viernes, 26 de septiembre de 2008

Paradojas y contradicciones de un partido que discrimina mientras dice luchar contra la discriminación

El PASE: un partido que se niega a sí mismo
Hugo Mora Poltronieri


A veces hay gente que se mete donde no debe. Donde no cabe. Por ejemplo, en política. Porque los políticos están para servir a la comunidad, no a la inversa. Y si se va a lo primero, pues el votante potencial en lo primero que se fija es en el nombre. Supongamos que yo sea ciego, o sordo, o mudo. O, en fin, que yo posea de nacimiento algún rasgo físico o psicológico, no elegido por supuesto, que me haga algo diferente del resto de la población.

Por ejemplo, ser homosexual. Aparece entonces un partido político con un nombre que lo dice todo: Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE). Queriendo saber un poco más sobre el partido, voy a la página web del partido. Me encuentro con su Estatuto Político. En su artículo cuatro, dice que “lucha por hacer efectiva una verdadera igualdad de oportunidades y propiciar el combate de todas las formas de discriminación humana.” Esto lo refuerza en el artículo cinco, pues afirma que luchará por el Bien Común, “entendido como el conjunto de las condiciones políticas, económicas, sociales, culturales y espirituales que permiten a todos los miembros de la sociedad desarrollarse plenamente como personas”.

En fin, encuentro que hasta hay una Carta Humanista (ojo, humanista) a Costa Rica en que afirman propugnar “por una sociedad integrada, incluyente y accesible, en la que cada uno de sus miembros obtenga respuestas concretas para la solución de sus problemas, la satisfacción de sus necesidades y la realización de sus expectativas.” Además, es un partido “con rostro humano”.

Todo lo anterior muy a tono con la tradición civilista propia de nuestro país. Todo muy humano, todo muy adecuado: en este partido no se excluye a nadie. Pero de repente aparece un señor al que nadie conocía (ahora sí, y tristemente), porque presenta un recurso ante la Sala Cuarta propiciando, a nombre del PASE, un referendo para excluir a los homosexuales del goce del derecho elemental a formar una familia, tal como se ha propuesto en el proyecto de ley para legalizar las uniones civiles entre personas del mismo sexo.

¿Habrase visto mayor incoherencia e hipocresía entre el nombre de un partido, sus objetivos y principios tan “humanistas”, y una propuesta de este género? Pregunto: ¿Es que no hay homosexuales entre los miembros y votantes del PASE? Más aún: Y entre los ciegos, sordos, mudos, deficientes mentales, etc., a los que juran defender, ¿no hay homosexuales? ¿Quiere así el PASE agregar a todos ellos una exclusión más, una miseria más en vidas que ya lo son, pues de otra manera no habría habido necesidad de crear un partido así?


Para rematar su ofuscación, el señor de marras pone su partido a los pies de la Iglesia Católica, a la que ofrece su grey para recoger las firmas requeridas para pedir el referéndum. Otro servilismo más ante este Estado Paralelo eclesial, otra genuflexión propia de políticos sin dignidad que está pidiendo a gritos el Estado Laico que tanto queremos en Costa Rica.

LA PRENSA LIBRE, 26 de Septiembre de 2008

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