lunes, 4 de mayo de 2009

En El Salvador se quiere reformar la Constitución para prohibir los matrimonios entre personas del mismo sexo

Bodas gay: Diputados quieren legislar en base a Biblia

Edgardo Ayala


Polémico. Esa es la palabra que mejor describe el tema de las bodas entre personas del mismo sexo, en debate actualmente en el Congreso. De un lado, están los que creen que los homosexuales es una minoría que, no obstante, merece ser tomada en cuenta a la hora de otorgarles los mismos derechos que al resto de la población, y eso no necesariamente quiere decir legislar a favor de las bodas gay. Pero otros, de mente más estrecha, cree que eso es algo abominable.

SAN SALVADOR - Cuando la moral, basada en textos antiquísimos como la Biblia, penetra en el radio de acción de las leyes en un país en principio laico del siglo XXI, la población tiene ante sí casos como el actual debate en torno a la prohibición o no de los matrimonios entre homosexuales y lesbianas.

Porque son esos textos bíblicos y esas concepciones religiosas las que, como un muro infranqueable que no deja ver más allá, condenan el homosexualismo, y quienes los enarbolan quieren negar a esas minorías, con las llaves constitucionales, algunos derechos civiles de las que gozan el resto de la población heterosexual.

En otros lados del mundo, esos temas han superado ya esas etapas proto-democráticas y han terminado haciendo lo que dicta la lógica: Los derechos civiles son para todos los ciudadanos y ciudadanas, independientemente de sus afiliaciones políticas, religiosas, tendencias sexuales, etc.

Otros países, El Salvador incluido, dado el desarrollo histórico y cultural, donde la Iglesia Católica tiene mucha voz y parte, todavía no se alcanzan esos niveles de tolerancia alcanzados por aquellas naciones más evolucionadas que o aceptan abiertamente bodas gay, o establecen disposiciones legales para que esas parejas del mismo sexo tengan los mismos derechos que los de las parejas heterosexuales.

Macho man legislativo

En la Asamblea Legislativa, los diputados han estado bastante ocupados en las últimas semanas en discernir si ratifican o no las enmiendas constitucionales en torno a echar llave legalmente a los matrimonios entre gays, reformas aprobadas en el 2006, impulsadas entonces por el diputado del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Rodolfo Parker.

Se desconoce como un diputado como Parker, cuyas credenciales democráticas no han sido del todo cristalinas, ha terminado siendo el abanderado de la moral y de las buenas costumbres. Es mencionado en el informe de la Comisión de la Verdad (1993), que investigó los crímenes con motivaciones políticas durante la guerra civil, como la persona que ayudó a encubrir a los oficiales en el crimen.

“Existe plena prueba de que el licenciado Rodolfo Antonio Parker Soto, miembro de la Comisión de Honor, alteró declaraciones para ocultar las responsabilidades de altos oficiales en el Estado”, se lee en la página 60 del documento.

Para que las enmiendas constitucionales del 2006 se hagan efectivas, la actual legislatura debe ratificar con mayoría calificada (56 votos) lo aprobado por la anterior en aquel año. De lo contrario, habrá que esperar a que el tema sea retomado por nueva legislatura que se estrena a partir del 1 de mayo, y sea ratificado por la siguiente en el 2012.

Por eso, para no llegar al caso de esperar mucho tiempo, ha habido presiones de todo tipo para que el Congreso ratifique la reforma hecha en el 2006. Incluso, el mismísimo Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, se presentó al seno legislativo para cabildear a favor de que la Constitución diga clarito no a las bodas gays, que en asuntos de bodas, sólo se deben dar entre un hombre y una mujer.

El Arzobispo dijo haber reunido unas 300 mil firmas de personas que se oponen a los matrimonios entre personas del mismo sexo. “Es por bien de la familia, del matrimonio y de la sociedad”, dijo Escobar cuando se reunió con los diputados de la comisión que estudia el tema. Aclaró que no se opone a la unión entre gays, sino a que esa unión sea considerada un matrimonio.

El punto de la balanza lo tiene el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln), cuyos votos son decisivos para dar luz verde a la ratificación de las reformas. El partido ha dicho que está de acuerdo con rechazar las bodas gay, pero le parece que tal como están redactadas las reformas podría llevar a discriminar a la minoría gay, lo cual atenta contra el artículo 3 de la Constitución, que establece que todos son iguales ante la ley.

Pero si se quiere modificar el texto original de la reformas, obligaría a que se apruebe un nuevo pliego de enmiendas, con lo cual el proceso se retrase aún más.

William Hernández, director Entreamigos, dice que el Fmln ha mostrado una posición ambigua por el miedo que le genera el que aparezca ante la opinión pública como un partido que va en contra de los valores “cristianos”, debido a las presiones hechas por la Iglesia Católica.

Dios habló, pero hace muchísimo tiempo

Todos los argumentos esgrimidos por los opositores a las bodas entre gays tienen como base una fuerte carga moral de lo que es bueno y lo que es malo, y qué mejor apoyo para eso que la Biblia, dicen. A través de los siglos, en las culturas judeo-cristianas como la salvadoreña, Dios aparentemente ha rechazado tajantemente a los homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales, etc., aunque no usa esos términos pues, sencillamente, no existían en esos tiempos bíblicos, aunque sí las prácticas.

“No te acostarás con un hombre como se hace con una mujer, eso es algo abominable”, se lee en Levítico 18: 22. Y en Romanos 1:24: “Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por cuanto es contra naturaleza”

Sin embargo, académicos y teólogos de todo el mundo se han esforzado en tratar de entender la Biblia bajo parámetros no estrictamente religiosos. De allí han salido nuevas interpretaciones de aquellos versículos que en principio todos están de acuerdo en que son una clara rechazo al homosexualismo.

Uno de los teólogos más destacados internacionalmente en ese campo es el reverendo Thomas Hanks (nada que ver con el actor estadounidense del mismo nombre). Hanks, nacido en Missouri, Estados Unidos, fue un reverendo de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos, y por sus preferencias sexuales homosexuales, fue por años “animado” a cambiar sus preferencias gay por medio de psicólogos, consejeros espirituales y ayunos.

Pero en 1992 fundó el culto ecuménico La Otra Oveja, el único cuya pastoral está dirigida exclusivamente a atender a la población gay. Posee doctorados en teología hebrea.

Ese conocimiento sobre teología le ha servido para plantear nuevas lecturas de los textos bíblicos que en apariencia rechazan a los homosexuales, lesbianas, etc.

Hanks dice que la interpretación bíblica sobre temas sexuales es sumamente compleja, especialmente si hay que confiar en traducciones que intentan clarificar las cosas a los lectores modernos. Hay mucho de eufemismos y lenguaje que no es científico, es difícil saber a ciencia a qué se estaba refiriendo tal o cual versículo.

“No sólo homosexual es un concepto moderno (siglo XIX), y una palabra que nunca se usó en el lenguaje original de la Biblia. Incluso ‘sexualidad’ es un concepto del siglo XVIII: el griego y hebreo original no tienen palabra para ‘sexo ni sexualidad”, dice en sus escritos, disponibles en la Internet. Y agrega: “La Biblia es completamente silenciosa acerca de sexualidad, estrictamente hablando”.

Por esa razón, agrega, los lectores modernos que pretenden asimilar sus actitudes morales y éticas directamente de la Biblia se están auto engañando.

Por ejemplo, Hanks echa mano del ya citado Romanos 1: 24, en referencia a prácticas “contra natura” por parte de mujeres. Y dice que el término contra natura no necesariamente significa relaciones homosexuales, sino alguna otra práctica que, para entonces, resultaban completamente antinatural, probablemente la masturbación o el sexo oral.

“El asunto es cómo los lectores modernos deberían responder a los textos (bíblicos) a la luz de su conocimiento científico y su contexto histórico diferente”, agrega.

Sin embargo, para el pastor general del Tabernáculo de Avivamiento Internacional (TAI), Carlos Rivas, el problema con Hanks es que plantea dudas razonables, pero en definitiva no dice a qué entonces se referían los versículos cuestionados.

Rivas dice que respeta los derechos de todos y todas, pero en temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo, allí es radical porque debe seguir la enseñanza divina, la Biblia. “Como pastor evangélico, como alguien cuya vida trata de que sea guiada por Dios, yo me atengo a las enseñanzas bíblicas, allí no hay vuelta de hoja”, dice.

Problemas más acuciantes

El caso es que, aun cuando haya dudas razonables del verdadero significado de lo que quisieron decir algunos versículos, más de 2,000 años después los legisladores salvadoreños están queriendo legislar en base a versículos escritos originalmente en arameo, griego o hebreo, y cuyo resultado probablemente violente derechos de ciudadanos que son minoría, pero ciudadanos y ciudadanas al fin.

El abogado Rafael Urquilla sostiene que, el fondo de todo ese lío es que, independiente de si se llama matrimonio o unión civil o lo que sea, el punto es que hay un grupo de personas que, por sus preferencias sexuales, podrían quedar desprotegidos legalmente en aspectos como la sucesión de bienes o de beneficios de las prestaciones sociales que no podrán acceder, por no haberse reconocido legalmente esa unión o boda entre personas del mismo sexo.

Urquilla dice que en otros países el asunto se ha resuelto de esta manera: el concepto constitucional de matrimonio es el que implica a un hombre y una mujer, pero la legislación incluye cláusulas que establecen la estandarización de derechos civiles en otro tipo de relaciones.

“Por ejemplo, cuando una pareja del mismo sexo ha tenido una relación estable, si uno de ellos muere, a mí me parece justo que el otro pueda suceder o heredar los bienes generados en común, y no que, tal como están las reglas actuales, esos bienes pasan a los familiares sobrevivientes del fallecido, quienes probablemente han rechazado a la pareja”.

En tanto, otro abogado, Luis Mario Pérez Bennet, piensa que el país tiene problemas mucho más acuciantes que el tema de las preferencias sexuales de sus ciudadanos y ciudadanas.

“La gente está preocupada porque hoy no tiene para la comida, para la leche de los niños, para pagar el pasaje, y está preocupada porque no lo maten en un asalto en un bus. Esos son los problemas de este país, no las preferencias sexuales de sus ciudadanos”, dice.

Tales preferencias son respetables y deben ser respetadas, agrega. Pero no da como para generar un debate y gastar tantas energías, pues hay cosas más prioritarias en las que los diputados deberían de concentrarse más, piensa el abogado.

Pero, claro, si interviene la Iglesia, es evidente que haya gran revuelo mediático. “La Iglesia prohíbe los condones y los abortos terapéuticos, y por otro lado bendice a los niños de la calle, abandonados, que no tienen qué comer”, dice. Y agrega: “Es como esas señoras ricas que quieren que haya pobreza para salir en la tele haciendo actos de beneficencia”.

El tema, agrega, puede que haya saltado tanto a la luz pública como un intento de evadir aquellos problema reales.

CONTRAPUNTO, El Salvador, 24 de abril de 2009http://www.contrapunto.com.sv/index.php?option=com_content&view=article&id=441:bodas-gay-diputados-quieren-legislar-en-base-a-biblia

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