lunes, 30 de marzo de 2009

Elemental: es un asunto de derechos humanos

¿Con qué derecho?
Luis Bernal Vargas Arias


Es increíble que en Costa Rica (un país donde reina la democracia y la libertad) aún haya tanta ignorancia con respecto a los derechos humanos.

¿Cómo es posible que a estas alturas todavía mucha gente piense que la homosexualidad no es natural, y que por eso se le deben de negar los derechos de las parejas gay? Actividades sexuales de ese tipo ocurren día con día entre muchas especies de animales e inclusive entre plantas. Si no fuera normal, estos casos no se verían en la naturaleza.. Hay muchos homofóbicos que han pagado a doctores especializados para hacer experimentos con el fin de “probar” que la homosexualidad es una enfermedad, pero se han quedado con las ganas de encontrar alguna razón física para “justificar” su odio y temor en contra de los homosexuales. Sí, temor, pero tener homofobia no es tenerle miedo a los homosexuales, porque la raíz del odio a la gente gay se encuentra en el temor de ser homosexual. En otras palabras: la mayoría de los que nos odian, lo hacen para sentirse mejor y ocultar sus propias inclinaciones homosexuales.

Otros dicen que no se debe irrespetar la “santidad” del matrimonio. A ellos yo les pido que no ignoren la gran cantidad de divorcios que ocurren todos los años (aquí, y en todo el mundo). ¡Ellos dicen que la Unión entre dos personas del mismo sexo no es natural y se oponen a que las parejas homosexuales adopten niños; esto, a pesar de que los orfanatos están llenos de infantes que fueron abandonados por sus propios padres! En otros países, donde las parejas gay tienen derecho a adoptar menores, hay muchas familias gay donde los niños tienen dos padres o dos madres; donde se les da, no solo un techo, comida y estudio, pero también mucho amor.

Los puritanos también dicen que los niños necesitan a los dos, al padre y a la madre. Aunque hasta en cierto punto yo estoy de acuerdo con ellos, debemos tener en mente que el elemento principal en una familia es el amor. Ellos (los puritanos) deberían pensar en los montones de niños que se crían sin papá o sin mamá a causa de divorcios; muchos de los cuales ocurrieron porque uno le dio vuelta al otro ¿Dónde está entonces la santidad del matrimonio que tanto defienden? ¿Cuántos niños viven en hogares violentos donde se les receta agresión todos los días de su vida? Demasiados.

Por otra parte, nosotros los ticos (quienes amamos la libertad, la democracia y la igualdad), no podemos permitir que ninguna religión decida a quién se le debe de reconocer sus derechos, porque los derechos civiles nos pertenecen a todos, no solo a unos cuantos. Recuerden: ¡Cada cabeza es un mundo! Y para que haya libertad y democracia verdadera, es absolutamente necesario que no mezclemos nuestras leyes con nuestras creencias religiosas. Recuerden, ante los ojos de Dios, todos somos iguales. ¡Y por otra parte, todos tenemos cola que nos pisen! ¿O qué dicen? ¿Le deberíamos quitar los derechos civiles a los Testigos de Jehová porque ellos no creen en la Trinidad? ¿Le quitamos los derechos a los que comen carne los viernes santos y a los que no dan el diezmo? ¡Por supuesto que no!

Yo no entiendo cómo es posible que si alguien se casa, y se divorcia a los tres meses, éste automáticamente tiene derecho a los bienes de la otra persona (como si fuera simplemente un negocio). Pero en el caso de parejas gay, sus derechos no se les reconoce aunque hayan estado juntos por 10, 20 ó 30 años: Si uno de ellos muere, la familia del muerto es la que se queda con todo aunque ellos hayan luchado juntos por años para acumular sus bienes. ¿Cómo puede eso ser justo? ¿Con qué derecho nos quieren quitar lo que nos corresponde? ¡En lo personal, a mí no me importa cómo le llamen: matrimonio por ley, unión civil o lo que quieran. Simplemente otórguennos los derechos que nos corresponden, no solo como ciudadanos costarricenses, sino también como seres humanos!

San José, Costa Rica, 30 de Marzo de 2009

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