jueves, 26 de noviembre de 2009

¡Cuánto nos urge una buena educación sexual!

Urge dar una buena educación sexual
Se requiere una ley que permita el acceso a la educación sexual desde escuelas y colegios


Eva Carazo
Candidata a Diputada, Frente Amplio

En Costa Rica, 20 de cada 100 niños y niñas que nacen anualmente son hijos e hijas de adolescentes madres. De los 15.180 niños y niñas nacidos de madres menores de 19 años, más de 500 lo fueron de adolescentes madres menores de quince años. Esto es una manifestación de exclusión y violencia que en nuestro país no se ataca por miedo a las manifestaciones, sobre todo de grupos religiosos que, como dice el dicho: “ni cortan leña ni prestan el hacha”.

Mucho se habla actualmente de exclusión y pobreza. Eso es una realidad. Pero reducir estos problemas a un asunto de mala distribución de la riqueza es un error. La exclusión, como la violencia en una sociedad, tiene muchas manifestaciones: no basta con que todos y todas tengamos más dinero en nuestras bolsas, porque eso es parte de la solución, pero no es la solución.

Causa de marginalidad

Debemos combatir contra toda clase de exclusión social. El embarazo adolescente atañe a toda la sociedad, pues es una de las razones del ensanchamiento de la pobreza.

Carecer actualmente de una educación sexual científica en escuelas y colegios tiene como consecuencia que día a día nazcan más de 40 niños y niñas de adolescentes madres, que en su mayoría estarán condenados y condenadas a perpetuar los ciclos de pobreza.

Es urgente que desde la Asamblea Legislativa se impulse y apruebe una Ley que permita el acceso al conocimiento en educación sexual desde escuelas y colegios, porque no se puede seguir perdiendo el tiempo en discusiones vacías, cuando la encuesta nacional de juventud nos dice que la primera experiencia sexual de nuestras niñas comienza a partir de los trece años, en su mayoría con hombres que les duplican la edad.

La educación, como un todo, es responsabilidad del Estado costarricense y de la Asamblea Legislativa. Sin embargo, en este tema existe una posición de no querer asumirlo, sobre todo en los hogares. La educación sexual debe ser científica, con una explicación de acuerdo con el nivel del menor, sin prejuicios ni juicios de valor. Hay que asumir la responsabilidad que nos toca, asumirla sin miedo.

Educación sexual no se reduce a explicar métodos de planificación familiar como maliciosamente dicen quienes se oponen a todo avance en la sociedad. Tal educación debe ser integral, no solo para prevenir los embarazos no deseados que convierten a adolescentes en adolescente madres, sino, también, para prevenir el abuso sexual e incluso la explotación sexual infantil y para permitir el ejercicio pleno de una sexualidad placentera y responsable.

La afectación, consecuencia de la ignorancia en que viven nuestros jóvenes, no puede seguir siendo una estadística de fríos números, porque somos las personas que conformamos esta sociedad quienes tenemos la responsabilidad de solucionar los problemas de todos y todas. Es tiempo de tomar acciones y de asumir el compromiso.

LA NACIÓN, Costa Rica, 24 de Noviembre de 2009
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/noviembre/24/opinion2170053.html

1 comentario:

Stefa dijo...

Eva, olvido mencionar -espero que no adrede- que esta educacion integral DEBE tener un espacio para la educacion en aceptacion y ampliacion de derechos de las personas diversas (sea por genero o inclinacion sexual). Que enseñe desde muy pequeñ@s que hay gente diferente y que ESTA BIEN, y debemos respetarles; asimismo dar algun tipo de orientacion a aquellos y aquellas que desde ya saben de su diferencia.