Travesti atropellado: culpa del estado
Lic. Hermes Navarro del Valle
El día miércoles 29 de julio, el Diario Extra publica en su página principal otra noticia de abuso contra una persona gay. Esta vez se trata de un muchacho travesti vecino de El Roble de Puntarenas, quien fuera atropellado a mansalva por un camionero cobarde que probablemente iba buscando sus servicios y luego le dio miedo o se arrepintió.
Esta no es la primera noticia que los diarios nacionales sacan sobre abusos a personas gay, lesbianas, bisexuales o transexuales (GLBT); sino que es parte de una cadena de abusos y agresiones contra personas y establecimientos que atienden a la comunidad GLBT. Desde personas que pasan en carro por Barrio Amón y creen tener derecho a disparar contra un travesti, hasta quienes pasan y les tiran bolsas de orines, los que pasan por los bares gais lanzando insultos, o los policías que creen tener derecho a golpear a una persona gay o travesti. Igualmente los que quieren quemar o dañar un bar gay.
Pero también están comprendidos en esta ola de homofobia y agresión aquellos que en los lugares de trabajo lanzan bromas de mal gusto contra las personas gais o lesbianas, los negocios que tratan de expulsar a dos hombres o dos mujeres que desean expresar su amor con un beso o un abrazo en público, en fin, es una cadena de tratos discriminatorios y contrarios a los derechos humanos fundamentales.
Uno de los principales culpables de estos actos de violencia es el Estado costarricense, especialmente el Legislativo y el Judicial. Las cortes siguen tratando a las personas gais y lesbianas como ciudadanos de segunda clase. Si bien es cierto hace algunos años se quitó el delito de sodomía, la negativa del Estado costarricense de aceptar el matrimonio y la unión civil de personas del mismo sexo, sigue enviando a la comunidad en general un mensaje claro que son ciudadanos con menor valor que los demás; que merecen menos protección y menor reconocimiento de parte del Estado; que la orientación sexual de las personas es una razón válida para discriminar contra una persona pues la hace de segunda clase, anormal, inferior al resto de la población.
De igual forma que la segregación contra los negros enviaba un mensaje claro que podían ser sujetos de actos discriminatorios de parte de la ciudadanía o de la misma forma que se discriminaba contra las personas discapacitadas hace pocos años; la discriminación autorizada y alentada por el Estado le da un espaldarazo a todos aquellos que desean discriminar contra las personas gais y lesbianas. Hacemos un llamado a la Sala Constitucional, último frente de batalla en pro de los derechos fundamentales contenidos en la Constitución, que ponga fin de una vez por todas a esta discriminación estatal que hoy trae vergüenza sobre nuestro país.
LA PRENSA LIBRE, Costa Rica, 8 de Agosto de 2009
http://www2.prensalibre.cr/pl/comentarios/6727-travesti-atropellado-culpa-del-estado.html
jueves, 13 de agosto de 2009
Una reflexión sobre las manifestaciones de la homofobia en Costa Rica
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