sábado, 21 de noviembre de 2009

Hipocrecia y doble moral en el proceso electoral tico

Enfoque
Jorge Vargas Cullel
jovargas@nacion.co.cr
Politólogo

Los anti-temas electorales son las cosas que ni fumándose un puro, uno oirá que se discutan en una campaña política costarricense.

Son los temas prohibidos, incómodos como un trompo en la bolsa de atrás y que, por tanto, se barren debajo de la alfombra para no crear olas. Este es el top-five de mi lista de anti-temas, unos que quizá en un universo paralelo los ticos abordarían:

1. Estado laico. ¿Por qué? La jerarquía de la Iglesia Católica amenazó con una represalia política (llamar a no votar a favor de quienes promuevan el fin del Estado confesional). ¿Razón esgrimida? Un puñetazo en la mesa siempre cuenta como una buena razón.

2. Impuestos. ¿Por qué? No hay que hablar de las cosas que a la gente le disgustan, aunque con la clase de agujero fiscal que tenemos, está claro que en las primeras de cambio el próximo gobierno tendrá que entrarle al tema. ¿Razón esgrimida? El que habla de impuestos pierde: “Si después, montados en la burra, hay que clavar impuestos, pedimos perdón y listo.”

3. Matrimonio entre homosexuales ¿Por qué? En Costa Rica hay una muy baja tolerancia hacia los homosexuales (aunque casi siempre en las familias hay uno y todo el mundo se hace el muy ji-ji). ¿Razón esgrimida? Se pierde todo el caudal electoral 15 minutos después de haber planteado el tema.

4. Eutanasia. ¿Por qué? En este tema complicadísimo, nadie quiere que lo acusen de ser un asesino desalmado. ¿Razón esgrimida? No conozco: tema escabroso, silenciado, confinado al oscuro rincón.

5. Aborto. ¿Por qué? Hay fuerte condena pública (y legal) a una extendida práctica privada ¿Razón esgrimida? La persona humana se inicia en el acto de la concepción y se caracteriza como moralmente deleznable todo punto de vista contrario.

Todos los días hay mujeres que abortan, personas en fase terminal que desean morir, adultos homosexuales con pareja estable (hasta en altas esferas); además, no hay plata para inversiones indispensables. Todo eso es parte de la realidad real. Entiendo que los candidatos eviten los temas espinudos pero: ¿y los ciudadanos? La pregunta es: ¿por qué no se habla de eso en Costa Rica (sí en otras democracias)? ¿No son las elecciones el momento deliberativo por excelencia en la vida política?

Por principio, ningún tema es ajeno a una democracia y debiéramos saber quién opina qué para enfrentar estos (y otros) temas con franqueza y libertad, sin amenaza de represalias. Algunos dirán que no tiene sentido darles cuerda a esas yerbas y que ojalá se pudran. OK, pero una vez bien podriditas la realidad descarnada, incómoda, seguirá estando allí. Di a conocer mi top-five de anti-temas: ¿cuál es la suya?

LA NACIÓN, Costa Rica, 19 de Noviembre de 2009
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/noviembre/19/opinion2164269.html

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