miércoles, 16 de diciembre de 2009

Vinculaciones entre aborto y delincuencia

Aborto y delincuencia
Armando González R.
agonzalez@nacion.com

Steven Levitt, economista de la Universidad de Chicago, halla una correlación entre el descenso de la criminalidad en EE. UU. y el histórico fallo de la Corte Suprema de Justicia, conocido como Roe vs. Wade, que afirmó en 1973 el derecho de las mujeres a optar por el aborto. La criminalidad empezó a desplomarse a inicios de los 90, cuando la mayoría de expertos aún vaticinaba una inevitable espiral ascendente. Las estadísticas mejoraron tan pronto, que, en poco más de una década, bajaron a niveles propios de los 60. Tras explorar diversas explicaciones, asignándoles mayor o menor impacto sobre el desarrollo de la criminalidad, según las estadísticas, Levitt postula un solo factor capaz de explicar cambios tan dramáticos: la legalización del aborto.

La caída de la criminalidad comenzó a manifestarse justo cuando los niños nacidos después de Roe vs. Wade alcanzaban la adolescencia o despertaban a la vida adulta, edades en que los jóvenes, en especial los hombres, son más propensos a sumarse a la delincuencia. La generación de jóvenes de los 90 se distinguía de sus antecesoras por la ausencia de millones de niños nacidos contra el deseo materno.

Un año después de Roe vs. Wade, los médicos estadounidenses practicaron 750.000 abortos y en los siguientes años el número creció hasta estabilizarse en 1,6 millones a partir de 1980. Antes de 1973, la opción de recurrir al aborto ilegal, con bajo riesgo, pertenecía, sobre todo, a jóvenes de clase media y alta. Luego de Roe vs . Wade, el procedimiento, mucho más barato y seguro, quedó al alcance de jóvenes pobres, mayoritariamente solteras y adolescentes.

A nadie debe sorprender que esas sean, también, las características de la vasta mayoría de chicas que acudieron a las clínicas abortistas a partir de 1973 para evitar dar a luz niños condenados a la marginalidad, la desintegración familiar, el desamor y el abandono. Es decir, niños que, alcanzada la adolescencia, son más propensos a caer en el delito.

En apoyo de su tesis, Levitt cita que los estados con mayor índice de abortos en los 70 experimentaron, también, la mayor caída de la criminalidad veinte años después y el descenso se produjo, precisamente, entre los jóvenes y no entre los criminales de mayor edad.

El aborto como medida para combatir la delincuencia es una idea repugnante, pero las conclusiones de Levitt vierten luz sobre las causas de la criminalidad y apuntalan explicaciones enraizadas en la marginalidad social y el abandono, razones que no pocos pretenden negar y todos debemos considerar si pretendemos encarar la delincuencia.

LA NACIÓN, Costa Rica, 12 de Diciembre de 2009
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/diciembre/13/opinion2187779.html

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