Día del orgullo gay en Jerusalén

Los "drag-queens" se quedan en el armario en desfile gay de Jerusalén
REPORTAJE
Fuente: Laura Villena (dpa)

Jerusalén, (dpa) - Jerusalén celebró hoy su octavo desfile del orgullo gay, el primero en tres años sin incidentes y uno de tantos sin "drag-queens", sin extravangancias y sin escenas que pudieran ser confundidas con la provocación.

"¿Desnuda? Esto es Jerusalén, aquí sólo se puede salir así", dice Katia, la única "drag-queen" de la marcha, cubierta de arriba a abajo con un vestido a cuadros que enseña con orgullo ante las cámaras.

En la ciudad santa de las tres religiones monoteístas la fiesta del orgullo gay sonó hoy a samba y también a cánticos religiosos entonados por lesbianas y gays ortodoxos que marchaban "orgullosos de ser religiosos", como decían sus pancartas.

"Alguna gente piensa que tienes que elegir entre ser lesbiana o ser religiosa, pero es maravilloso reconocer que eres las dos cosas", dice Talya, lesbiana y ortodoxa. Tanto ella como sus compañeras marcharon con sobriedad por las calles de Jerusalén y se defendieron: "No tenemos que dar muestras de cariño en público, somos religiosas y lo hacemos en privado".

Como ellas, la mayoría de los que acudieron al parque de la Libertad de Jerusalén, vallado y controlado por 1.500 policías, evitaban el roce con sus parejas y sólo algunos se atrevían a darse la mano "aprovechando el único día del año en el que podemos hacerlo", dicen Matan y Avi, que cuentan que "el resto del año es problemático" en una ciudad en la que han declarado la guerra a los bares de ambiente para gays. "No queda ni uno", afirma Matan.

Las cámaras de televisión y los fotógrafos tuvieron que buscar hoy mucho para encontrar imágenes propias de cualquier desfile gay, a diferencia de la hedonista Tel Aviv, que a sólo 60 kilómetros de distancia se desvistió hace dos semanas para celebrar el desfile gay más grande de Cercano Oriente.

Aunque la de hoy fue una fiesta a medias, en el barrio ultra-ortodoxo de Mea She'arim, a pocas calles del centro, cientos de religiosos se agolpaban en torno a su líder espiritual para rezar y llorar por "por un Jerusalén sagrado y santo".

"Está prohibido denigrar a Jerusalén, es la ciudad más santa del mundo. Aquí no pueden llegar los viciosos. ¿Por qué vienen aquí? ¡Que se vayan a Tel Aviv!", afirman a dpa jóvenes ultra-ortodoxos de apenas quince años.

Después de tres años ocupando titulares de prensa por usar la violencia para controlar "el vicio", las comunidades religiosas fueron hoy casi tan sutiles como las homosexuales y se manifestaron sin salir de su barrio "para evitar darle más publicidad a esta depravación", afirman representantes de la secta radical Eda-Haredit.

"Si hacemos el mismo escándalo que otros años, tendremos que explicar a nuestro hijos lo que está pasando en el centro de la ciudad", añaden algunos de los religiosos que acuden a la protesta, que acabó con el incendio de cuatro contenedores de basura.

"¿Qué está pasando aquí?", se preguntan dos colegialas tratando de avanzar entre el tumulto de ancianos ortodoxos. Tarde o temprano tendrán que explicar a las nuevas generaciones "lo que ocurre en el centro de la ciudad".

NUESTRO PAÍS, Costa Rica, 24 de Junio de 2009
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