martes, 28 de julio de 2009

Misoginia en la literatura de Costa Rica

Misoginia exacerbada
Ana Helena Chacón E.*

En relación con el fenómeno de hostigamiento sexual, una vez en vigencia la ley correspondiente, la Defensoría de los Habitantes de la República nos informa que de 1994 al 22 de febrero de 2007, los expedientes de casos de hostigamiento sexual alcanzaron la suma de 564, respecto de los cuales 771 personas fueron las denunciantes y 575 las denunciadas. Llama poderosamente la atención que el 92% de las personas denunciantes son mujeres, en tanto que sólo 7% de los denunciantes son hombres. En un 1% de los expedientes no se identificó este dato, porque cuando se inició el proceso de seguimiento, algunas instituciones –específicamente el Ministerio de Educación- utilizaron el concepto de confidencialidad para ocultar el nombre de la víctima cuando ésta era menor de edad.

Un 60% de las personas denunciantes son mayores de 18 años, en tanto que el 34% son menores de edad y de este 34%, el 6% son menores de 12 años. Al respecto, se nos llama la atención sobre el hecho que una tercera parte de quienes se atreven a denunciar son personas menores de edad y, de éstas, un 6% son escolares. Se trata de una población hostigada que es vulnerable por su edad, por las limitadas herramientas personales que tienen para enfrentar y denunciar conductas violentas y, porque éstas se producen por parte de quienes ejercen poder, autoridad, control y la posibilidad real de afectar sus condiciones de estudio.

No obstante, hace un quinquenio se produjo el despido sin responsabilidad patronal de Carlos Morales en la Universidad de Costa Rica, por acoso sexual en perjuicio de una de sus subalternas, hecho que catalogamos de positivo. Ante ello, este señor buscó “sacarse el clavo” escribiendo la novela “La rebelión de las avispas”, que desde la ficción alude sarcásticamente al proceso y condena de la cual fue objeto en dicha universidad.

Esto no tendría importancia si no fuera porque el jurado de los premios nacionales le otorgó por unanimidad el premio de literatura 2008, que consistió en una estatuilla del escritor Aquileo J. Echeverría y $6.300, suma que sale de los bolsillos de todos los contribuyentes.

Por respeto a las víctimas. Repudio dicho premio que ensalza al hostigador sexual, pues, aunque reconocemos que bajo el principio de la libertad de expresión, no puede prohibirse la publicación y difusión de un libro misógino en todos sus extremos, sí quiero manifestarme contra el otorgamiento del premio por respeto a los sobrevivientes de la violencia sexual.

Al jurado que ratificó una segunda vez el premio, cuando desde el Ministerio de Cultura se le pidió que reconsiderara la resolución, se le recalca que las víctimas de hostigamiento sexual no van a olvidar las palabras del autor cuando se vanagloria al narrar que: “En la ceremonia de entrega, (…) fui víctima de una ovación cerrada que parecía ponerle corona de rosas a un camino muy encharcado”. Cuenta además, con ironía y desprecio el dizque premiado que: “Cuando se anuncia el premio, (…) todos los escritores y poetillas que andaban detrás del lauro saltaron como chamusquina y pusieron su protesta en los cielos de Internet. A ellos se entregaron, con más furia, las cuatro feminazis de piercing en la ñata, que tal vez se vieron perfiladas en la caricatura del libro” ¡Qué contradicciones se muestran en nuestro diario vivir al premiar a quien acosó!

Legislación sobre Derechos Humanos. Es nuestro deber velar por que en Costa Rica se respete el marco jurídico internacional de los Derechos Humanos, particularmente la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer (CEDAW), ratificada por Costa Rica el 2 de octubre de 1984.

La “sangre en el ojo” de quien fue sancionado por su conducta hostigadora se concreta en el libro, que se inicia con el enjuiciamiento por acoso sexual de un académico, misma que tiene paralelo idéntico con la situación vivida por el autor, al tener que irse de la Universidad de Costa Rica, en la cual fungió como catedrático y dirigió el Semanario Universidad y la Estación Radio Universidad.

¿Será positivo este hito para las víctimas de acoso sexual?, ni pensarlo. ¿Estaremos haciéndoles justicia al darle un premio respaldado por el Estado al escritor de marras?, imposible. No queda más que recurrir a los mecanismos internacionales que tutelan los derechos humanos para que se dé marcha atrás.
*Diputada

DIARIO EXTRA, Costa Rica, 28 de Julio de 2009http://www.diarioextra.com/2009/julio/28/opinion11.php

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