domingo, 4 de enero de 2009

Hollywood retoma el tema de la lucha política GLBT

Algo de cine: “Milk”, o el impacto del activismo gay
Jorge Zavaleta Balarezo (Desde Pittsburgh, Estados Unidos. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Después de entregarnos un film más o menos intimista y hasta cierto punto oscuro en “Paranoid Park” (que en algunos países de Sudamérica soportó el infame título de “Crimen oculto”), Gus Van Sant vuelve a los controvertidos años 70 con un “biopic” sobre Harvey Milk, un activista de los derechos homosexuales y quien logró ser representante político en San Francisco.

Interpretado por Sean Penn, en un rol que este actor confiesa le costó más de lo habitual, Milk representa el espíritu de una época. En la ya mítica calle Castro, los gays de San Francisco se dan cita e inician sus protestas por ser reconocidos como parte de una sociedad que hasta entonces les tenía resistencia e incluso se oponía a sus manifestaciones. En su límpida reconstrucción de una época turbulenta, Van Sant encuentra en actores como James Franco o el mexicano Diego Luna no sólo a las parejas de Milk sino a representantes de esa sensibilidad otra, diferente, tan discutida y puesta en entredicho.

A ellos se suman quienes apoyan la campaña y el desempeño político del protagonista, en los tiempos en que Jimmy Carter era presidente de Estados Unidos y en que algunos congresistas recorrían el país entero vendiendo la idea de la homosexualidad como un peligro que debía erradicarse.

“Milk” se ha estrenado en Estados Unidos poco después del debate de la proposición 8 en California, que prohíbe las bodas gay. Gran parte de la juventud intelectual e informada de este país se ha opuesto a esta prohibición, en un país aún muy conservador pero donde sin embargo cada vez resultan más importantes los derechos civiles.

Es interesante cómo Gus Van Sant “arma” su película con retazos de material real, como los noticieros o tomas de los años 70, y con las propias escenas de la ficción. Al reunir estas dos formas de registrar la realidad, por un lado el autor de “Drugstore cowboy” obtiene un collage ciertamente interesante. Por otro, su propuesta es insistente y metódica. Sin procurar ser un film de tesis, “Milk” aspira, sin embargo, como tantas otras películas norteamericanas, a una mitificación del personaje, a subirlo a un pedestal y dejarlo allí, para la historia.

Luego que es asesinado por un político malhumorado y homofóbico, al que rebasa en todo momento (Josh Brolin), Milk se convierte en un símbolo. La marcha nocturna no sólo de gays sino de una multitud de ciudadanos portando velas encendidas en muestra de apoyo y homenaje al caído es, de alguna manera, también una forma de expresar la unión y solidaridad de al menos un sector consciente de la sociedad norteamericana.

Aunque no es de las mejores películas de Van Sant, “Milk” tiene momentos de gran fuerza como aquel en que Sean Penn se dirige a una multitud en un mitín o cuando, desde un principio, va narrando su historia ante un magnetófono. El personaje, así registrado y biografiado, representa el espíritu y el ardor de una época y llama la atención sobre los peligros del dogmatismo y la intolerancia.

ARGENPRESS CULTURAL, 3 de Enero de 2009http://cultural.argenpress.info/2009/01/algo-de-cine-milk-o-el-impacto-del.html

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