democrático se segregue a una parte de nuestra población. No debemos permanecer callados. Me uno a todos y todas las personas que en este momento luchan por sus derechos, sigan, no permitan que los intimiden aun existimos personas que creemos en los derechos de todos y todas.
Marcela León
domingo, 27 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario