jueves, 24 de julio de 2008

Lucha por la libertad. Alejandro Barrantes

Apoyo totalmente esta lucha por la libertad. Libertad para que cada ser humano escoja su forma de vida, para que cada ser humano ejerza su derecho de propiedad sobre su cuerpo y su vida. Para que cada ser humano decida sobre lo que sólo él/ella puede decidir.
Hay varias razones para legalizar el matrimonio: en primer lugar, por un tema moral y filosófico: la libertad. Cada persona debe tener la libertad para escoger su forma de vida y buscar su propia felicidad. Si su felicidad está a la par de una persona del mismo sexo, no debe existir ninguna forma de impedimento para que la consiga. Porque si se justificara oponerse a la libertad de dos personas de estar juntas cuando existe la voluntad y el consentimiento de ambos, entonces se abren las puertas para miles de limitaciones a la libertad y el se humano termina sirviendo a los fines de otros. Y el único parangón en la historia de persona que sirve a los fines de otro y que ve como ese otro disfruta de los productos de los actos del primero es el esclavo.
En segundo lugar hay un tema sociológico. La familia ya no es esa imagen bucólica de padre, madre e hijos. En la actualidad hay familias monoparentales, parejas sin hijos, familias que conviven con primos, abuelos, tíos, etc; inclusive familias que aceptan personas a las cuales no les une un vínculo de sangre (personas adoptadas, amigos, intercambios extranjeros). Por eso, es mentira que la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo vaya a atentar contra el concepto de familia, pues ese concepto romántico desde hace mucho tiempo dejó de existir. Además, hay que recordar que el elemento filosófico esencial e indivisible es el individuo, no la familia. No puede anteponerse a la segunda sobre el primero, porque precisamente el primero es la causa de la segunda. Antes de pensar en la familia, en el colectivo, hay que pensar en el individuo.
En tercer lugar, hay un elemento jurídico: seguridad jurídica. Se trata de darle a las parejas homosexuales la posibilidad de contar con toda la protección legal que tiene una pareja heterosexual en caso de fallecimiento o incapacidad de uno de los cónyugues. Es lamentable pensar que una pareja homosexual que haya trabajado duro a lo largo del tiempo y haya acumulado bienes materiales, tenga complicaciones en caso de que uno de los cónyugues muera, para disfrutar de esos bienes porque el ordenamiento jurídico no permite que le sean automáticamente adjudicados, como sucede cuando se trata de parejas heterosexuales.
La libertad no sólo es no tener a un tipo con arma obligando a otro a actuar de determinada manera, sino que es un concepto más amplio, que tiene que ver con la capacidad del ser humano para tomar todas las decisiones que le competan. En ese sentido, cada quién tiene el derecho de decidir sobre su vida y a buscar su propia felicidad. Precisamente, la escogencia de los caminos que lleven a ella es una cuestión que sólo puede determinar el individuo porque sólo él conoce sus fines. Mientras en la búsqueda de esa felicidad no se le haga daño a otros individuos, no hay razón para interponerse en su camino.
Alejandro Barrantes Requeno

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