viernes, 14 de noviembre de 2008

La tragedia de la explotación sexual de niñas desnuda el fracaso de la familia patriarcal que el oscurantismo religioso defiende con dogmatismo

Estudio detectó a cuatro menores de nueve años
Explotación sexual comercial de niñas arranca a edades más tempranas
Krissia Morris Gray

kmorris@prensalibre.co.crFoto: Luis Morales

En Costa Rica, la edad de inicio a la explotación sexual comercial de las niñas arranca a los nueve años, según se desprende de un estudio denominado “Nuevos desafíos: Explotación Sexual Comercial y Vulnerabilidad ante el VIH/Sida”.

La investigación, realizada por Fundesida, empezó en el 2003 y se extendió hasta setiembre de 2008. Durante los cinco años de la indagación, fueron atendidas 547 jóvenes, que van desde los nueve años hasta los 17. Del total, 334 menores se encontraban en condición de explotación sexual y 213 en riesgo de estarlo.

Un 91% -es decir 498 de ellas- menores detectadas en explotación sexual es costarricense, un 7,49% nicaragüense -41-, 1,09% salvadoreñas -seis-, a las que se suman una panameña y una cubana.

En la provincia de San José se contabilizaron 317 personas menores de edad en explotación sexual y en riesgo, seguido por Cartago con 118 y Alajuela 93.

Ligia Retana Escalante, integrante del grupo investigador, dijo que lo más preocupante es que detectaron menores de nueve años, lo que denota que la edad de victimización está bajando.

Añadió que algunas de las niñas permanecen con sus familias, siendo lo más preocupante del caso que, en dichas circunstancias, las madres hacen las de una proxeneta, en algunos casos sin saberlo, pues ante la situación en la que se encuentran, van en ofrecer a sus hijas a hombres como una forma de conseguir ingresos.

Asimismo hay casos de menores que están en las calles o están en albergues.

La experta manifestó que pese al trabajo y a los avances alcanzados, temas como la equiparación de género, la educación y la violencia contra las mujeres, el talón de Aquiles sigue siendo la explotación sexual comercial de niñas.
Retana determinó que a partir de los 13 años el pico comienza a ascender, para pronunciarse más entre los 15 y 16 años.

“Los resultados vienen a decir mucho sobre la problemática que se está dando en el país con respecto de qué es lo que pasa. Entre los aspectos que contribuyen a la realidad de explotación sexual y la vulnerabilidad están lo ideológico, pues todavía en el patriarcado se conserva el pensamiento de que las mujeres están al servicio del hombre y en este caso las niñas no se escapan.

“Además de esto, la pobreza, la violencia y el consumo de drogas contribuyen a la situación. Estamos hablando desde nuestra experiencia, pues no podemos extrapolar la situación, pero los datos alcanzados en los 547 casos analizados son muy relevantes”, afirmó Retana.

Partiendo de los resultados obtenidos, Retana sostuvo que el país debe “mirar hacia adentro”, debido a que los mayores problemas detectados es con familias costarricenses y así determinar acciones y políticas públicas integrales para luchar contra dicho flagelo.

Por otra parte, en lo que a atención médica se refiere, 330 participantes del proyecto acudieron a los centros de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social, en el que se les practicó estudios y se les entregó los tratamientos médicos respectivos.

Clamidia, Virus del Papiloma Humano, tricomonas, sífilis, gonorrea, displasia leve y un caso de Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) fueron las enfermedades venéreas o infecciones de transmisión sexual detectadas, pues las jóvenes tienen relaciones sexuales sin la debida protección, pues lo más importante, según reseñó Retana, es conseguir dinero para la manutención y sostener a la familia.

“Uno de los compromisos que había firmado el Ministerio de Salud con Fundesida es que la CCSS se iba a encargar de hacer los exámenes de detección del VIH/Sida, pero hubo una serie de aspectos de promedio, uno de ellos es que encontramos procesos administrativos engorrosos, luego que tenían que tener la Tarjeta de Identificación de Menor y muchas de ellas no las tenían, que no eran atendidas porque no eran del área de atención del hospital, entre otros problemas del sistema”, refirió Retana.

Víctimas de otras agresiones

Aparte de la explotación y vulnerabilidad sexual, menores de edad entrevistadas han referido que han sido víctimas de otros casos de violencia, maltrato y negligencia en la familia.

“En forma alarmante, cada una de las participantes ha vivenciado algún tipo de violencia en sus vidas. Es así que se detectó una gama de los aspectos que la conforman, encontrándose situaciones de vivencias aberrantes que propiciaron la fuga del hogar, la permanencia en albergues o bien, la escogencia de la calle como única opción. En otras, imperaba la negligencia, el abandono o la exposición a escenas de violencia ejercida, principalmente en contra de figuras femeninas de su entorno”, señala el informe.

El consumo de drogas también está de por medio, pues un 70% de las entrevistadas, señala que utiliza alguna sustancia, siendo las más frecuentes el consumo de marihuana y alcohol, seguidas por el crack, cocaína y sustancias inhalantes.

LA PRENSA LIBRE, 14 de noviembre de 2008

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