domingo, 12 de octubre de 2008

¿Quiere usted entender qué es el fundamentalismo religioso? He aquí una excelente ilustración de tal cosa

¿Cómo entender el fundamentalismo religioso? Quizá podríamos explicarlo de la siguiente forma: fundamentalista religioso es un señor (o una señora) que está absoluta e irremediablemente convencido de que Dios mismo es quien piensa en sus pensamientos, quien habla por su boca y quien actúa en cada cosa que hace. Estando de tal modo convencido de que "su" verdad es La Verdad Divina, esa persona fundamentalista no escucha lo que los demás dicen; no admite argumento alguno distinto de los que salen de su cabecita calenturienta; no acepta ninguna otra posición que no sea la suya personal.

¿Quiere usted entender mejor lo que es un fundamentalista religioso? Léase, pues, este artículo. Aquí encontrará una joyita precioso de lo que significa el fundamentalismo religioso. Como usted podrá observar, uno de sus características más salientes es que el fundamentalismo -al igual que el fascismo- lanza un estentóreo grito de ¡muerte a la inteligencia!

“NO DEBEMOS CONFUNDIR LA PALABRA DE DIOS”
Johnny Fernández Aguilar,
Cédula 1-971-268 (jferagui@hotmail.com) *

Estimados señores de DIARIO EXTRA, estimado Pastor, les ruego la publicación de este derecho de respuesta con motivo de su publicación de la columna de opinión titulada: “Dios vio la diversidad sexual, y vio que era buena”.

Al respecto deseo comentar que la Iglesia Católica ama a todos sus hijos, en medio de nuestra condición de pecadores (le recuerdo que todos lo somos), pero no debemos confundir el pecado con el pecador y no podemos intentar ver algo bueno, que realmente no lo es.

Me explico al respecto, Jesús predicó, caminó y repartió amor entre el pueblo. Pero también se enojó con sus apóstoles al ver que tenían poca fe, se enojó con los mercaderes del templo al profanar la casa de Dios (Nuestro cuerpo es morada del Espíritu Santo por lo cual es la casa de Dios). Jesús estalló en ira y tiró afuera a todos aquellos que hacían de su casa un mercado. No es cierto que Jesús fue solamente en su caminar un aplauso para toda la gente, recuerde que por decir la verdad lo crucificaron, por no hacer textos acomodados a la carne fue injustamente crucificado.

Por lo tanto, me atrevo a decir que no debemos acomodarnos a la corriente del mundo, pues como hijos de Dios, vivimos en el mundo, mas no pertenecemos a él. Luchemos por vivir en la tierra como Dios quiere, y no como muchos desean hacernos sentir que se puede vivir.
Los homosexuales merecen el respeto de cualquier ser humano, en eso estoy de acuerdo; pero no se puede igualar los derechos de la familia, como plan de Dios, a una relación de homosexualismo que definitivamente jamás podrá ser una verdadera familia. Aunque suena duro, es la realidad según la voluntad de Dios, y ella es irrevocable.

* Miembro de Pastoral Familiar de Parroquia Inmaculada Concepción de Tres Ríos

DIARIO EXTRA, 11 de octubre de 2008

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