Estoy totalmente en contra de las personas que abusan de su religión, sus creencias y hasta de los supuestos mandatos de Dios simplemente para justificar sus acciones irreverentes.
Mi apoyo total al comentario de mi amigo Carlos Mata, la felicidad es probablemente una de las pocas cosas que hacen al ser humano realizarse espiritual y profesionalmente en una sociedad tan exigente en estos tiempos, nadie, absolutamente nadie puede negar el derecho a esto.
Las palabras ni las leyes serán nunca suficientes para opacar la esperanza y el deseo de triunfar de los ciudadanos, pobres aquellos de mentalidad limitada, pobres aquellos que viven golpeandose el pecho en un templo luego de hacer actos hipocritas y grotescos fuera de el, pobres de aquellos que por gusto a la humanidad jamás luchan por sus sueños, pobres aquellos que presumen con Dios juzgando a los demás aun sabiendo que uno de los mandatos de la biblia es amarnos unos a otros, pobres aquellos que ven vulgar el amor entre personas del mismo sexo sin notar que estas parejas gozan de mas fidelidad y lealtad, pobres de aquellos que no miran el amor y solo miran el acto sexual...
Si nos miraramos con profundidad sabriamos que tanto el amor heterosexual como el amor homosexual es exactamente lo mismo, lamentablemente es mas fácil imaginar lo que sucede en una cama y no lo que sucede en el cotidiano andar.
Haya paz...
Ellen Tamara Durán Wong.
miércoles, 23 de julio de 2008
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