martes, 19 de mayo de 2009

El oscurantismo religioso hace de la ignorancia un método para la "educación" sexual

Obispos solo aprueban métodos naturales de planificación
Guías sexuales de Iglesia prohíben condón y píldora

Catequesis y la pastoral juvenil y familiar utilizarán los nuevos textos
Pecado original debe ser tomado en cuenta en enseñanza de la sexualidad


Ángela Ávalos R.
aavalos@nacion.com

La Conferencia Episcopal de Costa Rica (Cecor) aprobó nuevas guías de educación sexual que prohíben a los jóvenes el uso de condón, píldoras anticonceptivas y otros métodos artificiales para la planificación familiar.

Según el sexto volumen de las guías, “los métodos artificiales son ilícitos para la Iglesia porque destruyen o imposibilitan intencionadamente la vida”.

En las nuevas publicaciones –seis en total–, la Iglesia Católica costarricense apoya solo el uso de métodos naturales de planificación familiar, principalmente el llamado método Billings (conocido como método de ovulación o de moco cervical).

“El estudio de sus cuerpos le permite a la pareja conocer los momentos en que se puede concebir”, dice la guía haciendo referencia al citado método, a través del cual la mujer monitorea su fertilidad de acuerdo con la producción de moco cervical.

En sus nuevas guías, los obispos insisten en que las relaciones sexuales solo se deben dar en el matrimonio, promoviendo –enfáticamente– la castidad y la abstinencia entre los jóvenes solteros.

Textos

Las nuevas guías sexuales de la Iglesia fueron anunciadas extraoficialmente el 19 de abril, en la fiesta de la Virgen de Ujarrás, en Cartago.

En esa oportunidad, el obispo de la diócesis de Cartago, monseñor José Francisco Ulloa, adelantó que la ruptura de conversaciones con el Ministerio de Educación Pública sobre ese tema, motivó a los obispos a acelerar la producción de sus propias guías.

La preparación de los textos se hizo con ayuda de educadores y bajo la coordinación y revisión, entre otros, de monseñor Vittorino Girardi, obispo de la diócesis de Tilarán.

Para conocer más sobre los fundamentos de estos textos y su posible uso, La Nación solicitó desde el 6 de mayo una entrevista con algún vocero de la Cecor, pero la oficina de prensa informó que no se referirían al tema sino hasta el próximo 25 de mayo.

Ese día, está programada una rueda de prensa donde darán a conocer los detalles.

No obstante, este diario tuvo acceso por otra vía a la revisión de los nuevos textos.

En la presentación de las guías, se aclara que estas serán un “instrumento al servicio de la feligresía para ponerse en práctica en las diócesis, parroquias y comunidades, como parte de los procesos pastorales en torno a la educación”.

Cada uno de los textos, bajo el título Amor y Sexualidad, va dirigido a un grupo específico de edad. El primero, es para padres de niños hasta los seis años de edad.

El segundo tomo es para niños entre 7 y 9 años; el tercero para menores de 10 a 12 años; el cuarto para adolescentes de 13 y 15 años; el quinto para jóvenes de 16 y 17; y el último volumen para los mayores de 18 años de edad.

Por cada texto, hay ocho módulos o “encuentros”, que, según la presentación de las guías “están pensados para el común de la fe cristiana, católica, creyente, consciente de ser bautizada”.

En esas guías se señala que “la sexualidad humana es un misterio sagrado que debe ser presentado según la enseñanza doctrinal y moral de la Iglesia, teniendo siempre en cuenta los efectos del pecado original”.

Las guías recomiendan no hablar de sexualidad o de desviaciones sexuales antes de la adolescencia. Estos temas, serán abordados de manera privada.

Además, solo se permitirán representaciones “gráficas y reales del parto que no sean eróticas”, y no “creen miedo o actitudes negativas hacia la procreación” (Sic).

Las diferentes guías enfatizan en que la sexualidad solo debe apuntar a la realización conyugal en el matrimonio, y en que es un medio para el amor y no para la satisfacción privada.

“Los jóvenes están llamados a guardar la castidad, absteniéndose de relaciones sexuales fuera del matrimonio”. “El pecado surge ante la ruptura, ante el vacío espiritual que provoca una relación sexual consumada sin compromiso, estéril afectivamente, en la que se utiliza el otro y otra, pero no se le ama”, agrega.

LA NACIÓN, Costa Rica,15 de Mayo de 2009
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/mayo/15/pais1965243.html

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