martes, 1 de junio de 2010

La República Católica de Costa Rica

Primera República Católica del mundo
Javier Solís (*)

Después de que el agua bendita no le sirviera de nada a la Presidenta de la República ni a la Jefe de Fracción del Partido Liberación Nacional, en la crisis del aumentazo de los diputados, he decidido promover la convocatoria de un referéndum ciudadano para declarar a este pequeño país tropical como Primera República Católica del mundo. Quizá con ese pequeño cambio la Virgen de los Ángeles, mujer al fin y al cabo, aunque la descalifiquen de “negrita”, se apiade de ellas y las saque de los atolladeros futuros.

Este país ya es una democracia ejemplar de América, Suiza Centroamericana y patria de un premio Nobel de la paz. El hecho de estar presidido por una “hija predilecta” de la Virgen de los Ángeles y jefeada por una diputada devota de los saumerios mágicos es un paso en la dirección correcta.

Se trata de un movimiento progresivo que vaya adecuando todos los preceptos constitucionales y todas la leyes, reglamentos y costumbres nacionales a lo que piensa y establece la jerarquía de la Iglesia Católica. Verán que contenta y eficaz se va a poner la Señora celestial.

Ya tenemos, además, el principio constitucional fundante: el artículo 75 de la Constitución establece que “la Religión Católica, Apostólica y Romana es la del estado”. Poco trabajo les costará a las jueces constitucionales declarar inconstitucional todo lo que se oponga al dogma, a la doctrina y a la moral católicas. No hay medio de que los preceptos y declaraciones doctrinales de esa iglesia no tengan efectos jurídicos sobre la conformación del estado y de la sociedad, más allá de “contribuir a su mantenimiento”.

Espero que todos los católicos bautizados, catequizados y sacramentados, y los miembros del clero, que son la voz de Cristo, respalden la iniciativa con entusiasmo y en un solo domingo se recojan en las misas las firmas necesarias para que el Tribunal Supremo de Elecciones proceda conforme a la ley.

Es obvio que este movimiento podrá neutralizar en el futuro cualquier inexperiencia, mala fe, mentira, metedura de pata o tentación de creer que todos los ciudadanos son tontos, que puedan asechar a la Jefa de Estado o a los partidos políticos que gobiernan con ella.

Tendremos que empezar por lo más obvio: la indisolubilidad del matrimonio. Serán inconstitucionales los artículos del Código Civil que legalizan y regulan el divorcio de las parejas que se casaron por la Iglesia. Aún más, no habrá más matrimonio legal que el contemplado en el Código de Derecho Canónico. El sustento doctrinal en este caso es muy sencillo. El sacramento del matrimonio, según dogma declarado por el Concilio de Trento el 15 de julio de 1563, crea un vínculo indisoluble y eterno entre los contrayentes. No es una simple doctrina común ni opinión teológica. Es un dogma de fe. No hay autoridad competente civil ni eclesiástica que pueda disolver ese vínculo. Sólo los que tienen dinero o fama han podido acogerse al recurso extraordinario de un tribunal eclesiástico que declare nulo el acto. Los demás, -y sobre todo, las demás- que aguanten. Tendrán su recompensa en el cielo.

O sea, vamos a ir purificando toda ley, toda norma e incluso toda costumbre que contraríe o viole lo que establece la Iglesia. Es obvio que ese movimiento tendrá consecuencias desagradables, mortificadores y hasta de convivencia internacional.

No será cuestión de atenernos a los principios de la ciencia moderna, ni a la evolución de social ni a lo que hagan los países más avanzados en bienestar, producción económica, legislación social, derechos humanos, etc. No. El único criterio será armonizar nuestro sistema político y social con la doctrina católica. Por eso no es cuestión de coleccionar rosarios o realizar saumerios de brujo con agua bendita o ir a visitar a la Virgen de los Ángeles y después decir que ser casado civil es un asunto privado que no tiene nada que ver con la religión. No. El casado -hombre y mujer- por la Iglesia, divorciado por un juez que no tiene competencia divina y vuelto a casar, pasará a la categoría de pecador público, y , por lo tanto, culpable del delito de concubinato público.

La Iglesia, que está asistida por el Espíritu Santo y es infalible y el Papa que es el Vicario de Cristo en la tierra, no nos podrán guiar por caminos equivocados. No importa que según los científicos modernos, ateos, agnósticos y secularizados, digan que estamos retrocediendo a la época oscura de la Edad Media. No. Los que están equivocados son los científicos y los estados modernos. Esos son el imperio del mal.

Hay que mantener la doctrina católica. Hay que mantener a la mujer en su lugar subalterno. Nunca debe llegar a ser la voz de Dios ni vicaria de Cristo. ¡Qué perversión! ¿Acaso la divinidad, valga decir, la autoridad, es asexuada y menos aún femenina? Es y debe ser siempre masculina y sin vida sexual (que no sea clandestina). ¿Y la vida humana? ¡Sólo la Iglesia Católica de hoy -porque en otros tiempos no predicaba lo mismo- está inspirada para definir en qué momento del proceso de la vida humana se llega a constituir una persona con derechos, aún por encima de los derechos de la madre gestante! ¿Cómo la biogenética pretende conocer más de lo que ya ha dicho la Iglesia?

Y, por favor, hay que mantener a los homosexuales en su condición de excluidos, vitandos, peligrosos, degenerados, enfermos y pecadores. Por lo tanto, delincuentes. Tampoco hay que hacerle caso a los científicos que, con Sigmund Freud a la cabeza, -ese judío detestable y pervertidor-, hablan simplemente de otra visión del mundo.

Esto tendrá consecuencias purificadoras muy importantes. Los pecadores públicos, los fornicarios, que sostienen a miles de mujeres en los prostíbulos o suben a su auto a los travestis; los agresores y acosadores; los lascivos, por ejemplo, no podrán ejercer funciones estatales. Junto con la declaración de bienes, cada funcionario o titular de un supremo poder tendrá que depositar un juramento de fidelidad a la doctrina y moral de la Iglesia Católica.

Y creo que la gestión del estado ya no va a tener problemas. Porque poco a poco iremos pasando de una democracia a una teocracia, de monarquía absoluta, por supuesto. No serán necesarias diputadas ni diputados. Lo que hay que hacer lo dice la Iglesia Católica. No serán necesarias elecciones. Nos economizaremos al menguado Tribunal Supremo de Elecciones. El Espíritu Santo se encargará de escoger a los obispos, que son los que van a gobernar. Nos liberaremos de cometer garrafales errores cada cuatro años escogiendo parlamentarios. Tampoco serán necesarios los funcionarios públicos. Para eso están los sacerdotes que administrarán desde las parroquias la cosa pública.

Y así progresivamente hasta sustituir nuestra Constitución y nuestras leyes, no por el Evangelio de Jesucristo, que sería comunista y no responde al mercado, sino por Código de Derecho Canónico.

No vamos a caer nosotros en las perversas leyes de los países anticatólicos alimentados por la Reforma protestante, como el Reino Unido, Australia, Canadá, Alemania, los escandinavos o Estados Unidos. Tampoco seguiremos el ejemplo de los renegados católicos como Bélgica, Francia, España y otros. Habrá, quizá en este país, otra Virgen de Fátima que los llame a la conversión.

Verán que en un solo domingo recogeremos centenares de miles de firmas, como se está haciendo ahora en contra de la ley de derechos de los homosexuales. Verán qué entusiasmo y qué eficacia. ¡Viva la Primera República Católica del mundo! Amén.

*http://provocaciones.cr/archives/1146


NUESTRO PAÍS, Costa Rica, 31-5-2010
http://www.elpais.cr/articulos.php?id=25307

Oscurantismo religioso, integrismo e intolerancia

Odioso integrismo
Laurencia Sáenz
Filósofa
laurenciasaenz@gmail.com

Desde las catacumbas del obscurantismo, la mano rancia de los integristas no ceja en su afán de sofocar la lucha por los derechos humanos. El aliento retrógrada lo exhala ahora el “Observatorio ciudadano por la vida y la familia”, cuyo intento por deslegitimar la discusión y aprobación del proyecto de ley para las uniones civiles entre personas del mismo sexo, está pronto a fructificar.

Durante meses, el devoto grupo, opuesto a la legalización de las uniones gais, se ha dedicado a una intensa campaña con miras a reunir 136.750 firmas para convocar a un referendo sobre dichas uniones. Faltan solo 31.000 firmas para el “referendo del odio”, como lo han bautizado ya otros grupos ciudadanos laicos, que militan por la igualdad de derechos.

En un país donde la población homosexual ha sido siempre discriminada, donde las bromas homofóbicas son el pan de cada día, donde la ignorancia y el obscurantismo se arraigan tan profundo que la homosexualidad se concibe aun como una patología o como una vergonzosa anormalidad, el resultado de semejante referendo es previsible, y la estrategia del consabido grupo no puede ser más que perversa: pretende utilizar la democracia participativa para disfrazar de legitimidad un discurso y una práctica que discriminan a un sector de la población, al impedirle gozar de los mismos derechos que el resto de la ciudadanía.

Para colmo, la Iglesia Católica ha autorizado la recolección de firmas por grupos laicos a la salida de los oficios religiosos, mientras las prédicas de los prelados en contra de dichas uniones, y a favor del matrimonio y la familia “tradicionales”, resuenan, oportunamente, en la cabeza de los feligreses'

Integrismo

Asistimos, pues, al peligroso arrebato del integrismo religioso. Y es el integrismo, más que el tradicionalismo, la principal amenaza. La distinción la hace la periodista y ensayista Caroline Fourest , en su último libro Libres de le dire [Libres de decirlo] en diálogo con la escritora bengalí Taslima Nasreen, quien vive en el exilio, amenazada de muerte por los integristas islamistas. El tradicionalismo, señala Fourest, es una visión particularmente estricta de la religión, pero no conduce necesariamente al integrismo, el cual radica en “[instrumentalizar] la religión con fines políticos liberticidas”. Existe una diferencia entre los creyentes que “se esfuerzan por hacer de la fe un acto íntimo”, y aquellos, integristas, que utilizan la fe como “un instrumento para oprimir a los demás”.

Al haber participado en la marcha convocada por el “Observatorio ciudadano por la vida y la familia”, durante la última campaña presidencial, la presidenta Laura Chinchilla se ubicó, desgraciadamente, del lado de integrismo religioso, que pretende imponer límites a los derechos humanos universales, en nombre de un credo religioso particular. La funesta trascendencia del apoyo político al integrismo no es baladí, máxime cuando la Presidenta no es un ejemplo de discreción en lo que atañe a su fe religiosa personal.

¿Qué hacer frente a este preocupante panorama? Primero, un llamado a la conciencia: un referendo en el que una mayoría se exprese sobre los derechos de una minoría, cuyo previsible desenlace contribuiría a estigmatizar aún más a la población gay, no es digno de nuestra democracia.

La democracia participativa no debe ser instrumentalizada para promover prácticas racistas, xenofóbicas, ni homofóbicas.

Por otro lado, los procesos para la obtención de estos derechos en otras latitudes son aleccionadores. Acerca de la legislación francesa, la misma Caroline Fourest (La dernière utopie [La última utopía]) nos da un ejemplo de pragmatismo: desde 1997, por medio del contrato llamado “PACS”, gais y lesbianas pueden legalizar sus uniones y disfrutar de los mismos derechos que tienen las parejas heterosexuales bajo matrimonio; sin embargo, el PACS no es un derecho exclusivo de la población homosexual, sino un contrato al que cualquiera tiene acceso, independientemente de su orientación sexual. Fue el carácter universalista del proyecto lo que permitió realizar un progreso con mayor eficacia que si se hubiera legislado solo para un sector de la población.

Mientras se aclaran los nublados obscurantistas de los integristas de los últimos días, es un ejemplo de sentido práctico digno de tener en cuenta.

LA NACIÓN, 31 de mayo de 2010
http://www.nacion.com/2010-05-31/Opinion/PaginaQuince/Opinion2390606.aspx

Iglesia Católica en abierta campaña contra derechos GLBTI

Recolección de firmas contra uniones gais
Iglesia avala usar misas para promover referendo
Álvaro Murillo 
alvaromurillo@nacion.com

Las autoridades de la Iglesia Católica avalan el aprovechamiento de las misas para la recolección de las firmas necesarias para celebrar un referendo nacional sobre el reconocimiento legal de las parejas de homosexuales, previsto para diciembre próximo.

El canciller de la Curia Metropolitana, sacerdote Mauricio Granados, admitió la existencia de una autorización para que un grupo laico recoja firmas a la salida de los actos religiosos de los domingos, como ha ocurrido en varias localidades del país.

Granados advirtió que los formularios se pasan después de la bendición final, aunque también reconoció que la Iglesia se ha valido de las homilías para expresar su posición en contra del reconocimiento legal a uniones homosexuales.

Las autoridades católicas consideran que el proyecto de ley existente en el Congreso lesiona valores morales y compromete la institución del matrimonio.

A tono con esa posición, un grupo llamado Observatorio Ciudadano impulsó la celebración de un referendo nacional y para ello trabaja en la consecución de las 136.750 firmas necesarias.

El 21 de mayo pasado el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) les reportó un faltante de 31.000 firmas, las cuales deberían entregarse antes del 16 de junio.

“Ya han presentado una gran cantidad de listados que hacen presumir que superarán con éxito el margen del 5% del padrón (136.750 firmas)”, informó ayer el presidente del TSE, Luis Antonio Sobrado.

Grupos defensores de los derechos de la comunidad homosexual lamentan la realización de un referendo que “pondrá a la mayoría popular a decidir los derechos de una minoría”.

Sobre la posibilidad de que la Iglesia intervenga en la campaña previa al referendo, el sacerdote Granados dijo que es un tema de análisis pues la decisión depende del alcance de una reciente resolución del TSE en la que condenó a un obispo por hacer manifestaciones políticas desde el púlpito.

Se trata de monseñor Francisco Ulloa, quien en el 2009 pidió a los feligreses no votar en febrero del 2010 por candidatos presidenciales que apoyaran proyectos contrarios a la doctrina católica.

“Hay que analizar bien esa resolución para conocer hasta dónde impacta. Es un tema que no está cerrado completamente. Hay recursos de adición presentados por monseñor Ulloa, pendientes de resolver”, advirtió Granados.

Sobrado evitó responder sobre el tema pues argumentó que después podría ser objeto de fallos.

LA NACIÓN, Costa Rica, 29 de mayo de 2010
http://www.nacion.com/2010-05-29/ElPais/NotasSecundarias/ElPais2389198.aspx

Colombia: la historia de los movimientos LGBTI

ENTREVISTAS
La transición gay en Colombia. Del “ambiente” a la ciudadanía


Estudio sobre sociabilidad gay y lésbica en la Bogotá de los años setenta y ochenta
Centro Latinoamericano de Sexualidad y Derechos Humanos / NotieSe

Bogotá, Colombia

Silencio, discreción, códigos de reconocimiento mutuo, resistencia a los ataques policiales, desconocimiento de la penalización formal de la homosexualidad son algunas de los aspectos abordados por el historiador Piero Pisano en su estudio sobre sociabilidad gay y lésbica en la Bogotá de los años setenta y ochenta.

En un trabajo de corte histórico sobre sociabilidad gay y lésbica en la Bogotá de los años setenta y ochenta, el historiador Piero Pisano relaciona experiencias de ese periodo con cuestiones actuales del campo de los estudios sobre sexualidad, especialmente las relativas a la política y a los derechos de las minorías sexuales. Pisano es historiador de la Universidad de Trieste, Italia, y candidato a Magíster en Historia de la Universidad Nacional de Colombia.

En términos generales, cuéntenos en qué consiste su trabajo y la metodología utilizada.

Se trata de una investigación exploratoria que inicié sobre sociabilidad gay y lésbica en los años setenta y ochenta en Bogotá. El trabajo se centró en tres aspectos: el lenguaje, la sociabilidad en lugares de encuentro (bares, discotecas) y la sociabilidad en espacios abiertos.

La investigación está basada en entrevistas biográficas a personas mayores de 50 años, por dos razones. La primera de ellas es que en Colombia es bastante complicado acudir a otro tipo de fuentes: no hay prensa específica para ese periodo y es difícil conseguir revistas dirigidas para público homosexual, aparentemente la primera de este tipo fue Ventana gay, en 1980. La segunda cuestión es que se ha trabajado muy poco en Colombia sobre la homosexualidad desde el punto de vista histórico. Con excepción del trabajo de Walter Bustamante, es poco lo que se ha hecho al respecto en historia contemporánea, además de algunos estudios aislados sobre el periodo colonial. Y los escasos trabajos que hay se centran más en las representaciones institucionales sobre la homosexualidad, y menos en la manera en que hombres y mujeres homosexuales vivían su condición. Mi interés es recoger la voz de las personas que vivieron en carne propia la condición de ser gay o lesbiana en esos contextos.

¿Qué puede decirnos sobre los aspectos del lenguaje?

Es importante destacar el papel del lenguaje a la vez como mecanismo de protección pero también como mecanismo de acercamiento entre personas homosexuales, muchas veces en contextos no homosexuales. Las personas entrevistadas lidiaban con el asunto de ser o no descubiertos y así evitar la discriminación, que en el caso de los lugares podía llevar incluso hasta el arresto, por lo menos hasta 1980 cuando fue despenalizada la homosexualidad en Colombia, aunque ese riesgo continuó después de la despenalización.

Una cosa que emerge en casi todos los relatos es que casi no se usaban categorías como ‘homosexual’, ‘gay’ o ‘lesbiana’, ni para definir a otros ni para autodefinirse, sino que se utilizaban otro tipo de expresiones: “te gustan los hombres” o “te gustan las mujeres” en el caso de ‘gays’ y ‘lesbianas’ respectivamente, y esto en ambientes donde ya se tenía la seguridad de estar teniendo un contacto con otra persona homosexual. En otros contextos, se utilizaban expresiones más neutras como ‘ser de ambiente’, expresión bastante ambigua que podría interpretarse como ser homosexual, ser alegre o disfrutar el estar en compañía. Así también se usaba ‘amigo’ para presentar la pareja en contextos donde no se conoce la orientación sexual de la persona con quien se habla o para justificar ante familiares la convivencia con la pareja, expresión que por cierto se sigue utilizando.

Ahora, ese código compartido no necesariamente tuvo siempre el efecto buscado, pues estaba latente el peligro de ser descubierto. Según mis entrevistados, en los años 80 llegó un momento en que la expresión ‘amigo’ dejó de ser eficaz ya que empezó a existir mayor conciencia entre personas no homosexuales de que ese lenguaje encubría la existencia de una pareja homosexual. Esto fue común entre arrendatarios, lo cual hacía difícil que una pareja gay alquilara un apartamento.

¿Qué cuestiones emergen cuando se indaga sobre los lugares de encuentro?

Hay referencias de lugares de encuentro para homosexuales en Bogotá probablemente desde los años veinte, especialmente bares. Algunas noticias de prensa relatan la llegada de la policía a estos sitios en ese periodo. Pero es a partir de la década de los sesenta cuando hay una presencia relativamente importante en dos zonas de la ciudad: el Centro y Chapinero, esta última concentra la mayoría de lugares actualmente. Además de los bares y discotecas existían cines porno, residencias para personas homosexuales y parques, donde se destacan el Parque Nacional y el de La Independencia.

Eran especialmente lugares para hombres aunque también había espacios para mujeres, inclusive una entrevistada reportó un lugar para mujeres desde los años sesenta. En los ochenta parece que existió un bar llamado Bilitis, ubicado en el centro de Bogotá, nombre que por cierto llevaba también un importante bar gay en San Francisco, California.

En los lugares para hombres, la llegada de la policía representaba una amenaza que era respondida con estrategias diversas como la selección de la clientela, la cual se centraba en reducir los ‘elementos que hicieran visible’ la homosexualidad. Así, las llamadas ‘locas’ y las travestis eran particularmente vetadas, lo cual estaba relacionado no sólo con una representación negativa sobre su peligrosidad sino también con una mayor valorización del estereotipo masculino –como señala también Horacio Sívori en el caso de Rosario, Argentina, en los años noventa. Cabe destacar que según los entrevistados la mayoría de esos lugares estaban dirigidos a la clase media, de hecho el precio de ingreso y la selección en la entrada dificultaban el acceso a personas de sectores medio-bajos y populares, consideradas peligrosas. Seguramente también entraban a jugar en esa selección diferencias étnico-raciales.

En el caso colombiano la cuestión de la visibilidad cobró un valor particular en un contexto penalizado, y en ese sentido, la presencia de ‘locas’ y travestis podía hacer evidente el carácter del lugar, con el consecuente peligro de arresto por parte de la policía. Esta situación no sólo exponía las personas a agresiones físicas incluyendo abusos sexuales, sino que además podía hacer que familiares y la sociedad en general se enteraran de las prácticas sexuales de las personas que frecuentaban esos lugares, dado que, según varios testimonios, la policía llamaba a la casa de los arrestados e informaba que los habían encontrado en un “lugar de maricas”. Efectivamente, cuando llegaba la policía, debían tratar de parecer ‘normales’. Para ello, las parejas del mismo sexo que estaban bailando se soltaban y si había presencia de mujeres en el lugar se conformaban parejas de hombre y mujer. Pero la presencia de ‘locas’ y de travestis arruinaba el simulacro de normalidad, el “hacer teatro”, como refería uno de los entrevistados.

Además de bares y discotecas, ¿con qué otros lugares contaban las personas para conocerse e interactuar?

No todo el mundo frecuentaba bares y discotecas, algunos conocían gente en la calle. Para ello, explicaban algunos entrevistados, el recurso privilegiado era ‘la mirada’, mecanismo basado en un proceso de naturalización de los rasgos que son supuestamente típicos de los hombres homosexuales y que permitía reconocer a otras personas en contextos públicos. Esos contextos eran muy variados, iban desde lugares específicos como los parques que mencioné o la Carrera Séptima (aledaños todos al Centro), hasta buses y fiestas en casa de amigos.

Cabe anotar que ‘la mirada’ es una marca generacional. Tuve la oportunidad de entrevistar sobre aspectos similares a personas que tienen hoy entre 20 y 30 años y desconocen el lenguaje de ‘la mirada’. Las personas jóvenes frecuentan diversos lugares como bares y discotecas abiertamente gay, participan de chats, entonces no necesitan reconocerse mutuamente en la calle porque tienen más recursos de sociabilidad que la generación de la que hablo y que tuvo que desarrollar esas estrategias de reconocimiento. Asimismo, el cruising en los parques es muy generacional.

Me parece también interesante el caso de las mujeres, aunque me fue más difícil encontrar mujeres de la generación que investigo que concedieran entrevista. No obstante, una entrevistada me contó la manera como las mujeres podían tener expresiones de cariño más abiertas en la calle: una pareja podía ir tranquilamente de la mano por la calle o abrazarse en un parque sin el peligro de ser insultadas o agredidas físicamente. Esto se da por una cuestión de representación diferenciada de la sociabilidad femenina, lo que no implica que esas expresiones no estuvieran cercadas de límites o que las mujeres estuvieran completamente preservadas de situaciones concretas de discriminación y violencia.

¿Qué otras diferencias encontró entre hombres y mujeres?

La menor disponibilidad de lugares para ellas es una diferencia fundamental. De hecho, en muchos lugares para hombres prohibían la entrada a mujeres, o se aumentaba el precio de entrada para ellas.

Otra cuestión estaba relacionada con la posibilidad de llevar a cabo proyectos de convivencia. No obstante las dificultades para alquilar eran comunes, las mujeres tenían una desventaja adicional que estaba asociada con la idea de que ellas no eran económicamente independientes, lo cual implicaba más dificultades para que una pareja de mujeres pudiese alquilar un apartamento, pues se dudaba de su capacidad de pago.

¿La penalización de la homosexualidad marcó alguna diferencia o era del tipo de leyes que en realidad no se aplican y cumplen más una función moral, como podría decirse del caso de la penalización del aborto?

Traté de averiguar no sólo la existencia de bares, discotecas y otros lugares de encuentro sino también cómo se aplicaba la penalización. Efectivamente, en 1980 se despenalizó la homosexualidad, cuestión que podría haber introducido un cambio en relación a la sociabilidad, pero parece que no fue exactamente así. De hecho, llamó mi atención que muchas personas que vivieron en la época no recuerdan que la homosexualidad estuviera penalizada, y hasta llegan a poner en duda que fuera así. Un entrevistado me dijo abiertamente que eso era un invento de los activistas para victimizarse y que en realidad nunca hubo en Colombia una ley que penalizara la homosexualidad. Y otro por ejemplo, cuando le pregunté si sabía cuándo se había despenalizado la homosexualidad me respondió que con la Constitución de 1991, lo cual es bastante significativo de lo que significó la reforma constitucional como cambio social, pero también de lo poco que en la práctica se aplicaba aquella ley.

De hecho, los abusos de la policía continuaron después de la despenalización, así como el carácter secreto de los lugares. Efectivamente el cambio a una situación más pública de los lugares no estuvo relacionado con la despenalización sino con otros hitos como lo reflejan las respuestas de las personas entrevistadas.

¿Cuál cree usted que es la pertinencia de este tipo de acercamientos históricos en el campo de los estudios sobre sexualidad?

La pertinencia se puede ver en varios sentidos. Creo ante todo que es importante rescatar los acontecimientos del pasado, en particular lo que tiene que ver con la historia de las minorías. Pienso que algunos mecanismos de la sociabilidad en el pasado pueden ayudar a explicar también algunos problemas que se presentan en la actualidad. Por ejemplo, la cuestión que referí de discriminación hacia las travestis en los lugares de sociabilidad se sigue dando hoy en Bogotá, lo cual expresa la permanencia o actualización de mecanismos que dificultan la existencia de unos sujetos sexuales y facilitan la de otros. No es casual que la posición más favorable siga siendo la de los hombres y particularmente la de los hombres masculinos. Y existe una cuestión parecida en relación con lo femenino en la que un modelo de feminidad tradicional es más valorado mientras se estigmatiza la mujer masculina.

Además, es relevante observar cómo esas son dinámicas históricas que todavía hoy persisten y hacerlo en perspectiva hacia el pasado puede ayudar no sólo a entender sino a someter a crítica determinadas concepciones de la masculinidad y de la feminidad.

Es interesante también acercarse a lo que significa el ‘pasado represor’ creado en contraste con un ‘presente de derechos’ alcanzados. Yo creo que en Colombia se está creando una representación de país abierto, incluyente de las diferencias, una idea armónica tanto con la ideología del mestizaje como con la reforma constitucional de 1991. Y esa imagen de contraste es muy útil para esa representación actual. Sin embargo, hay que problematizar ese contraste. Es importante identificar en ese pasado que a pesar del peligro que podía implicar el hecho de ser descubiertos como homosexuales eso no impidió que la gente se encontrara y desarrollara espacios para vivir su sexualidad. Aunque estos espacios a la vez reprodujeron las reglas dominantes de género y sexualidad, también jugaron con eso. En un momento en que las instituciones decían “no pueden existir” ellos y ellas existían; “no pueden tener parejas” y ellos y ellas las tenían, y hasta había matrimonios, no jurídicos, pero sí simbólicos. Es decir, había espacios de resistencia.

La imagen que se crea del presente es en mi opinión confusa, y se centra en el hecho de que ahora las parejas del mismo sexo en Colombia tienen todos los derechos menos el de la adopción. Pero hay que preguntarse qué pasa con los que no pueden hacer uso de esos derechos. ¿Qué pasa con los gays y lesbianas de clases populares? ¿Qué pasa con la violencia que sigue siendo muy fuerte en general y particularmente hacia las travestis? ¿Y con las agresiones verbales?

Esta imagen del presente está funcionando un poco como la idea del paraíso racial con su consecuente negación del racismo, porque ahora parece que en Colombia vivimos en el paraíso de las minorías sexuales, y no es exactamente así. Y de hecho, ante tanta institucionalización del tema LGBT se identifican pocos espacios de resistencia y pocas críticas, no sólo verbales sino en las prácticas sociales del funcionamiento del orden hegemónico. En todo caso, la mirada a estas experiencias ‘pasadas’ va más allá de generar un contraste con el presente; tampoco se trata de idealizar el pasado, se trata más bien de tener miradas complejas cuando comparamos experiencias en contextos históricos diferentes.

NOTIESE, México, 20-5-2010
http://www.notiese.org/notiese.php?ctn_id=3924

Estados Unidos: el Sida crece con la discriminación y la pobreza

Un estudio científico señala que en sectores de Washington y Nueva York, la proporción de sida es mayor que en Kenia y Sudáfrica
En Harlem, el VIH tiene más registros que en Africa
El informe indica que en el Harlem neoyorquino y en sectores de Washington, las proporciones duplican las de los países africanos. En la Argentina, según los expertos, Capital y conurbano concentran el 50 por ciento, y los bolsones de pobreza son cajas de Pandora.

Por Pedro Lipcovich
El informe merece ser examinado porque hay características similares entre Estados Unidos y la Argentina.

La proporción de personas con VIH en Washington, o en barrios neoyorquinos como Harlem, es superior a la de los países africanos que encabezan la estadística mundial del virus. El dato –puesto de manifiesto en una prestigiosa publicación científica– merece ser examinado porque las características estructurales de la epidemia en Estados Unidos son similares a las de la Argentina: no es ya “incipiente”, tampoco ha llegado a ser “generalizada” sino que está “concentrada” en las grandes ciudades –el 50 por ciento en Ciudad de Buenos Aires y conurbano; el 70 por ciento si se incluyen Santa Fe, Córdoba, La Plata y Mar del Plata–, y ataca especialmente a determinados grupos: una de cada tres travestis, uno de cada diez hombres que tienen sexo con hombres. Además, el estudio de Estados Unidos cuenta con datos precisos, barrio por barrio, todavía no disponibles en la Argentina: las cifras en los bolsones de pobreza del conurbano son una caja de Pandora cuyo contenido no es difícil de adivinar. Los investigadores también advierten que meter más gente en las cárceles tiende a aumentar las cifras de la epidemia, no sólo por la difusión del virus en las prisiones sino porque, presos los hombres, muchas mujeres quedan en situación más vulnerable y se ven llevadas a “monogamias sucesivas” en las que no pueden negociar sexo protegido.

El estudio, publicado en la revista New England Journal of Medicine, está firmado por Wafaa el Sadr, Kenneth Mayer y Sally Hodder, de las universidades de Columbia, Brown y Nueva Jersey. Advierte que “la prevalencia de infección por VIH en algunas poblaciones de Estados Unidos rivaliza con la que existe en países del Africa Subsahariana. Por ejemplo, más de uno de cada 30 adultos en Washington DC son VIH positivos”. El artículo señala que “ciertas poblaciones son especialmente golpeadas: en Nueva York están infectados uno de cada cuarenta negros, uno de cada diez hombres que tienen sexo con hombres y uno de cada ocho usuarios de drogas inyectables; en Washington, uno de cada 16 hombres negros tiene VIH. En varias áreas urbanas, la prevalencia de VIH entre hombres que tienen sexo con hombres llega al 30 por ciento. En comparación, la prevalencia entre la población general es de 7,8 por ciento en Kenia y de 16,9 por ciento en Sudáfrica”.

El trabajo observa que, si bien la cantidad de nuevas infecciones había disminuido un 50 por ciento entre 1984 y 1991, “se estancó en la pasada década. Se había previsto que las terapias antirretrovirales, al reducir a niveles indetectables la cantidad de virus en los fluidos corporales, disminuiría la cantidad de nuevas infecciones, pero esta expectativa no se realizó. Sólo en el último año se infectaron unos 56 mil estadounidenses, y se estima que ya hay más de un millón de personas con VIH en el país”.

“A diferencia de la epidemia generalizada en el Africa Subsahariana, en Estados Unidos el VIH afecta especialmente determinadas áreas geográficas, en particular las regiones urbanas del Nordeste y la Costa Oeste, pero también ciudades y pequeñas poblaciones en el Sur –señala el estudio–. Dentro de estas áreas, a menudo ciertos barrios son desproporcionadamente atacados, sobre todo porque sus residentes practican sexo sin protección en el marco de redes sociales relativamente aisladas. Muchas de las poblaciones más afectadas tienen escasa movilidad social. La magnitud del riesgo de que una persona adquiera el VIH depende fuertemente de su pertenencia a una determinada red social.”

Entre los sectores más afectados señalan al de “hombres que tienen sexo con hombres” y al de “las mujeres negras e hispánicas, cuyo riesgo incrementado de adquirir el VIH es atribuible, más que a conductas de riesgo en lo personal, a situaciones socioeconómicas vulnerables”. Así, “la inestabilidad de las parejas debida a las altas tasas de encarcelamiento entre los hombres de sus comunidades pueden llevar a las mujeres a relaciones de ‘monogamia serial’ o a involucrarse en relaciones abusivas o de dependencia económica en las que no pueden negociar sexo más protegido”.

El estudio propone “intervenciones estructurales”, como “disminuir el desproporcionado encarcelamiento de hombres negros e hispánicos” o incluso “otorgar microcréditos que ayuden a las mujeres a salir de la pobreza”. También, “identificar intervenciones que persuadan a los hombres que tienen sexo con hombres a testearse y, si resultan tener el VIH, hacerlo saber a sus partenaires”.

En la Argentina, Ariel Abaszko –investigador de la Dirección de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual del Ministerio de Salud de la Nación– recordó que “de acuerdo con los criterios de medición de Onusida, que utilizamos por nuestra parte, la cantidad de personas con VIH es de aproximadamente 120 mil, de las que la mitad conocen esa condición. La Ciudad de Buenos Aires y el conurbano suman el 50 por ciento de la epidemia; también hay concentración en la zona de La Plata, Mar del Plata y el Municipio de la Costa. Si se agrega Córdoba y Santa Fe, especialmente Rosario, se llega al 70 por ciento de la epidemia”.

Tal como informó Página/12 el 24 de julio de 2009, según una investigación del Centro Nacional de Referencia contra el Sida, más del 10 por ciento de los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) encuestados resultó tener VIH. Desde entonces, según los datos de la Dirección Nacional de Sida, “la infección entre varones que se reconocen como homosexuales volvió a subir levemente”, señaló Abaszko.

Marcelo Vila –coordinador en VIH de la OPS para el Cono Sur– advierte que “la población HSH en diversos países, incluida la Argentina, muestra un amesetamiento en la proporción de personas con VIH, que indica un punto en que se ha detenido el avance en las prácticas preventivas”. Silvana Weller –coordinadora de prevención de la Dirección de Sida de la Nación– comenta que “la identidad de género de la mayoría de estos hombres es masculina, sin perjuicio de que tengan relaciones con hombres; entonces rige para ellos el mandato masculino de que ‘cuantas más veces la pongas, mejor’, y la relativa desestimación de la salud, cuyo cuidado está culturalmente asignado más bien a las mujeres”.

Abaszko señaló que “desde hace varios años se diagnostican aproximadamente dos casos en hombres por cada caso en mujeres”, y observó que, “en los números, localidades carenciadas como La Matanza no tienen cifras comparativamente altas, porque la gente se testea menos y porque muchos de los que allí viven se diagnostican en la Ciudad de Buenos Aires”, y anticipó que “este año iniciamos un muestreo en distintos lugares del país para obtener datos más precisos”. Patricia Pérez, titular de la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con VIH/sida (www.icwglobal.org), señaló que “en niveles provinciales y municipales se afrontan tantas situaciones difíciles en temas de salud, que éste ha quedado un poco relegado”, y alertó sobre “la falta de servicios amigables para las mujeres, no sólo en VIH/sida sino en salud femenina en general: no hay suficientes servicios ginecológicos, y muchas veces no actúan en el tema del sida, como en el de la salud sexual y reproductiva”.

PÁGINA 12, Argentina, 31-5-2010
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/sociedad/3-146688-2010-05-31.html

Cocteles contra el Sida reducen riesgo de transmisión del VIH

Los cócteles contra el sida reducen un 92% el riesgo de transmisión
Se comprobó que al bajar la carga viral en sangre, la propagación también disminuye.
Por: Valeria Román

Un estudio realizado en siete países africanos demostró que si una persona que vive con el virus del sida accede al tratamiento con cócteles de drogas reduce en el 92% la posibilidad de transmitir la infección a su pareja. Un resultado que corrobora que el tratamiento médico no sólo sirve para el cuidado de la salud del paciente sino también para controlar la epidemia del sida.

La investigación fue realizada por los científicos de la Universidad de Washington y del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, de los Estados Unidos, quienes alientan a que más autoridades sanitarias en el mundo establezcan programas para que más infectados reciban los tratamientos. Una idea que fue postulada por el investigador argentino Julio Montaner, el actual presidente de la Sociedad Internacional de Sida, en 2006.

En aquel año y durante una conferencia en Toronto, Montaner sugirió que la disminución de la carga del virus del sida en la sangre de los pacientes permitía reducir el riesgo de transmisión a otras personas. Tanto Montaner como otros científicos se pusieron a comprobar la hipótesis. Como informó Clarín el 23 de febrero pasado, el sudafricano Brian Williams calculó que en cinco años podría reducirse en el 95% la cantidad de nuevas infecciones y la mortalidad en áreas severamente afectadas por la epidemia del sida.

Ahora se sumó un estudio más. Fue publicado esta semana por la revista The Lancet y realizado en siete países africanos: Botswana, Kenia, Ruanda, Sudáfrica, Tanzania, Uganda, y Zambia, con apoyo de la Fundación Bill & Melinda Gates. Participaron 3.381 parejas heterosexuales. Uno de los integrantes vivía con el VIH. El 10% de los participantes pasó a recibir el tratamiento con antirretrovirales. En el grupo que accedió a los medicamentos, sólo hubo un caso de transmisión del virus a la pareja. En cambio, en el grupo que no recibió tratamiento hubo muchos más casos de infectados.

"Este trabajo confirma el planteo de Montaner: el tratamiento con antirretrovirales no sólo beneficia al paciente sino a su comunidad". dijo a Clarín Pedro Cahn, presidente de Fundación Huésped. En la Argentina, hay acceso universal y gratuito a los tratamientos. "Pero el problema -advirtió Héctor Pérez, infectólogo del Hospital Fernández- es que la mitad de los infectados no sabe que lo están y no reciben tratamiento y pueden estar transmitiendo el virus".

CLARÍN, Argentina, 28-5-2010
http://www.clarin.com/diario/2010/05/28/um/m-02201030.htm

Por presión internacional se indulta a pareja gay condenada a la cárcel

Malaui indulta a la pareja homosexual condenada a 14 años por contraer matrimonio
El presidente del país africano ha anunciado la medida tras un encuentro con el secretario general de Naciones Unidas, quien pedirá hoy a los legisladores del país que eliminen las leyes que penalizan la homosexualidad
REUTERS - Lilongüe

El presidente de Malaui, Bingu wa Mutharika, ha anunciado hoy el indulto para la pareja homosexual condenada a 14 años de cárcel. El anuncio se ha producido tras un encuentro entre el presidente del país africano y el secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon. Steven Monjeza, de 26 años, y Tiwonge Chimbalanga, de 20, fueron condenados el 20 de mayo tras ser detenidos en diciembre pasado mientras celebraban una ceremonia de matrimonio tradicional.

"Estos chicos cometieron un crimen contra nuestra cultura, nuestra religión y nuestras leyes, no obstamte, como jefe del Estado les indulto y por tanto pido su imediata liberación sin condiciones", ha dicho Wa Mutharinka tras su encuentro con Ban. "Lo he hecho por motivos humanitarios pero eso no significa que yo apoye eso", ha agregado el presidente malauí.

En su intervención de esta tarde ante la Asamblea Nacional del país, se espera que Ban pida a los legisladores que cambien las leyes vigentes que penalizan la homosexualidad. La pareja que ha sido indultada hoy fue condenada por delitos comportamiento indecente y sodomía a la máxima pena (14 años). El caso provocó la protesta de numerosos activistas de los derechos humanos, que se concentraron en los alrededores del tribunal el día en que salió la sentencia.

Pese a las peticiones de Naciones Unidas y al la presión ejercida por numerosas organizaciones de lucha por los derechos humanos, la homosexualidad puede ser castigada hasta con la muerte en siete países, mientras que otros 72 mantienen algún tipo de condena en sus códigos penales, según el último mapa publicado por la federación internacional de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (ILGA). La cuestión ha generado especial controversia en los últimos meses en África, sobre todo tras el intento de Uganda de endurecer su legislación al respecto para incluir la pena de muerte.

EL PAÍS, España, 29 de mayo de 2010
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Malaui/indulta/pareja/homosexual/condenada/anos/contraer/matrimonio/elpepusoc/20100529elpepusoc_2/Tes

Ministro británico gay renuncia por corruptela que involucra a su novio

RENUNCIO EL SECRETARIO DEL TESORO BRITANICO POR UNA CORRUPTELA
Primera baja para Cameron
El liberal-demócrata David Laws reconoció que había utilizado cerca de 58 mil dólares de sus fondos como parlamentario para pagar un alquiler a su novio. La noticia cayó como una bomba en Londres y forzó la renuncia del funcionario.


El nuevo gobierno británico sufrió su primera baja. El viernes a la noche renunció el secretario del Tesoro, el liberal-demócrata David Laws, luego de reconocer que había utilizado cerca de 58 mil dólares de sus fondos como parlamentario para pagar un alquiler a su novio. La noticia cayó como una bomba en Londres, ya que el secretario venía de anunciar un plan de austeridad para ahorrar 8,6 mil millones de dólares el año próximo. Antes de que la oposición laborista tuviera tiempo de contraatacar, Laws anunció su salida del gobierno. “No veo cómo puedo continuar con mi importante trabajo del presupuesto y la revisión de los gastos mientras tengo que atender las consecuencias privadas y públicas de las recientes revelaciones”, explicó en su carta de renuncia.

Tanto el primer ministro David Cameron como su vice, Nick Clegg, agradecieron el gesto y expresaron su apoyo a su colega. “Lo conozco de muchos años como colega y amigo. Siempre he admirado su inteligencia y su gran sentido del deber y su integridad”, aseguró Clegg, el hombre que lo llevó al gobierno de coalición. Laws había dado sus primeros pasos como banquero y luego de amasar una considerable fortuna se pasó a la arena política, de la mano del Partido Liberal Demócrata de Clegg. Durante las arduas negociaciones que siguieron a las elecciones de abril pasado, el primer ministro conservador, David Cameron, había aceptado ponerlo en una posición clave; Laws iba a ser el encargado de hacer realidad la promesa de campaña de los conservadores: ajustar el gasto público hasta eliminar el déficit fiscal.

Por eso y por su condición de millonario cayó tan mal la denuncia, publicada el viernes por The Daily Telegraph. Entre 2001 y 2009, y como miembro del Parlamento, Laws había reembolsado unas 950 libras (1374 dólares) por mes en concepto de alquileres, una prerrogativa que tenía como legislador. Sin embargo, el ahora ex secretario del Tesoro no había declarado a quién le pagaba esos alquileres. Según una nueva regla parlamentaria aprobada en 2006, los miembros del Parlamento no pueden alquilar inmuebles que son propiedad de sus parejas. Las habitaciones que alquilaba todos los meses Laws pertenecían a su novio, James Lundie.

“Si bien vivíamos juntos, no nos considerábamos cónyuges, por ejemplo no compartimos cuentas bancarias y ciertamente tenemos vidas sociales separadas”, explicó Laws en su carta de renuncia. Además señaló que no había declarado que las propiedades en cuestión pertenecían a su pareja para no tener que hacer pública su orientación sexual. “No obstante, yo acepto que esto se puede interpretar de otra manera y voy a devolver inmediatamente los costos del alquiler y otros costos de alojamiento que yo reclamé”, agregó.

Según un comunicado difundido ayer por la Secretaría del Tesoro, Laws será reemplazado por otro correligionario, el liberal-demócrata Danny Alexander. Alexander no había quedado dentro de la corta lista de ministros y secretarios, pero fue uno de los negociadores clave para alcanzar un acuerdo entre su partido y los conservadores, y formar gobierno. La nueva oficina de Alexander adelantó que, a pesar de la salida de Laws, sus proyectos y plan de ajuste se mantienen intactos.

Laws deberá enfrentar ahora la Comisión de Etica del Parlamento, el órgano que en última instancia definirá su futuro dentro del Poder Legislativo. El año pasado el mismo diario, The Daily Telegraph, había revelado irregularidades similares en las partidas presupuestarias de decenas de miembros del Parlamento. Algunos usaban el dinero de sus dietas para pintar la casa, cambiar el auto o hasta para construirse una casa para aves a la vera de un lago privado.

El escándalo provocó una crisis de credibilidad, justo cuando los partidos británicos armaban sus listas de candidatos para las elecciones generales. Decenas de legisladores tuvieron que renunciar a sus aspiraciones de ser reelegidos y un puñado fue directamente removido de sus bancas. Según The Daily Telegraph, Laws no apareció en la lista inicial de sospechosos porque no había declarado el nombre del propietario de las habitaciones que alquilaba.

PÁGINA 12, Argentina, 30-5-2010
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elmundo/4-146637-2010-05-30.html