Cuba empieza a salir discretamente del armario
Por Silvia Ayuso
01 de Octubre de 2008
LA HABANA (dpa) - Mónica y Elizabeth llegan caminando con calma desde el habanero barrio del Vedado. Siempre tomadas de la mano, se sientan, luciendo orgullosas los pequeños anillos dorados con que sellaron su "boda".La fiesta tuvo lugar en diciembre pasado en el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que dirige la sexóloga Mariela Castro. Una celebración informal que muchos gays y lesbianas en Cuba realizan para confirmar su amor, aunque en este caso fue la primera vez en una institución del Estado, a la espera de los cambios legales en la isla que les permitirán regularizar su situación con un reconocimiento oficial de su unión.
"No teníamos dinero para alquilar una casa, hablamos con el CENESEX y todo el mundo se embulló (sumó) y nos pusieron fecha, día, todo todo, y luego a correr, cada amigo puso cinco dólares, compramos la comida, los trajes y ya", recuerdan entre sonrisas y miradas cómplices.
Las familias de las jóvenes -Elizabeth tiene 28 años y Mónica 19- no estuvieron presentes pero, poco a poco, cuentan, han ido aceptando la idea de tener hijas lesbianas, una condición doblemente difícil en un país que reconoce tener profundas raíces machistas. Hasta el punto de que ambas jóvenes viven ahora juntas en la casa de los padres de Elizabeth, en el popular Centro Habana, donde les están ayudando a construirse una vivienda propia adosada a la de la familia.
"Nunca hemos sentido rechazo, bueno, sí un poco mis padres al principio, y Mónica un tiempo en el trabajo, pero yo en mi escuela para nada, he presentado muchos trabajos sobre el tema y siempre lo que he obtenido son cosas buenas, todo el mundo alentándome", asegura Elizabeth, estudiante de sociología.
La aparente normalidad con que viven estas jóvenes su relación no deja de causar asombro en otros miembros de más edad de la comunidad homosexual en Cuba, de cuyo número no existen estadísticas oficiales, o al menos no han trascendido públicamente.
"Nosotros pensamos, ojalá nos hubiera tocado vivir en estos tiempos, nos hubiéramos sentido mejor, más satisfechos, más cómodos, más amplios", decía Omar, de unos 50 años, cuando el sábado 17 de mayo observaba asombrado la celebración "con apoyo instucional" del Día Mundial contra la Homofobia en La Habana.
"Hoy en día no hay tal nivel de represión, a nivel social, los familiares, incluso en los centros de trabajo o en el colectivo estudios, que siempre eras mal mirado, ahora te aceptan más".
Mayra, una lesbiana a punto de cumplir 60 años, asentía a su lado. Ella sigue sin olvidar cuando, hasta bien entrada la década de los '70, la comunidad gay era fuertemente reprimida en Cuba, algo que ella misma sufrió en carne propia.
"Fui expulsada de la universidad por lesbiana. Además soy hija de un testigo de Jehová, por eso, ya no podía optar por una cosa en la universidad que quisiera. Y si además eras homosexual... se hacían depuraciones en la universidad", recordó. Mayra también pasó seis meses en un campo de "reeducación" para homosexuales.
"Aquí si estabas de noche sentado en el Malecón (el paseo marítimo de La Habana) llegaba la policía y te sacaban presa nada más que por eso. En los 70, seis meses facilito castigado. A veces, bastaba sencillamente que una gente te denunciara como homosexual".
El poeta Norge Espinosa también tiene muy presentes aquellos "duros" años. Su poema "Vestido de novia", un amargo canto al dolor de un niño incomprendido porque no se siente a gusto en el sexo en el que le tocó nacer, fue durante décadas casi el himno de la entonces encubierta comunidad gay y transgénero de Cuba.
"Creo que en Cuba hemos sido lo suficientemente sutiles para haber hecho durante todos estos 20 años y antes incluso cosas muy importantes para el movimiento gay o del reconocimiento de una posible visilidad al homosexual, pero nos ha faltado el subrayado que hace que esto se convierta en un verdadero fenómeno de interacción social", explicó en entrevista con dpa.
Nunca antes, ni con el estreno de la película de temática homosexual "Fresa y Chocolate" en 1993, reconocida unánimemente como el "punto de inflexión" respecto a un asunto hasta entonces tabú, se había conseguido en Cuba que el respeto a la diversidad sexual saltara a la palestra.
La celebración del Día Mundial contra la Homofobia ha marcado "un antes y un después", coinciden muchos. Y el mérito tiene un nombre y apellido, afirman casi con unanimidad.
"Todo tiene un nombre: Mariela Castro", asegura Mayra. "Anteriormente no se había visto en ningún dirigente de aquí que estuviera ocupado ni preocupado por este tema, que hay tanto dentro de la misma revolución".
Aunque la celebración del Día Mundial contra la Homofobia tuvo lugar este año por segunda vez en Cuba, fue realmente la primera realizada a bombo y platillo.
Y con el apoyo de las "instituciones", es decir, el Estado, el Partido Comunista Cubano (PCC, único) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), como no se cansó de recordar la hija del presidente cubano Raúl Castro durante los múltiples eventos que rodearon el evento a favor del respeto a la diversidad sexual impulsado por el CENESEX que dirige.
El propio presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), Ricardo Alarcón, cuya institución tiene en sus manos la posibilidad de dar en breve una mayor cobertura legal a los homo- y transgénero, estuvo presente en el acto.En estos momentos, Cuba está analizando la reforma del Código de Familia para reconocer la unión legal de homosexuales, aunque no se incluya la posibilidad de la adopción para parejas del mismo sexo.
El Parlamento cubano tiene también en sus manos desde junio del año pasado un proyecto de ley sobre "identidad de género" que incluye el "derecho a la libre orientación sexual e identidad de género", así como "su reconocimiento en los documentos legales de cada persona".
Cuba planea además próximamente iniciar las operaciones de cambio de sexo a 28 personas, para lo cual especialistas cubanos se están preparando junto a colegas belgas.
Un gran paso, teniendo en cuenta que la única intervención realizada hasta la fecha, en 1988, creó tanto rechazo social que el programa fue suspendido.Pero, ¿ha cambiado realmente tanto la sociedad cubana como, para tras décadas de considerar el tema cuanto menos tabú, convertirse en uno de los países de América Latina con una legislación tan avanzada en la materia?Para "Pachuli", una peluquera travesti de 26 años, la respuesta es un rotundo "no".
"No hay ningún cambio, todo sigue igual y cada vez se pone peor. La situación es tétrica, caótica, lo nunca visto se ve aquí", aseguró a dpa mientras contemplaba con un gesto de desagrado las celebraciones por el Día contra la Homofobia.
"Todo esto es una payasada, un teatro montado porque al final, cuando caiga la noche, va a seguir siendo lo mismo, esto es para el noticiero, pero todo va a seguir igual, porque aquí hay mucha ignorancia", aseguró.
Una opinión que comparte Sergio, un gay de 31 años. "La homosexualidad sigue siendo un estigma social. Y la mayoría de los homosexuales siguen escondiéndose, porque les temen a los prejuicios sociales", afirmó este médico, asiduo a las fiestas gays privadas que se celebran en La Habana, eso sí, en sitios "discretos" cuya localización sólo se conoce por el boca a boca entre "entendidos".
Incluso Mónica y Elizabeth, que muestran abiertamente su relación, reconocen que aún hay muchos muros por derribar. "Todavía tengo compañeros que no lo entienden, que nunca me han dirigido la palabra", admite Mónica, que trabaja como técnica informática en un ministerio.
Y si bien no tienen reparos en mostrar abiertamente su relación en barrios como el del Vedado, más "cosmopolitas", en su lugar de residencia en Centro Habana se guardan muy bien de adoptar algunos gestos que puedan revelar su homosexualidad.
"Allí ni se nos ocurre salir de la mano", dice Elizabeth. Un miedo que comparte la travesti "Pachuli", vecina del mismo barrio: "No se puede salir a la calle porque uno tiene miedo, te tiran cosas de los balcones, se fajan contigo... no se puede salir".
La propia Mariela Castro y sus colaboradores del CENESEX han reconocido que la prioridad es la "educación" de la sociedad y, por el momento, por ahí se canalizan los esfuerzos: además de un programa para las escuelas, en las últimas semanas, los medios de comunicación han desplegado una campaña en favor del respeto a la diversidad sexual que incluye reportajes en la prensa escrita, programas de televisión dedicados a la homosexualidad y los transgéneros, y la emisión en la pantalla pequeña de películas como "Brokeback Mountain".
Todo un cambio teniendo en cuenta que tuvieron que pasar 14 años, hasta 2007, para que la televisión retransmitiera por primera vez "Fresa y Chocolate".Yosvani, un homosexual a quien llevó años "salir del armario", coincide en que aún "faltan montones de cosas". Pero se muestra optimista de cara al futuro."Estamos empezando ahora, estamos en pañales y los cambios no son de ahora para ahorita", afirma este laboratorista de 40 años. Mas tiene esperanzas. "Yo tengo la alegría de ver que mi país por primera vez, por lo menos para generaciones futuras, tiene esta apertura, (la posibilidad) de salir del closet, de vivir la homosexualidad con calma".
NUESTRO PAÍS (www.nuestropais.com), 1 de octubre de 2008
jueves, 2 de octubre de 2008
Cuba avanza hacia el reconocimiento de las personas LGBT
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