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Apoyemos la unión civil de parejas del mismo sexo
Patricia Ramos Con
A pocos días de dictaminar en comisión el proyecto de ley 16.390, los mitos y las fobias más detestables han vuelto a surgir, incluso en costosos campos pagados de la prensa nacional, para oponerse a la aprobación de este proyecto de ley. Las jerarquías religiosas, desde la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica, hasta la Federación Alianza Evangélica costarricense, reaccionado en férrea oposición, valiéndose de la ignorancia y el fanatismo, y alentando un profundo odio y discriminación, completamente ajeno al cristianismo que pregonan.El proyecto que pretende regular legalmente la unión civil de las parejas del mismo sexo, es sólo un primer paso para reconocer que los derechos deben ser para todos y todas, porque como dicen los convenios internacionales sobre derechos humanos, no debe haber discriminación por razones de sexo o de género entre las personas.
Aunque muchos de quienes se oponen al proyecto, suelen recitar el artículo 33 de la Constitución Política, que establece que toda persona es igual ante la ley y que no podrá practicarse discriminación alguna contraria a la dignidad humana, cuando se encuentran frente a personas que tienen otra orientación sexual distinta al molde heterosexual tradicional, que impone el patriarcado: nos referimos a personas que son homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales, transgéneros, etc., se olvidan de ese principio de igualdad, y manifiestan visceralmente la justificación de la intolerancia y la discriminación contra esas poblaciones.Al igual que sucede con la opresión a la mujer, los grupos religiosos que se oponen al proyecto, en el fondo lo que defienden a toda costa es al sistema patriarcal capitalista, que se cimienta y fortalece en la discriminación y el sexismo, y consideran que la familia nuclear, base esencial para mantener el sistema, se ve cuestionada con la aprobación de leyes que garantizan la existencia y el respeto a otras formas de unión.
Aunque el proyecto de ley, cuida en su contenido que no se confunda la unión civil con el matrimonio, representantes de las Iglesias Evangélica y Católica, manifiestan que se está amenazando la "institución matrimonial".
Sin embargo esta posición es absolutamente falsa, pues el matrimonio, tanto civil como religioso, actualmente dejó de ser opción real para la mayoría de las personas jóvenes, quienes prefieren "vivir juntadas, que casadas", y ni qué decir del divorcio en el que terminan la mayoría de matrimonios.
La "crisis de la institución matrimonial" no tiene otra causa que el sistema capitalista, en el que la familia nuclear patriarcal, también se encuentra en crisis. Lejos quedó la imagen de la familia compuesta por el padre "como cabeza del hogar", la madre ama de casa por excelencia y los hijos, obedientes a las reglas impuestas por el padre. La mayoría de las familias actuales por el contrario, cuentan con cabezas de hogar, compuestas por mujeres jóvenes solteras que trabajan fuera del domicilio, e hijos que por la pobreza ante la explotación de capitalismo, pasan la mayoría del día solos, a merced de la educación que reciben en las calles. No es de extrañar entonces, que se incremente el desarraigo, la violencia, la drogadicción y el alcoholismo.
El proyecto entonces, lejos de poner en riesgo al matrimonio heterosexual, trata de rescatar el derecho de igualdad, desarrollando únicamente una serie de normas legales, mediante las cuales pretende garantizar que, a las personas que han vivido en unión voluntaria, ante la eventual disolución del vínculo, la enfermedad o el fallecimiento de alguna de ellas, la otra no quede desprotegida jurídicamente.
A fin de evitar esa desprotección legal, se regula el derecho a los bienes gananciales, a la pensión alimentaria y a la herencia de bienes, tal y como la legislación actual reconoce para las parejas heterosexuales casadas o que viven en unión libre o de hecho.
Al igual que otras reformas legales que garantizaron la protección a la mujer en unión de hecho, a la mujer embarazada y en período de lactancia, la protección contra el hostigamiento sexual y la penalización de la violencia doméstica, este proyecto de ley es un importante avance en materia de derechos humanos, y al romper con estereotipos opresivos, desenmascara la hipocresía de quienes valiéndose de La Biblia y de la doctrina de la Iglesia, esconden prejuicios e ignorancia.
-- Otro mundo es posible....MEJOR SI ES LAICO.
viernes, 15 de agosto de 2008
Artículo: Apoyemos la unión civil de parejas del mismo sexo.- Patricia Ramos Con
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