jueves, 18 de junio de 2009

Restaurante josefino discrimina a pareja lésbica

Un restaurante y dos mujeres (de la mano)
Hazel Feigenblatt


Nunca me había detenido a pensar que la calidad del servicio al cliente puede ser peor para quienes son homosexuales, pero al parecer a veces la orientación sexual define el nivel del servicio.

Este es el caso de la lectora Laura Rojas, quien fue hace unos días a Pizza Hut (Plaza Decosure) con su pareja, otra mujer.

“Nos trataron bien hasta que la señora nos sirvió los refrescos y vio que estábamos de la mano. Desde ese momento, la atención cambió. La mesera seguramente dijo algo y los meseros y la supervisora estaban riéndose mientras nos veían comer.

Después de que nos llevaron la pizza, no nos volvieron a atender. Tuve que levantarme para pedir más refrescos porque no venían a nuestra mesa. Tres personas me vieron levantando la mano y me ignoraron.

De mal humor, me levanté y fui a la caja… Le dije a la supervisora que me molestaba que no nos atendieran y lo que dijo fue: ‘¿Y qué es lo quiere?’ Le dije: ‘Pagar, o es que la plata gay en este restaurante no sirve?’

Me dijo: ‘Sí, ya le voy a cobrar para que se vaya’. Le pagué y ni gracias le dije. Salimos, yo de la mano de mi pareja y abrazando a mi hijo. No fue un trato justo”, segun escribió Rojas en un comentario para este blog.

Desde la perspectiva del consumidor, este caso remiite a una noción realmente ridícula: Que los empleados de los negocios deben aprobar el estilo de vida de los clientes antes de darles buen servicio…como si a los clientes les importara lo que piensan de la vida los empleados de cualquier negocio.

Desde la perspectiva humana, el caso simplemente muestra una enorme pobreza intelectual y espiritual, caldo de cultivo para la intolerancia y el irrespeto a la libertad individual de los demás.
La respuesta de Leslie Recio, gerente de operaciones de Pizza Hut:

“¿Qué les puedo decir? Podría ser que un hecho poco común le causara extrañeza a algún asociado. Ahora bien, eso está lejos de ser la posición de la empresa y la marca. Dudo que una marca sufra de homofobia o entrene a sus empleados para desatender a las personas dependiendo de su preferencía sexual. Si alguno de nuestros empleados hizo sentir mal o no brindó el servicio adecuado a estos clientes, pedimos disculpas por ello. Ahora bien, el hecho no tiene nada que ver con una posición de la empresa como tal. Saludos”.

QUIEN PAGA MANDA, Costa Rica, 16 de Junio de 2009
http://www.quienpagamanda.com/

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