sábado, 19 de julio de 2008

El dilema no es el sexo de los contrayentes. Esteban R.

Mi Opinión
por Esteban R.

Quería dirigirme a todas las personas que, por coincidencia o no, entren a este blog para unirse o informarse de esta campaña.
Les puedo decir que mis ideas no son nada diferentes de las últimas opiniones publicadas, pero de igual manera estoy anuente a explicar mi punto de vista.
Hace algún tiempo pensé que la lucha por uniones del mismo sexo no tenía lógica. Pensaba que cuál era la necesidad de un papel adonde conste que estás "unido" a tu pareja... Mi posición en ese entonces, desafortunadamente, era la misma que toma la Iglesia Católica, y gracias a Dios, hoy sé que las cosas no son así.
El matrimonio, o la unión de parejas, está hecha para demostrar ante los demás el amor y la felicidad que uno ha encontrado con su compañer@. Es indiscutible que, como muchos otros formatos de vida en el que los humanos nos enganchamos, el matrimonio trae grandes beneficios para una pareja. Beneficios de vivienda, salud, reconocimiento, y satisfacción personal, entre muchos otros...
Si utilizo las palabras de los jerarcas católicos, ellos procuran que los homosexuales no son dignos de demostrar lo que sienten por su pareja, pues "no hay necesidad de matrimonio para estas personas; la sociedad los reconoce en muchas otras maneras."En cuanto a ese argumento, encuentro dos grandes faltas...
La primera, si el matrimonio no es necesario, pues la sociedad reconoce a los contrayentes en muchas otras maneras, ¿para qué se casan las parejas heterosexuales? ¿Nadie se ha puesto a pensar que, quizás los mismos motivos por los que una pareja de personas de diferente sexo contrae matrimonio sean las mismas que los de una pareja homosexual (amor en la mayoría de los casos)?
La segunda falta acerca de este argumento es la incógnita de ¿cuáles con las "muchas otras maneras" en las que la sociedad costarricense reconoce a los homosexuales? Por mi parte, no tengo ni la menor idea. Pienso que este grupo de ciudadanos ha sido marginado y excluido de la sociedad en incontables maneras, contrario a lo que alegan los jerarcas de la iglesia.
No puedo negar que es sumamente gratificante ver el gran avance que se ha logrado a favor de los homosexuales en estos últimos cuarenta años. Lo que no se pudo hacer en milenios, ha comenzado a mejorar en cuatro décadas, y eso es digno de un apaluso.
Pero de nuevo entristece saber que, un poderío como lo es la Iglesia Católica se aferra a estar en contra de la homosexualidad porque, según ellos, la Biblia claramente maldice y castiga a estas personas... Nunca había escuchado un argumento tan (perdonen la palabra) estúpido. ¿Entonces, las mujeres son impuras cuando tienen su periodo menstrual? ¿O lo son al estar embarazadas y dar a luz? ¿Los leprosos, son impuros por culpa de su enfermedad?
Porque yo he leído la Biblia (en este caso el libro del Levítico, adonde supuestamente se condenan de impuros o infames estos actos) y creánme, estoy seguro de que ninguna de estas personas son castigados por su estado (menstrual, de embarazo, de enfermedad, o su preferencia sexual).Es un acto despreciable el enviar a la población un mensaje tan indigno como el de que "los homosexuales serán castigados".
¿Creen ustedes que personas con esta preferencia sexual no se sienten discriminadas, odiadas, repudiadas ante tal alegación? ¿No creen que este tipo de argumentos inducen a que la tasa de suicidios sea aún mayor cada día? ¿No creen que lo mejor y más sano sería ayudarles a ver a estas personas, que tal y como sus compañeros de vida heterosexuales, ellos son cien por ciento normales, y que no se les debe juzgar a causa de una característica como la persona a quien ellos deciden amar?
Señores y señoras, ¿no les parece que los adúlteros, los violadores, los criminales, los pedófilos, los pederastas, son personas que de verdad merecen ser aisladas de la sociedad para prevenir actos que dañen a quiénes vivimos día a día entre ellos? ¿No creen que un mejor hogar para un niño abandonado sería una casa adonde, casualmente, viva una pareja del mismo sexo que se respete y se ame, a una casa adonde viva una pareja heterosexual y el marido golpee a su esposa y le sea infiel?
No estoy diciendo que así sea en todos los casos, ¡jamás! Pero tengo que recalcar algo que a muchos heterosexuales en contra de este tipo de uniones se les ha olvidado: muchas veces, los problemas con los que se enfrentan las parejas heterosexuales son iguales o peores a los de una pareja homosexual.
El dilema no es el sexo de los contrayentes, sino los valores que se llevan al matrimonio (respeto, tolerancia, amor,...) y tanto una persona homosexual como una heterosexual es capaz de sentirlos.Por mi parte, y creo ser de los primeros en decir esto, estoy seguro de que Dios nos ama a todos por igual.
Basta ya de poner en manos divinas los miedos y aberraciones que tienen algunos en contra de personas que, por dicha, pueden sentir amor (el hecho de que sea amor por alguien de su mismo sexo es irrelevante). ¡Ser capaz de expermientar un sentimiento como el amor es algo maravilloso!
Deberíamos de promover la igualdad y el reconocimiento de personas que, tal y como los ciudadanos de buen corazón, pueden ser grandes padres, madres, hij@s, herman@s, ciudadan@s, espos@s, etc. Ya es hora de que, como una vez se lucho por la igualdad en cuanto a raza, se comience esta campaña, en cuanto a preferencia sexual.Y quiero recordar, a cualquier persona, homosexual o heterosexual, que no es cierto las tonterías que muchos dicen... Dios (no importa su concepto de él) nos ama a todos, sin importar el hecho de a quiénes amamos nosotros.
Gracias por leer.

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