viernes, 15 de agosto de 2008

Artículo: Vivir y dejar vivir.- Carlos Rodríguez

VIVIR Y DEJAR VIVIR
Prof. Carlos Rodríguez



Vivir y dejar vivir es una virtud humana de la que poco se habla, se enseña y se transmite. La intolerancia en cualquiera de sus múltiples y multiplicantes formas por lo general viene de la ignorancia, del desconocimiento sobre algo o alguien, de la insensibilidad y el temor a lo que no se conoce o se comprende, a la falta de caridad.

Los intolerantes por lo general son irrespetuosos, intransigentes, autoritarios, arrogantes, egoístas, agresivos, violentos, desconsiderados, personas inseguras sobre lo que son o frustrados o insatisfechos con lo que les han impuesto que sean.

Por esta razón para quienes no son homosexuales o no han tenido un hermano, una hermana, un hijo, una hija, un tío, una tía, un primo, una prima, un padre, una madre, un familiar cercano o lejano o un amigo o una amiga homosexual; o que no se les ha dado la oportunidad de salir del armario, es casi imposible tolerar o aceptar dicha variante de la sexualidad humana aún cuando no saben que muchas veces el vecino de al lado, la enfermera de enfrente, el mecánico, el profesor universitario, la muchacha de la pulpería, el pastor o el sacerdote etc... también lo son. Diez de cada 100 personas son homosexuales. No hay forma de saber quien es o será homosexual en su vida. Por lo general la gente juzga a ciertas personas por sus manerismos, formas de vestir, de llevar el pelo, o las compañías con que algunos andan, pero esos son simplemente estereotipos, juicios de valor infundados o preconceptos.

Además, la homosexualidad no tiene por qué ser vista como una conducta compulsiva o un hábito incontrolable del individuo. Como en los heterosexuales, es una manifestación propia, intrínseca y particular de algunos seres humanos. Por lo tanto, no es ni tiene por que ser una condición o un impulso que tenga que ser reprimido o suprimido antojadizamente para satisfacer el ego de quienes lo ven como un pecado que ha de ser dominado o una tentación contra la que hay que luchar. En ese caso, los heterosexuales y los bisexuales estarían en iguales condiciones por cuanto tampoco ellos escogieron su sexualidad. “Nadie” dijo a los 15 años “a partir de hoy dejo de ser heterosexual y me hago homosexual”. Las diferentes manifestaciones de la sexualidad son parte inherente, innatas del individuo y se surgen a diferentes edades. Hay hombres que ya a los cinco años recuerdan cuanto les gustaban las mujeres; hay mujeres que desde los cuatro años recuerdan su atracción por otras niñas o mujeres.. ¿Recuerda usted cuando empezó a interesarse afectivamente por las personas del sexo opuesto, o del mismo sexo o por los dos?

Los puritanos y papistas quieren por otra parte culpar y manipular a las personas haciéndoles creer que sus sentimientos propios, intrínsecos e innatos son malos o pecaminosos a menos que sean los de la mayoría heterosexual (heterosexismo). Quieren intolerantemente que usted crea que el hecho de que usted sea, se sienta, se vea y piense diferente (por homosexual o por cualquier otra razón) es una deshonra al principio bíblico de amar a padre y madre lo cual es totalmente insano. Esa es una forma de invasión psicológica o de agresión ideológica en la que por lo general asocian manipulativamente el principio de autoridad con el de deshonra y rebeldía para deducir que quien no sigue los mandatos del papa desobedece a la autoridad del “representante de Jesucristo en la tierra” y que quien desobedece a padre y madre al final deshonra a todo el mundo con su pecado... y entonces su dignidad como ser humano puede, si se les permite, quedar por el suelo por cuanto usted queda herido, confundido y frustrado con sus sentimientos y pensamientos ambiguos y lastimosamente los homofóbicos no están dentro de usted para saber lo que usted siente y vive dentro de si. No están dentro de su pellejo para darse cuenta que usted no escogió arbitrariamente o según su propia voluntad la sexualidad que hoy en día usted tiene y que causa tanto escándalo y revuelo en ellos y no están en su propia carne para darse cuenta que usted no puede pasarse la vida escondiéndose y auto negándose para que ellos en su hipocresía y egoísmo vivan felices...

Definitivamente es una lastima que muchos cristianos utilicen los pulpitos como medios para transmitir o retransmitir los antivalores resultantes de la ignorancia como lo es la homofobia, no tomando en cuenta el hecho que el papel de la Iglesia debería ser el de enseñar el amor a Dios y al prójimo y no el de aprovecharse de manera descontextualizada, irracional y antojadiza de ciertos pasajes bíblicos para satanizar, manipular y propagar, como profecía, los complejos y estereotipos de la ideología dominante.

Los opositores hacen una distinción sin fundamento entre las “personas” y la “conducta” tratando falsa e hipócritamente de demostrar que ellos son verdaderos cristianos que aman a las personas homosexuales pero que de ninguna manera tolerarán la conducta homosexual como si fuera un vicio comparado con el alcoholismo, el fumado o las drogas; Vicios que se pueden adquirir de manera consciente o jugando inocentemente de la noche a la mañana, a voluntad del individuo y no sabiendo o reconociendo que la variedad en la sexualidad es parte inherente de la persona, de nuestra naturaleza humana.. ¿Por qué entonces tiene que ser inmoral tener la capacidad de amar a otra persona de nuestro mismo sexo? Nuevamente pecamos de soberbios al creer que somos los poseedores de la verdad absoluta y nos dejamos embaucar por los prejuicios infundados por un colectivo (la Iglesia) que lucha fuertemente por mantener su posición hegemónica, por perpetuar una moral superficial, ficticia, irreal e inhumana en aras de mantener su poder de dominación cultural, social, política, económica mediante la manipulación de masas con el fin de lograr sus propios intereses...

Los oponentes a la diversidad sexual, que no pueden aceptar el hecho simple y llano de que nuestra sexualidad es un don (regalo) de Dios y del cual podemos y debemos disponer responsable e independientemente de la persona que elijamos para vivir la vida; son por lo general personas frustradas con su propia sexualidad y hasta personas con problemas de identidad sexual, cuyas vidas se debaten entre lo que son y sienten y lo que predican...

Talvez, lo que ellos no saben es que la Biblia es también la historia de las lesbianas y los gays. El nuevo testamento es clave para comprender que ni siquiera Jesús condenó o censuró en ningún momento la homosexualidad. Tampoco trajo leyes o mandatos que prohibieran a otras personas conocer o andar con los homosexuales de la época y de seguro que en su tiempo también existían. ¿Por qué no aparece en los Evangelios una condena o reprobación hacia la homosexualidad? Quizás en la respuesta a esta pregunta está la clave de integración de la fe de muchos homosexuales con su realidad homosexual.

En teología, uno de los supuestos metodológicos para analizar texto es que un silencio, lejos de no decir nada, nos está indicando algo importante: al menos no se puede afirmar lo que el texto no está diciendo. Si Jesús no dice nada sobre la homosexualidad. Jesús habla de la persona humana, del amor como realización plena de la persona. Todo intento posterior de condena en bloque de la homosexualidad, se debe a pautas culturales e históricas que nada tienen que ver con los textos bíblicos o con la intención del autor de los Evangelios.

Aunque para Dios no hay nada imposible, pedirle, rogarle y suplicarle que cambie un tipo de sexualidad por otra, por ejemplo de homosexual a heterosexual, es como pedirle el milagro de que nos cambie los ojos negros por ojos azules, o que cambie la piel extremadamente blanca de alguien por una trigueña o negra.. ¿Por qué entonces tenemos tanto problema aceptando que la diversidad sexual es similar a la diversidad étnica, racial, lingüística, religiosa, etc y que todos tenemos derecho a existir y a manifestarnos? Estar en desacuerdo con Dios y la creación que Él vio que era buena si es completamente inmoral y contrario a su plan Divino.

Los homofóbicos deberían preocuparse por su salud moral y espiritual tan en desacuerdo con el genuino propósito y razón por los que seres humanos estamos verdaderamente en este mundo...

Todos esos fariseos e hipócritas deberían seguir al pie de la letra el llamado de Jesucristo de abandonar Su templo convertido en casa de farsantes y cueva de ladrones: ladrones del amor de Dios, ladrones de la paz, ladrones del respeto y de la dignidad humana, etc... deberían preocuparse más por restaurar la Casa del Señor Jesucristo que está tan deshumanizada, irrespetada desmoralizada y desvalorizada por ellos mismos y dejar de preocuparse tanto por lo que otros hacen en la cama... El que tenga oídos para oír, que oiga!

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