jueves, 4 de diciembre de 2008

Aunque haya sido por una vez, el papa tuvo que debatir y respetar un punto de vista distinto al suyo

El Papa debate sobre la existencia de Dios con un filósofo ateo italiano

Por Mariano de Vedia

Buenos Aires - Mientras en Italia surge una polémica acerca de una presunta conversión a la fe católica del líder marxista Antonio Gramsci en sus últimos instantes de vida, el jueves llegará a la Argentina un libro del papa Benedicto XVI, que se prestó a un jugoso debate sobre la existencia de Dios.

¿Dios existe? es el título de la obra que recoge el debate del cardenal Joseph Ratzinger, antes de asumir al frente de la Iglesia, con el filósofo ateo Paolo Flores d’Arcais, periodista italiano y creador de la revista política y cultural MicroMega, que ha llegado a vender cien mil ejemplares en una semana.

Las polémicas que despierta el tema de la existencia de Dios, la crisis del cristianismo, el conflicto entre fe y razón, las tensiones surgidas en torno del derecho natural y el relativismo son analizados en profundidad, en un diálogo mano a mano entre ambos intelectuales, que también abordaron temas polémicos de vigorosa actualidad, como el aborto, la caída del comunismo y los derechos humanos.

El libro, de 136 páginas y editado por Planeta, recoge el debate de dos horas y media que Joseph Ratzinger y Flores d’Arcais sostuvieron en febrero del año 2000 en el teatro Quirino de Roma, en un diálogo coordinado por el escritor y periodista Gad Lerner, de origen judío. Unas 2000 personas no pudieron entrar al auditorio y lo siguieron con un amplificador improvisado en la calle. Al diálogo se suma un artículo de Ratzinger sobre la crisis del cristianismo en las puertas del nuevo siglo, y otro de Flores d’Arcais, en el que señala su visión sobre el ateísmo y la verdad y contradice varias posturas de la Iglesia.

Ratzinger, que en ese momento conducía la estratégica Congregación de la Doctrina de la Fe, se prestó sin reticencias al diálogo. En un momento, el moderador Lerner le pregunta al intelectual ateo: “¿Acaso acabamos de conocer a un cardenal Ratzinger mucho menos rígido de lo que imaginábamos?”.

Intelectual de acreditado prestigio, Benedicto XVI lleva publicados unos 40 libros sobre temas de doctrina, teología, espiritualidad y moral. En 1996 escribió La sal de la tierra, un diálogo con el periodista Peter Seewald, en el que afronta los desafíos del cristianismo y el catolicismo frente al tercer milenio.

“Los creyentes tenemos algo que decirle al mundo, que la cuestión de Dios no es una cuestión privada, entre nosotros, de un club que tiene sus intereses y hace su juego”, señala el actual pontífice alemán, en la discusión sobre la existencia de Dios. Y agrega: “La verdad no es la propiedad privada de alguien, sino que ha de ser compartida, conocida”.

Al responderle, Flores d’Arcais dice que existe una gran asimetría en el debate, porque “el creyente está interesado en convertir al no creyente; en cambio, el ateo no está interesado en absoluto en convencer al creyente de la no existencia de Dios, no tiene ningún interés en conseguir que nadie pierda la fe”.

El pensador italiano afirma que “ser ateo significa considerar que todo se juega aquí, en nuestra existencia, finita e incierta”.

“El mensaje de la Iglesia -contesta el hoy papa- apela a la razón de los hombres. Los cristianos tienen que estar dispuestos a demostrar el sentido profundamente racional de sus convicciones”. Coincide en que no se trata de imponer. Y declara: “Hay que apelar a la conciencia y a la razón, ofrecerse a la evidencia de la razón y del corazón”.

Tras señalar que el cristianismo consigue imponerse en un horizonte de crisis de las religiones tradicionales, Flores d’Arcais afirma que antes de responder si una persona puede vivir sin fe, previamente hay que ponerse de acuerdo sobre el significado de la palabra fe. “Si por fe se entiende cualquier profunda pasión existencial por algunos valores, no se puede vivir sin fe. Pero si por fe se entiende una creencia religiosa, se puede vivir sin fe, no es necesaria en absoluto para dar sentido a la propia existencia”.

El pensador ateo reprocha a la Iglesia que predique que el relativismo, surgido de la Ilustración, es la “incubadora de los totalitarismos” y la causa de todos los males. Reivindica que “es la base del pluralismo ético, sin el que cual no existen sociedades democráticas”.

El Papa advierte en el diálogo que “no es fácil distinguir entre valores típicamente cristianos, que sólo pueden ser elegidos con la libertad de la fe y no pueden ser impuestos a quienes no creen, y valores humanos que afectan al fundamento de la dignidad humana”. Y se preguntó: “¿Si dejo de tener el derecho a vivir, qué otro derecho puedo tener?”

Al referirse al jubileo del año 2000 y al pedido de perdón universal de la Iglesia por los errores cometidos por sus hijos a lo largo de la historia, el filósofo italiano considera que la Iglesia está dispuesta a reconocer algunas de sus culpas, pero sólo “las que ya no producen escándalo”.

Así, estima “tibio y contradictorio” el reconocimiento del antisemitismo y cuestionó en forma directa a Juan Pablo II: “¿Qué sentido tiene recordar tantas injusticias que la Iglesia ha encubierto en el pasado y no recordar algo que haya cometido él mismo?: la famosa salida al balcón en Chile junto al general Pinochet, ofreciendo la bendición de la Iglesia a un régimen criminal y de carniceros?”

La existencia de una ley natural, como preceptos anteriores a las normas sancionadas por los hombres, y su derivación en el aborto es uno de los temas que provoca mayores fricciones en el diálogo.

“No existe ninguna ley natural. Es absolutamente falso e insostenible. La pretensión de identificar con una ley natural una determinada moral trae consigo todos los riesgos de la intolerancia”, dice Flores d’Arcais.

Y el Papa contesta: “Yo defiendo decididamente el hecho de que existen valores que se sustraen al parecer y al arbitrio de las mayorías. Los alemanes hemos conocido un ejemplo muy fuerte”.

“Entre nosotros se llegó a decir ´nosotros decidimos que existían vidas que no tenían derecho a vivir y hemos pretendido el derecho de purificar el mundo de esas vidas indignas para crear la raza pura y el hombre superior del futuro´,” recordó el pontífice alemán. Y recordó que el propio Tribunal de Nuremberg, después de la guerra, declaró que “existen derechos que no pueden ser puestos en discusión por ningún gobierno”.

El fundador de MicroMega dijo que compartía la idea de que no es suficiente con la mayoría para decidir cualquier cosa, pero declaró que en democracia no es cierto que la mayoría pueda tomar cualquier decisión. “No es casualidad que las democracias modernas estén fundadas en constituciones que establecen límites a cualquier mayoría para decidir lo que quiera. El problema es sobre qué cosas no pueden decidir las mayorías”.

El pontífice señala que no está de acuerdo con que esos derechos inviolables sean derechos civiles, fruto de la decisión del hombre. “Si son opciones nuestras, pueden cambiarse. Y, por el contrario, no deben cambiarse, para no destruir la humanidad y el sentido del respeto por los demás”.

Consultado por el moderador por qué el pensamiento ilustrado y laico no ha conseguido durante dos siglos extinguir y relegar a una posición residual a la fe religiosa, Flores d’Arcais declaró que le parecía “ridícula y estrambótica la idea de un esfuerzo por desconvertir a quienes creen”. Y admitió que “carecer de fe hace mucho más difícil la capacidad de renunciar al egoísmo, de sacrificarse por los demás”.

En tren de autocrítica, Ratzinger admitió que ha habido en el último siglo cierto exceso en el uso de la referencia a la ley natural en la doctrina social de la Iglesia. Pero atribuyó ese énfasis a una característica especial del siglo XX: “Hemos vivido una crueldad y un desprecio del ser humano que debería hacernos despertar”. Por eso, dijo, “la atención a la defensa de la vida humana hoy es mayor que en el pasado”.

La creación y evolución del universo, la polémica interminable por el aborto y los mensajes de la naturaleza, hoy recogidos por el movimiento ecologista, transitan por el libro, entre otros temas abordados con altura y respeto por ambos intelectuales.

TRIBUNA DEMOCRÁTICA, 2 de Diciembre de 2008
http://www.tribunademocratica.com/2008/12/el_papa_debate_sobre_la_existencia_de_dios_con_un_filosofo_ateo_italiano.html

No hay comentarios: