Hitler, sida y prevención: el engendro publicitario alemán
Por Manuel Velandia
Yo, Manuel Antonio Velandia Mora, escribo este comentario en primera persona, no deseo representar a nadie, incluso algunas veces es difícil representarse bien a sí mismo; pero muy seguramente tendremos algunos puntos en común y nos sentiremos afectados, para bien o para mal, por la campaña alemana “Sida es un asesino de masas”. Juzgue usted.
La campaña de la que tanto se habla
Desde los inicios de la pandemia del sida se ha intentado comunicar a las personas sobre la importancia de la prevención, muchas de las campañas se han centrado en la vida y la han asociado al uso del condón, a la pareja estable o la fidelidad; otras tantas lo han asociado a la muerte y a esta con el sexo ocasional y a la falta de uso del preservativo.
En muchos países del mundo gran cantidad de personajes públicos han prestado su imagen para las campañas; sin embargo, la controversial campaña alemana del “Día mundial de lucha contra el sida” denominada “Aids ist ein Massenmörder” (Sida es un asesino de masas) no ha pasado desapercibida para las personas trabajando en sida, desatando grandes pasiones a favor o en contra.
Esta campaña integral de medios (prensa escrita, radio, cine, televisión, Internet, carteles y folletos) de destaca por ser plenamente heterosexual, en ella los personajes protagonistas son los hombres -asesinos en potencia- y las mujeres, las victimas.
Los protagonistas son personajes públicos de reconocimiento inmediato: Adolf Hitler, Josef Stalin y Saddam Hussein, a quienes se asocia inmediatamente con la muerte de millones de personas, el otro personaje es el rapero Big Danny.
El video para televisión, cine e Internet está producido en alta calidad; es un anuncio publicitario de muy buena factoría, muy buen guión, buena música, excelente iluminación y manejo de cámaras, en el que una chica atractiva se liga con un hombre, a quien al final de una relación genital sexualmente explicita, y en el momento del clímax vemos su rostro, cuyo maquillaje o montaje lo relaciona con Hitler. La película fue producida por “Doppelgänger-Film” bajo la dirección de Ivo Weigert.
Esa misma imagen se reproduce en tres carteles y folletos en los que también vemos en escenas eróticas, sexualmente explicitas, a mujeres que se relacionan con Hitler, Stalin o Saddam Hussein.
Otro producto de la campaña es el video musical en el que el rapero Big Danny canta en un cementerio y se mueve en un camino rodeado de lápidas y crucifijos. Un video que culmina con la alegórica y manida imagen de una luz que se apaga como símbolo de vida que se extingue. La producción y el montaje del vídeo musical fue llevado a cabo por das comitee en colaboración con la directora Janett Wölwer de Berlín.
La campaña se alimenta con un brief cuyas cifras hacen un llamado de atención hacia dos puntos en concreto: Hasta el momento han muerto más de 28 millones de personas en todo el mundo. Y cada día mueren 5.000 más. Por ello, el sida es uno de los mayores asesinos de masas de la historia.
Los productores de la campaña diseñada por Regenbogen e.V. y la agencia de publicidad das comitee, justifican su producción con otro hecho que no permite contradicción: En los últimos años, el interés público por el sida ha disminuido de forma masiva. Sin embargo el número de víctimas apenas disminuyó.
El debate mundial
Quienes trabajamos en el tema del sida conocemos que las personas que viven con el VIH/Sida son seres humanos comunes y corrientes, seres como usted o como yo; personas que trabajan o están en el paro; que tienen altos niveles de escolaridad, los estudios promedio o pueden ser iletrados; que son ricos, pobres o multimillonarios; pertenecen a todas las étnias, culturas, religiones, grupos políticos. Por supuesto, algunos/as han infectado conscientemente a otras personas, pero la gran inmensa mayoría se infectaron en la búsqueda del amor, del placer, de la felicidad o la compañía permanente o casual; en general, no pretenden ser asesinas, tampoco suelen ser víctimas, simplemente viven con una dolencia transmisible como otras, una enfermedad cuyo estigma es que se relaciona con la sexualidad; con ese tema que la moralidad vincula con lo que se debe vivir en la intimidad, con la luz apagada, del que no se puede hablar en voz alta y menos con otros hombres.
Por supuesto entendemos que estigmatizar asociando a quienes viven con el VIH/sida con asesinos de masas es un acto que mueve al estigma, la discriminación, la separación social; que llama, no a la prevención sino al miedo e incluso al terror, que echa por tierra muchos de los logros alcanzados.
Lo que si no se puede negar es que los productores de la campaña no han tenido éxito, el hecho de que yo escriba como muchos otros/as en el mundo y que usted nos lea, es una prueba de ello, porque la campaña logró su objetivo: despertar el interés para que el tema vuelva a ser el centro de atención y detener la tendencia a mantener relaciones sexuales sin protección, porque cualquiera puede infectarse.
Dónde falla la campaña
El gran problema no radica en ese éxito alcanzado, sino en las pérdidas sufridas: el daño emocional causado, en el estigma y discriminación generados, en las relaciones que habían logrado cierto equilibrio y que ahora entran en crisis, en la desazón causada en quienes trabajamos en prevención.
El gran fallo de esta campaña es que vuelve a asociar la genitalidad con la muerte, el sexo con el terror, la búsqueda de la felicidad con el rechazo.
El problema de esta campaña, es que demuestra una gran insensibilidad con quienes viven con el VIH/sida, con quienes les amamos, con quienes trabajamos en este tema, con aquellos que ya han fallecido, con aquellos que somos viudos/as de personas fallecidas a causa del sida.
El fallo es que atenta contra millones de seres humanos: con quienes descubrimos que alguien que vive con el VIH/sida no es nuestro enemigo, sino alguien a quien podemos amar, alguien con quien podemos establecer una relación permanente o tener sexo ocasional, alguien que es padre, madre, hijo/a, alguien que es tu amigo/a, tu compañero de estudios, trabajo, vivienda, actividades sociales, alguien que incluso aun no sabe que está infectado y cuyos miedos le conducirán a no querer conocer su diagnostico porque teme que por saber de su situación de seroprevalencia se le compare con Adolf Hitler, Josef Stalin y Saddam Hussein.
AGMAGAZINE, Argentina, 13 de Septiembre de 2009
http://www.agmagazine.info/2009/09/13/hitler-sida-y-prevencion-el-engendro-publicitario-aleman/
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Las peligrosas consecuencias de usar la imagen de Hitler en una campaña contra el Sida
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