domingo, 6 de diciembre de 2009

Homosexuales de Cuba tratan de salir a la luz

Los homosexuales de la isla buscan su sitio tras décadas de represión

Una bandera gay se despliega en un edificio de La Habana. | Flickr
• Los homosexuales han sufrido humillaciones durante décadas
• Buscan su sitio, pero chocan con la mentalidad de los cubanos
Iván García | La Habana

Aún no hay en Cuba un político homosexual como el estadounidense Harvey Milk. Al menos abiertamente. Tampoco se han oficializado los matrimonios gays. Pero es un soplo de aire fresco para los homosexuales cubanos, a quienes ya no se les reprime tan ásperamente, como fue práctica habitual hasta los años 90.

Los gays están que se salen. Si usted camina por el malecón habanero mientras cae la noche, verá varios trayectos repletos de homosexuales, que sin complejos se acarician y besan ante la mirada horrorizada de algunos transeúntes.

“La sociedad cubana, machista y homofóbica, no está preparada para el alud de travestis y parejas gays caminando de brazos por las calles de la ciudad”, comenta Ronaldo, 39, años, peluquero por cuenta propia. Pudiera ser.

Durante décadas, el gobierno de Fidel Castro hostigó ferozmente a los homosexuales explícitos. No importaba la fama ni cómo se llamaran. Fueran los escritores Virgilio Piñera o José Lezama Lima o un desconocido y aturdido maricón de un solar habanero.

A todos se les trató con rudeza. Jorge, 67 años, artista plástico, no lo puede olvidar. “Estuve tres años en la cárcel, por asistir a fiestas de pájaros. El régimen nos acusó de conducta impropia y nos enviaron a cortar caña o marabú”.

De esa fobia contra los “pájaros” o "chernas" -como se les conoce en la isla- fue que nacieron las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), verdaderos campos de concentraciones, donde los gays, religiosos o ciudadanos indiferentes al proceso revolucionario fueron internados para intentar reformarlos.

Después, dejaron de enviar a las personas a prisión por su inclinación sexual. Pero los homosexuales siguieron siendo mal vistos, sobre todo por los funcionarios del partido y el gobierno. “Ya en los 80, si eras artista, disimulabas y se hacían de la vista gorda. No ocurría lo mismo con los maricones de carroza como yo, nacido en un barrio y una familia pobres. A nosotros la policía nos trata con bastante rudeza", confiesa Ronaldo, quien ha estado tres veces encarcelado por andar de madrugada por las calles habaneras.

Para muchos gays cubanos, la situación ha mejorado, aunque todavía buena parte de la población y de la policía, los sigue viendo como bichos raros. “Es como si tuviéramos lepra o una enfermedad contagiosa”, dice Ronaldo.

Personas de a pie, como Marcia, 32 años, ingeniera, vería con buenos ojos que el Estado y la gente dejara de reprimirlos y pudieran trabajar acorde a su capacidad y preparación, y no por su inclinación sexual. Pero a ella no le gusta el comportamiento público que suelen tener los gays. "Creo que deberían comportarse mejor en calles, parques y otros sitios públicos, donde suelen ir niños y personas mayores", señala Marcia.

En una encuesta entre 10 personas, 8 estaban a favor del matrimonio entre homosexuales. “Es cosa de ellos”, afirmó un encuestado. Ya lo de poder adoptar hijos, es harina de otro costal. “De ninguna manera yo les daría un niño inocente, para que una pareja de 'maricones' o tortilleras lo críen. De ahí no puede salir nada bueno, porque los hijos tienen tendencia a seguir el ejemplo de sus padres, y si sólo ven escenas homosexuales, tienen 99 papeletas para tener plumas", dice indignado, Ángel 43 años, obrero de la construcción.

Aceptados, pero con límites

Cada vez es más generalizada en Cuba la opinión de que los gays tengan su espacio y vivan legalmente con sus parejas, pero pocos desean que puedan adoptar menores u ocupar puestos políticos y cargos administrativos de relevancia.

¿Y si un gay reuniera cualidades de líder, votaría usted por él en un futuro democrático? Nelson, 29 años, empleado de una cafetería, sonríe y apunta: “Así sea un Barack Obama o un Nelson Mandela. Un homosexual no debe dirigir una nación, está bien lo bueno, pero no lo demasiado”.

Mariela Castro la hija del General Raúl, presidente del país, es una de las personas que ha intentado cambiar la imagen de los gay cubanos. Mariela les ha brindado el reconocimiento, negado por su tío y su padre. Pero a pesar de esa apertura, los habaneros ven con preocupación que a la caída de la noche, en el malecón grupos de gays y travestis se excedan en su comportamiento público. “Son unos indecentes”, afirma disgustado Ángel.

Jorge, el artista plástico, no justifica la forma indecorosa de muchos gays, pero cree, que “tantos años de represión policíaca y familiar ha dejado una herida que aún no ha sanado. Y algunos homosexuales se comportan de esa manera para demostrar que ellos siempre existieron y tienen derecho a que la sociedad los reconozca”.

El propio Jorge no olvidará jamás las humillaciones que sufrió en los campos de trabajos en la provincia de Camagüey. Otros, como el peluquero Ronaldo, tampoco olvidan los años de cárcel sólo por ser homosexual. Sienten que de alguna manera las cosas están cambiando. Aunque ellos van por más. Sueñan algún día con tener un político como Harvey Milk.

ELMUNDO.ES, España, 1 de Diciembre de 2009
http://www.elmundo.es/america/2009/12/01/cuba/1259624204.html

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