jueves, 23 de julio de 2009

Biblia y homosexualidad: profundizando en el debate

Biblia y diversidad sexual (III Parte)
Carlos Bonilla Avendaño*

La “verdad” en la Biblia se encuentra más allá de las palabras. Los relatos de la “Creación del mundo” en Génesis 1 y 2 no son verdades científicas, sino verdades de fe. No nos dan una descripción científica de cómo se creó el universo y la vida, sino que nos revelan una “Verdad”: el universo y la vida no se crearon “por generación espontánea”: un Creador les dio el impulso inicial y por tanto las fuerzas de la Naturaleza no son dioses -como creían los pueblos vecinos del antiguo Israel-sino cosas creadas.

Otra verdad que se desprende del relato es que esa Creación es diversa, plural, multiforme. Y en cada nueva diversidad que iba creando, Dios decía “Y he aquí que la vio Dios, y era buena”. Dios es un Dios de la Diversidad, ama la diversidad y creó la diversidad.

¿También creó en diversidad a las y a los seres humanos? Obviamente. Desde nuestra experiencia cotidiana podemos constatar esa diversidad, muchas veces enriquecida por la cultura de los pueblos y muchas veces amenazada y violentada por quienes ejercen el poder desde enfoques excluyentes, como es el caso de la construcción cultural de la homofobia, desde el poder del Patriarcado.

En el ámbito de la sexualidad, el relato de Génesis 1 nos narra la creación del “macho” y de la “hembra” humanos, en el marco de una creación diversa: sol, estrellas, días y noches, plantas y animales, todo ello infinitamente plural y diverso, tal como lo atestiguan -entre otras- la química, la biología, la astronomía, la genética. La riqueza de esa diversidad se insinúa, pero no se desarrolla en el Génesis. No se trata de una lección de Ciencia, sino de fe. Por ello, tampoco las diversas formas de experimentar y vivir la sexualidad humana tienen por qué estar presentes en el relato.

Una verdad que se desprende del relato del Génesis es que la Creación es diversa, plural, multiformeEn Génesis 2, el texto se refiere a un hombre y a una mujer: Adán y Eva. (Adam: sacado de la tierra, Eva: Madre de los vivientes) ¿Significa esto que el Plan de Dios solo contempla y admite el tipo de relación heterosexual y excluye las demás posibilidades? No necesariamente. El relato no pretende agotar ni toda la diversidad de la Naturaleza ni todas las posibilidades y diversidades de las relaciones humanas, incluidas las sexuales. Si Génesis 2 fuera una lista taxativa de la sexualidad creada y “permitida” por Dios, tendríamos que concluir que de tal creación y “permisibilidad” están excluidas las personas estériles, los eunucos (castrados) y las personas vírgenes o célibes, pues ninguno de ellos -igual que las lesbianas y los homosexuales- son “útiles” para cumplir con el plan de Dios y su mandato de “ser fecundos y multiplicarse”. ¿Una interpretación demasiado “grosera”, demasiado “genital”? Quizás. Pero en todo caso menos grosera y genital que aquella que nos dice que las personas cuya naturaleza, o cuyo desarrollo psicobiológico conlleva atracción por el mismo sexo, están condenadas de por vida a no disfrutar del don divino de una sexualidad completa e integral.

Para las y los creyentes es la praxis de Jesús la que nos orienta en este tema de la diversidad sexual. El se rodeó de hombres y mujeres pertenecientes a minorías sexuales: solteros, viudas, prostitutas… Esa praxis fue totalmente coherente con el espíritu del Dios Creador, al proponer y generar comunidades inclusivas, formadas por personas diversas, de culturas diversas, de naciones diversas, de sexualidades diversas, unidas por el único absoluto cristiano, que es el amor.

*Pastor Iglesia Luterana Costarricense

DIARIO EXTRA, Costa Rica, 21 de julio de 2009
http://www.diarioextra.com/2009/julio/21/opinion10.php

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