Estimados compañeros y compañeras:
Reciban este mansaje de apoyo para su justa lucha, que es la lucha de todos y todas quienes creemos en el respeto a la dignidad humana. Exigimos a las y los diputados que aprueben el proyecto de ley de uniones civiles. Es lo mínimo que pueden hacer para revertir un poquito la permanente discriminación que sufren las personas gays y lesbianas en nuestra sociedad.
Algo bueno de todo esto es que ha sacado a la luz una de las facetas más podridas de la sociedad costarricense. Ha quedado al desnudo el discurso mentiroso de que en este país se respetan los derechos humanos. Los lobos vestidos de oveja, por fin se han quitado su disfraz. A largo plazo eso es bueno, aunque hoy nos llene de indignación. La marcha de hoy sábado es una verguenza. En el fondo no marchan para defender los valores cristianos, la familia o la paz. Grupos conservadores de ultraderecha, mercaderes del templo disfrazados de cristianos, salen a la calle a profesar su odio contra las personas homosexuales. Eso es todo. En el fondo lo que les molesta es que existan personas con una orientación sexual distinta.Si pudieran organizarían una campaña de "limpieza" y hasta escuadrones de la muerte. Es indignante ver como gastan millones en difundir insultos, prejuicios y reproducir la homofobia por la prensa. Eso es apología del odio y la discriminación y no debería permitirse en este país, como no lo está en la mayoría de los países medianamente civilizados.
Sigamos adelante, no nos dejemos intimidar que la razón y la justicia están de nuestra parte. De seguro será una lucha larga.Tal vez tome tiempo, tal vez los diputados en su mayoría cobardes o corruptos se dejarán impresionar por el poder del dinero y sucumbirán ante el cálculo político. Tal vez este proyecto de ley no pase. Pero vendrán otros. Hay una semilla que quedará sembrada y cada vez será más la gente que rechazará la discriminación. Tarde o temprano esa ley tendrá que aprobarse. Mientras tanto a luchar con firmeza, pero sin perder la ternura como decía el Che. No dejemos que nos envenen con su odio, con su rencor. Esa será nuestra más importante victoria.
Un abrazo fraterno,
José María Villlalta F-ECédula 1-977-645
sábado, 26 de julio de 2008
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